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La ganadería industrial lleva a España a superar en casi un 40% las emisiones permitidas de amoniaco

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El amoniaco, uno de los cuatro gases para los que se establecen techos de emisión en la Directiva 2001/81/CE, debido a su potencial contaminante y transfronterizo, tiene graves repercusiones sobre el medio ambiente y de forma indirecta sobre la salud humana. España lleva incumpliendo los límites de emisión de este gas desde que entraron en vigor en 2010 y en la actualidad, según denuncia Greenpeace, estas emisiones se encuentran un 39% por encima del techo permitido. La ganadería industrial es responsable de más del 90% de ellas.
La ganadería industrial lleva a España a superar en casi un 40% las emisiones permitidas de amoniaco

El amoníaco (NH3) es un gas contaminante que contribuye a la deposición de ácidos y la eutrofización, que, a su vez, puede conducir a cambios potenciales que ocurren en la calidad del suelo y del agua. Los impactos posteriores de la deposición ácida pueden ser significativos, incluidos los efectos adversos en los ecosistemas acuáticos de los ríos y lagos, y los daños a los bosques, cultivos y otra vegetación. La eutrofización puede llevar a severas reducciones en la calidad del agua con impactos subsiguientes que incluyen disminución de la biodiversidad, cambios en la composición y dominancia de las especies y efectos de toxicidad.


Como un precursor secundario de partículas, el NH3 también contribuye a la formación de partículas en la atmósfera; y éstas son un importante contaminante del aire debido a su impacto adverso en la salud humana, de manera que el amoniaco también está indirectamente vinculado a los efectos sobre la salud humana. Además, experimenta oxidaciones que dan lugar a emisiones de óxido nitroso, un gas de efecto invernadero 298 veces más potente que el CO2.

 De esta manera, las emsiones de amoniaco también contribuyen a la crísis climática.

No es de extrañar, por tanto, que Bruselas decidiera hace años limitar las emisiones de NH3. Según informa Greenpeace, entre 1990 y 2015 la UE consiguió una reducción del 24% de dichas emisiones a la atmósfera. Sin embargo, España no contribuyó a esta reducción, todo lo contrario. En ese período, la emisiones en España crecieron un 12% (en Irlanda, el otro país en el que también aumentaron, el 1,6%). Y entre 2014 y 2016 volvieron a crecer en España: un 6,13%

Cataluña concentra más del 30% de las emisiones
Estas emisiones se producen principalmente como resultado de la volatilización de los excrementos del ganado, ya sea por el alojamiento del ganado, el almacenamiento de estiércol, la deposición de orina y estiércol en pastizales o después de que el estiércol se extienda a la tierra. Una fracción menor de las emisiones se debe a la volatilización del amoníaco de los fertilizantes nitrogenados y de los cultivos fertilizados.

El crecimiento exponencial del ganado industrial en España las ha disparado. En 2017, este sector fue el responsable del 92% de las emisiones (el 73% de las explotaciones de porcino y el 19% de aves), según denuncia Greenpeace, que hoy ha presentado el primer Mapa de la Ganadería Industrial en España, dentro de su campaña “Planeta en Carne Viva”.

La Ong señala en el documento que de las 100 industrias más contaminantes de amoniaco de España, 94 son explotaciones ganaderas industriales (54 de aves y 40 de porcino). "Para hacernos una idea, las tres más contaminantes juntas (dos de aves y una de ganado porcino) contaminan casi lo mismo que la fábrica de productos químicos de Solvay en Torrelavega, la más contaminante de España, y más que cualquier refinería de petróleo, planta de tratamiento de residuos peligrosos o fábrica de fertilizantes sintéticos de España", señalan desde la organización ecologista.

Tres comunidades autónomas -Cataluña, Castilla y León y Aragón- concentran el 61% de las emisiones totales, destacando Cataluña con el 31% del total.

Todo ello ha llevado a que, de acuerdo con la información disponible, las emisiones de amoniaco de España se encuentren actualmente un 39% por encima del techo establecido en la Directiva 2001/81/CE, y que la Comisión Europea haya advertido a España que debe considerar su reducción como una de las acciones prioritarias a llevar a cabo en 2019. España lleva incumpliendo los límites de emisión desde que entraron en vigor en 2010.


“Es inadmisible y vergonzoso que España siga aumentando sus emisiones de amoníaco e incumpliendo sus compromisos mientras los demás países las reducen”, ha afirmado Luis Ferreirim, responsable de Agricultura de Greenpeace España. “Podemos seguir pensando en soluciones mágicas pero la única forma de reducir drásticamente las emisiones de amoniaco, así como de otros contaminantes originados por la ganadería, es frenando de golpe la expansión de la ganadería industrial y reduciendo la cabaña ganadera". Greenpeace exige una moratoria estatal inmediata a la ganadería industrial”, ha añadido Ferreirim.



Información escasa e insuficiente
La organización ecologista también critica que el amoníaco sea el único contaminante originado por la ganadería que se reporta de forma consistente al Registro Estatal de Emisiones y Fuentes Contaminantes. Además, solo las explotaciones con más de 40.000 pollos, 2.000 cerdos o 750 cerdas reproductoras -e instalaciones que superen la emisión de 10 toneladas al año- están obligadas a declarar sus emisiones. 



Las explotaciones de rumiantes (principalmente vacuno, ovino y caprino), que también emiten amoníaco entre otros gases, no están obligadas a declarar su emisiones. "Por ejemplo, la macroexplotación de vacuno que se pretende construir en Noviercas (Soria), una auténtica fábrica de cambio climático y de excrementos, no estaría obligada a declarar ninguna de sus emisiones", advierte Greenpeace.


Afirma, asimismimo, que el Mapa de la Ganadería Industrial en España que ha presentado "es el mejor mapa que se ha podido hacer, ya que el Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación no ha querido dar a la organización la información que consta en el Registro General de Explotaciones Ganaderas. Esperamos en el futuro poder completarlo, incluyendo también todos los nuevos proyectos que amenazan con agravar aún más la situación en España, si no son desechados a tiempo”, ha concluido Ferreirim.

Ganadería y cambio climático
La ganadería es la responsable del 14,5% de las emisiones globales de gases de efecto invernadero, tantas como emiten todos los coches, trenes, barcos y aviones juntos.

Los últimos datos del Ministerio para la Transición Ecológica sobre las emisiones de gases de efecto invernadero en España muestran una reducción del 2,2% en el año 2018. Sin embargo, uno de los sectores que incrementa sus emisiones es el de la ganadería. Además, Greenpeace indica que "si miramos en persectiva, vemos que desde 1990 se incrementaron en un 10% las emisiones de este sector y que es el responsable del 67% de las emisiones del sector agrícola". En España pasamos de producir 3,5 millones de toneladas de carne en 1990 a 6,6 millones en 2017.

"Es importante tener en cuenta también que las emisiones reportadas por el Ministerio son solo las emisiones directas. Una mayor producción implica más deforestación, mayor uso de tierras para producir piensos, mayor uso de insumos (combustible, agua, fertilizantes, plaguicidas, antibióticos…) y mayor desplazamiento de materias primas y animales (transporte por barcos, aviones y camiones), por lo que la huella de carbono de la ganadería industrial es gigante", concluye.






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