CIC energiGUNE, centro de investigación vasco especializado en la I+D vinculada al almacenamiento de energía electroquímica y térmica (y miembro de Basque Research & Technology Alliance-BRTA) coordinará un proyecto europeo FET-ProActive que aspira a "recuperar el calor ambiental y las vibraciones generadas por los sistemas para transformarlos en electricidad útil". El proyecto, denominado Electro-Intrusion y financiado íntegramente por la Unión Europea (UE) a través del programa Horizonte 2020, tiene un presupuesto de 3,6 millones de euros y un plazo de desarrollo de 48 meses.
Elena Palomo, directora científica del Área de Almacenamiento Térmico de CIC energiGUNE: “el objetivo de esta propuesta es obtener la tecnología y las herramientas adecuadas para que seamos capaces de recuperar la energía generada por las vibraciones de los automóviles, los trenes o, incluso, las lavadoras de nuestras casas, y transformarla en electricidad. Según las estimaciones de la propia UE, si conseguimos aplicar esta tecnología en el sector del automóvil, podríamos reducir el consumo de electricidad hasta en un 4% para el año 2050”
De esta manera -explican desde CIC-, además de mejorar la eficiencia energética a escala global, se darían pasos importantes hacia la reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero y la consolidación del modelo de movilidad basado en vehículos híbridos y eléctricos.
En ese sentido, Yaroslav Grosu, líder del proyecto y responsable de la actividad de investigación de fenómenos interfaciales del área de almacenamiento térmico, explica que “hemos creado un potente consorcio con equipos multidisciplinares especializados en física, química, ciencia de materiales e ingeniería que nos va a permitir aportar luz a las lagunas de conocimiento que existen todavía sobre la nanotriboelectricidad para poner soluciones en el mercado y poder desarrollar generadores de energía de un nuevo tipo”.
El principio sobre el que se basa el proyecto -explican desde CIC- se podría asimilar "a una pequeña heat-pump donde, gracias a una superficie de nanoporos que no se mojan, se fuerza a un líquido a entrar y salir por el movimiento de vibración, produciéndose un calor que se puede almacenar". De esta manera, el proyecto aspira a combinar la intrusión de líquidos en materiales nanoscópicos no humectables, que permite la recolección de energía térmica del ambiente, con el efecto triboeléctrico, fenómeno por el cual dos cuerpos que se frotan se electrizan. El uso de nanomateriales permite maximizar la interfaz sólido-líquido y, por lo tanto, maximizar la eficiencia de esta nanotecnología.
Los impulsores del proyecto consideran que la obtención de este tipo de materiales "abriría la puerta a su integración en electrodomésticos de uso común, por ejemplo, de forma que estos aparatos podrían acumular la energía que hoy se pierde y volver a utilizarla en forma de electricidad". No obstante -insisten-, la línea de trabajo del proyecto se enfocará especialmente "en el desarrollo de un prototipo aplicable a la automoción".
Además de CIC energiGUNE, forman parte de este consorcio Tenneco Monroe Research Innovation (división de Ermua-Bizkaia), la Universitá degli Studi di Ferrara (Italia), la Universidad de Silesia en Katowice (Polonia), la Universidad tecnológica Nacional de Ucrania y la Universidad de Birmingham (Reino Unido).