De cara a las energías sucias, las dos formaciones afirman la propuesta de ley es demasiado tímida con la eliminación de las subvenciones a los combustibles fósiles, en particular al diésel. "Esperamos también mayor contundencia en la limitación de los permisos de exploración y explotación para estas energías sucias como el gas. Estas dos cosas son piedras angulares de una transición ecológica exitosa y creíble", señala Florent Marcellesi, coportavoz de EQUO.
De cara a la movilidad sostenible, piden "valentía para redimensionar el tráfico aéreo, uno de los principales responsables de las emisiones de gases de efecto invernadero". Esto supondrá, según explican, "más ambición para una estrategia nacional de ferrocarriles que, entre otras cosas, recupere trenes nocturnos y vertebre todo el territorio español, y también adquirir mayor compromiso para acelerar la creación las zonas de bajas emisiones en nuestras ciudades como ha sido Madrid Central. Lo necesitan nuestra salud y nuestro clima".
Las ONG del llamado "G5 ecologista" —Greenpeace, WWF, Ecologistas en Acción, SEO/BirdLife y Amigos de la Tierra— comparten la opinión de EQUO y Más País y creen que “Al Gobierno del PSOE y Podemos le está temblando el pulso ante el reto climático".
Al proyecto de Ley de Cambio Climático y Transición Energética, remitido a las Cortes el 19 de mayo de 2020, se han presentado 757 enmiendas, que se empezaron a debatir en el Congreso en enero pasado. Una de ellas, elevar al menos al 23% para 2030 el objetivo de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero respecto a los niveles de 1990, ya ha sido aprobada. Inicialmente, la norma fijaba un objetivo de reducción de emisiones de un 20%.
Sin embargo, esta reducción de un 3% está muy lejos del recorte que pide la comunidad científica para afrontar la emergencia climática, según advierten las ONG citadas, junto con EQUO y Más País.