La ciudad catarí de Doha acoge desde el lunes la 18ª Conferencia de las Partes de la Convención de Naciones Unidas sobre Cambio Climático, en la que está previsto participen 195 países con el objetivo de "alcanzar un conjunto de acuerdos equilibrados que sienten las bases del futuro régimen internacional de lucha contra el cambio climático", según informa el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente. España estará representada en Doha por el secretario de estado de Medio Ambiente, Federico Ramos, quien se incorporará a la cumbre el tres de diciembre "para participar en el tramo final ministerial y decisivo", y asimismo por la directora general de la Oficina de Cambio Climático, Susana Magro, que intervendrá en el tramo técnico. Según el Magrama, "este importante encuentro internacional se considera fundamental para resolver cuestiones de importante calado político para el periodo que se inicia el uno de enero de 2013, cuando concluye la vigencia del Protocolo de Kioto". Pero, además de la presencia gubernamental, en Doha también estarán presentes las organizaciones no gubernamentales, sobre todo de corte ecologista. Entre ellas, lógicamente, Greenpeace, que ha publicado hoy un documento que recoge las que serán sus principales demandas en esta cumbre del clima. Son estas:
I. Kioto 2
Greenpeace propone que se adopte un segundo periodo de compromiso del Protocolo de Kioto, reformado, legalmente vinculante y aplicable desde el uno de enero de 2013. Según esta oenegé ecologista, el Protocolo de Kioto "es el único instrumento legalmente vinculante de que disponemos en la lucha internacional contra el cambio climático y hay que mantenerlo para que esa lucha no quede en el limbo hasta que se firme el acuerdo de 2015" (esa es la fecha marcada en el calendario gubernamental para la firma del coloquialmente denominado Kioto 2). Además –continúa Greenpeace–, el Protocolo de Kioto cuenta "con elementos clave que hay que mantener, aunque reforzados, para inspirar la estructura del acuerdo global; a saber: compromisos concretos para países concretos; normas comunes de cómputo de emisiones; metodología común para medir, comunicar y verificar el grado de cumplimiento; mecanismo común de exigencia de responsabilidades a nivel internacional".
II. Los dineros
La segunda gran línea de demandas que estructura el discurso de Greenpeace apostaría por "clausurar adecuadamente los temas objeto de Cooperación a Largo Plazo". En esta línea de negociación, la organización ecologista señala "tres temas clave", si bien reconoce que hay "otras cuestiones de importancia". Los tres temas son las Instituciones, la Financiación y la Protección de los Bosques. Con respecto al primero, Greenpeace apuesta por dotar de operatividad a instituciones clave como el Comité de Adaptación, el Mecanismo Tecnológico o el Fondo Verde para el Clima, además de ligarlos con el nuevo Protocolo que hay que adoptar en 2015.
Con respecto al asunto de la financiación, lo ecologistas recuerdan que "el compromiso de los países desarrollados en Copenhague (2009) fue 10.000 millones de dólares anuales durante 2010-12 y llegar a 100.000 millones de dólares anuales en 2020". Por otro lado, Greenpeace señala que "es necesario (además de cumplir en 2012) acordar cuál será el mecanismo para aumentar las aportaciones hasta el compromiso a 2020". En ese sentido, propone que los países ricos aumenten sus aportaciones al menos a 20.000 millones anuales de dólares entre 2013-2015. Además, la oenegé señala como opciones complementarias la redirección de las cantidades que subvencionan los combustibles fósiles y la búsqueda de fuentes innovadoras para llegar al compromiso a 2020.
III. Los bosques
Greenpeace considera que es necesario establecer el marco de protección de los bosques tropicales que incluya ventana de financiación específica en el Fondo Verde, dice no al mercado y propone reforzar la protección de la biodiversidad y de los derechos de las poblaciones indígenas.
En resumen, la organización ecologista acude a Doha con una idea principal muy clara: que se adopte una hoja de ruta en el marco de la Plataforma Durban para la firma del acuerdo global en 2015, así como un plan de trabajo que aumente la ambición de los países en su lucha contra el cambio climático. En Doha –cree Greenpeace– "debe establecerse la hoja de ruta, con hitos intermedios, para la forma del Protocolo global en 2015, basado en las recomendaciones científicas, en el que haya compromisos igualitarios y vinculantes para todos los grandes emisores, incluyendo a Estados Unidos o las potencias emergentes como China e India; los principales retos, en este sentido, van a estar ligados a la definición de la forma legal del acuerdo y a la inclusión o no en el mismo de los principios de equidad o de responsabilidades comunes pero diferenciadas".