Acababa su presentación y Miguel Ángel Campo, director del Departamento de Renovables de Dresser-rand A Siemens Business, lanzó esta pregunta: ¿necesita un parque eólico más personal de mantenimiento que un superpetrolero de 275 metros de eslora? Campo, que trabajó antes en el sector naval, dijo que un buque de esas características “lleva solo unas 19 personas que se ocupan de todo tipo de tareas”. Y que es importante “pensar para no tener mucho personal en el parque con escasa actividad”. Pero dejó la pregunta en el aire, en un ejercicio de comparación que pretendía aportar luces sobre las tareas de mantenimiento eólico. En todo caso, la clave es “optimizar la presencia de personal”.
Miguel Ángel Campo recordó que “en 2002, cuando comenzamos a hacer mantenimiento, apenas había 4.000 MW instalados. Las tecnologías eran diferentes, no existía un listado de repuestos ni una gama de servicios, las instalaciones estaban geográficamente dispersas y el personal se dedicaba solo al mantenimiento preventivo. Los grandes problemas se reparaban fuera y el coste del mantenimiento era alto”. Campo sitúa en 2009 el año en que empiezan a producirse cambios.
El mercado madura, la potencia llega ya a los 16 GW, se definen las gamas de mantenimiento y aparecen los primeros centros de control. “El personal presente en el parque hace ya preventivo y también correctivo, disminuye el coste de los servicios, llegan empresas con experiencia en todo tipo de instalaciones industriales y se cuenta ya con sistemas de adquisición de datos”.
Según Miguel Ángel Campo, de entre los costes de explotación de un parque de 2.400 horas, el 60% corresponde a la Operación y el Mantenimiento (O&M). Cree que “el sector está maduro” pero hay que seguir trabajando para mejorar procesos. Por ejemplo, para evitar que el stock de repuestos en algunos parques esté sobredimensionado.
Hoy, el 44% de las instalaciones tiene más de 10 años. Que traducido al lenguaje de Aemer supone más tarea para los que se ocupan del mantenimiento de parques eólicos. Y más necesidad de coordinarse con el operador del parque porque “el 90% de los problemas que se encuentran en el mantenimiento se dan entre el propio personal de mantenimiento y el personal de operación del parque. Se tienen que poner de acuerdo a la hora de tomar decisiones, y no siempre es fácil”.
Nuevos indicadores de mantenimiento
Enrique Gómez de Priego, director general de Availon Iberia –empresa que ha sido adquirida recientemente por Vestas–, habló sobre la conveniencia de utilizar nuevos indicadores de mantenimiento. Su empresa nació en 2007 en Alemania y desde entonces se ha convertido en un proveedor independiente de servicios (ISP, en inglés) multitecnología, con más de 3.000 MW en cartera, de los que más de un 40% son full service.
Gómez de Priego hizo referencia a los indicadores tradicionales como la disponibilidad técnica y la disponibilidad energética. En la actualidad, los indicadores se basan en parámetros intermedios: tasa de fallos, tiempo entre fallos, tiempo de máquina parada, tiempo de realización del mantenimiento preventivo, etc.
De cara al futuro, “es importante definir unos pocos indicadores, estandarizarlos y, sobre todo, consensuar la forma de medirlos. Los indicadores deberían ser distintos en función del servicio, porque no es lo mismo un full service que un mantenimiento básico. Y lo ideal sería vincularlos a la producción de energía y al precio de esa energía”. Es decir, que el mantenimiento de un aerogenerador tenga en cuenta cómo se verá afectada su producción en función del precio de la energía de cada momento. “Porque producción e ingresos de un parque no siempre van unidos de la misma forma”, apunta Enrique Gómez de Priego.
La casuística de los contratos
Manuel Chavarría, director de operaciones de GdES–Comsa, se refirió a la “escasa duración de los contratos”. Algunos propietarios de parques prefieren hacer contratos de un año a sus mantenedores, cuando muchas de las herramientas que utilizan para realizar su trabajo “tardan más tiempo en amortizarse”. Varias intervenciones señalaron que en ese tipo de situaciones la empresa de mantenimiento “no quiere hacer ninguna inversión en el parque, por tanto, no se invierte en el cliente, ni siquiera en formación para que el personal de mantenimiento conozca a fondo un aerogenerador”.
¿Es el precio el que marca la pauta entonces? Aunque son muchas las voces que siguen insistiendo en que el precio es el factor más determinante, hay promotores para todo, desde las utilities que se toman en serio el mejor mantenimiento de sus máquinas hasta el fondo de inversión que aspira a vender ese activo en el futuro, pero que quiere venderlo en las mejores condiciones posibles para sacar el máximo rendimiento a la operación.
Agustín Fernández, director de Operación y Mantenimiento Eólico de Cobra Energía piensa que “casi todas las ISP han sido tan presionadas que ahora mismo el nivel de precios que pueden ofrecer es parecido”. Entre el público alguien dice que a las ISP se las identifica como empresas de mantenimiento de bajo coste, y que hay que tratar de poner valor en la fiabilidad. “El valor de las ISP está en poner valor añadido en el cliente –responde Jorge Magán, director de Ingeteam Service–. Adaptarse a cada cliente, con flexibilidad y rapidez, acompañarle y plantearle mejoras”. Una idea que convence a Alberto Ceña, director de Bepte Consultores, que cree que “las ISP podrían ser más proactivas”.
• El próximo número de marzo de la revista en papel es el Especial Eólica, con varios contenidos relacionados con el mantenimiento, incluida la Encuesta de Mantenimineto Eólico, que en esta 5ª edición pregunta tanto a propietarios de parques como a tecnólogos e ISP que se ocupan del mantenimiento eólico. Aquí puedes ver la versión digital del Especial Eólica del año pasado.