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Gonzalo Torralbo, director comercial y de relaciones institucionales de Recyclia

"Existen más de 600.000 toneladas de módulos no declaradas en los últimos cuatro años"

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Recyclia, la plataforma de recogida selectiva y gestión de residuos eléctricos y electrónicos y pilas usadas, es la encargada desde el 2013 del reciclaje de los paneles fotovoltaicos instalados en España. Una década después, hablamos con Gonzalo Torralbo, director comercial y de relaciones institucionales de Recyclia, sobre procesos, números, objetivos, proyectos… sobre todo eso que ya ha pasado y sobre todo lo que está por pasar en un mundo a punto de eclosionar a pleno esplendor, el del reciclaje fotovoltaico.
"Existen más de 600.000 toneladas de módulos no declaradas en los últimos cuatro años"

¿Qué es Recyclia?
Recyclia es una entidad que administra sistemas colectivos. Te explico. La Ley de Residuos dice que la responsabilidad de gestionar adecuadamente el residuo no es del poseedor final sino de quien lo pone en el mercado, es decir, del productor. En el caso de, por ejemplo, los paneles fotovoltaicos es el fabricante, el importador o el adquirente intracomunitario. Dicha gestión puede realizarse de forma individual, o sea, yo como productor sé dónde están todos mis productos al final de su vida útil y me encargo de gestionarlos y recogerlos –algo que es complicado– o lo hacen a través de sistemas colectivos. Además, existe otra figura que son esas entidades que administran sistemas colectivos.

Hace más de una década, Energías Renovables daba esta noticia: Recyclia gestionará el reciclaje de los paneles fotovoltaicos instalados en España. Cuéntanos…
En el boom del autoconsumo de 2008 ya nos habíamos acercado al sector de los paneles fotovoltaicos y ya conocíamos que en los borradores de las próximas directivas europeas iban a incluir el panel fotovoltaico como un aparato electrónico y, por tanto, como un producto más que tuviera también la responsabilidad ampliada del productor. Fue en 2012 cuando empezamos las conversaciones con PV Cycle, la asociación europea de fabricantes que promueve la recogida y el reciclado de módulos fotovoltaicos al final de su vida útil. Como en España hubo una industria importante de fotovoltaica entre los años 2005 y 2008, eso nos permitió llegar a un acuerdo con la entidad. Ahora, gracias al contacto que mantenemos con asociaciones como UNEF o APPA podemos llegar más fácilmente a esas empresas que tienen esta obligación de cumplir con la norma y gestionar esos residuos.

¿Qué dice la normativa sobre el reciclaje de paneles fotovoltaicos?
La Directiva 2012/19/UE del Parlamento Europeo y del Consejo, de 4 de julio de 2012, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos se trasladó a la legislación española con el Real Decreto 110/2015, de 20 de febrero, sobre residuos de aparatos eléctricos y electrónicos. Este recoge la obligación de que todos los paneles puestos en el mercado desde el 2015 tienen que estar contabilizados y registrados. Es decir, todo panel fotovoltaico que se instalara en España desde esa fecha tendría que estar en un sistema colectivo como nosotros u otro, y reportar esos kilos y esas unidades al registro del Ministerio de Industria, al igual que se hace, por ejemplo, con las lavadoras. El Ministerio de Industria, Energía y Turismo informará sobre los productores incluidos en el Registro de productores de aparatos eléctricos y electrónicos del Registro Integrado Industrial, del número de identificación asociado a cada productor y de las categorías de aparatos que ponen en el mercado.

Gracias a esa colaboración con PV Cycle, animamos a la Administración para que creará en ese Real Decreto una séptima categoría dedicada a los paneles fotovoltaicos. Fuimos los únicos en Europa que lo crearon en ese momento. Nosotros ya conocíamos que iba a haber un despegue importante de unidades de kilos puestos de mercado de paneles fotovoltaicos, cuya vida media nada tenía que ver con la de una lavadora, y que se iba a crear un mercado completamente nuevo. Aunque se creó esa categoría, no existen distinciones entre ellas. Se trata de crear una categoría distinta con unos objetivos de recogida más realistas y muy diferentes a otros productos. Al final es muy incómodo un objetivo que sabes que no vas a cumplir. Según la propia Directiva hay que recoger el 65 % de la media de las ventas de los últimos tres años. Un megavatio son, más o menos, 80 toneladas de paneles.

Por ejemplo, en 2022 se declararon casi 500.000 toneladas de paneles fotovoltaicos y se pudieron recoger 2.600 toneladas. Es decir, es imposible alcanzar el objetivo porque eso ocurrirá cuando se llegue su vida final de vida útil en 25 años. Los módulos que aparecen y que se reciclan ahora son los que se han roto por algún agente climatológico o en la propia instalación, o porque trae algún defecto de fabricación. El dato de recogida actual es un porcentaje muchísimo más bajo que ese 65 %. Por tanto, la vida media del producto tiene que intervenir a la hora de establecer esos objetivos.

 

¿Y qué pasa con los paneles fotovoltaicos puestos en el mercado antes del 2015?
Ahí hay una problemática. Con la nueva modificación de la directiva ahora se tiene que establecer quién financia la recogida de los paneles que se instalaron entre el 2005 y el 2012, cuya vida útil está llegando a su fin. Se deberá establecer si lo hacen los que ahora ponen los paneles fotovoltaicos en el mercado, o bien el poseedor final, es decir, el dueño de esas plantas. De una manera o de otra, eso tiene que establecerse y alguien tiene que hacerlo.

¿Cómo ha sido el trabajo de Recyclia en estos más de diez años?
Pues al principio fue un poco predicar en el desierto, claro. La norma de recogida aparece en el Real Decreto de 2015 en vez del 2012 como la Directiva. En esos momentos el propio sector fotovoltaico estaba agonizando y la energía solar en España no era una alternativa. Fue complicado decirle a los pocos productores que había en el mercado que además tienen que financiar esa recogida de los módulos y que tiene una obligación más. Además, también nos ha resultado difícil identificar quién es el productor porque puede ser el instalador, la compañía energética, el fabricante, el distribuidor… ¿A quién le asignas esa responsabilidad? Al principio, me consta que ha habido mucha instalación que no ha cumplido con esa obligación, y que a medida de los años cada vez se conoce más y ahora incluso te lo exigen los propios clientes de esas plantas.

¿Y el reciclaje de módulos aquí en nuestro país?
En los primeros años no había en España plantas de tratamiento de paneles fotovoltaicos. Entonces se hacía la recogida y se mandaban fuera para su reciclaje. Es cierto que el índice de recogida es muy pequeñito y no llega al 1 % frente al de las ventas, pero esto puede despegar en breve. Además, puede que haya flujos de paneles que no conozcamos porque no están registrados o que al no saber que existen sistemas colectivos para gestionar esa recogida cuando alguien se interesa y conoce el coste, porque reciclar implica un coste, pues a veces opta por esconderlo o venderlo en el mercado de segunda mano. Quiero creer que a esas 2.600 toneladas que recogimos el año pasado se podría sumar un volumen importante que no sé por qué vía se está tratando o se está maltratando, pero que al final tendrá que aflorar y tendrá que hacerse bien. Son más de 600.000 toneladas no declaradas en los últimos 4 años.

¿Cuánto es ese coste?
Sólo por el tratamiento estamos hablando de entre 150 y 230 euros por tonelada.

¿Cómo se recicla un módulo fotovoltaico?
Como mínimo, un panel se tiene que reciclar en un 85 %. Como el peso principal lo tiene el propio cristal, el marco de aluminio y la propia electrónica, esto por sí solo, si se logra separar bien, ya supone ese 85 %. Al mínimo se llega fácil. Luego en la parte de la celda están esos materiales que sería interesante poder recuperar para volver a construir o fabricar paneles. Ya hay varias propuestas de plantas con tecnología para hacer ese tratamiento químico final de las materias primas. Quizá en peso esos elementos son un 5 o 6 % del panel, pero en valor son mucho más altos. Cuando se llegue a tener esos procesos de recuperación de materiales críticos como el silicio o la plata estaremos hablando de un proceso de reciclaje más eficiente que puede alcanzar una cuota de reciclabilidad del 99 %, con unos costes también más baratos. Ahora mismo en España esto no se está haciendo, pero hay grupos con permisos y procesos de autorización para incluir esa parte en sus procesos, e incluso empresas que tienen plantas en Europa y que van a venir aquí para hacer ese tratamiento.

¿Con qué previsiones trabajáis a futuro?
Con los datos de paneles instalados entre el 2005 y 2010 y una vida media de entre 20 y 25 años nos podríamos encontrar con un volumen de paneles a reciclar entre el 2025 y 2028 de 400.000 toneladas. A tenor del ritmo de instalación de nuevas plantas prevemos una masa de paneles instalados en 2030 de más de 3.500.000 toneladas. A partir del 2040 y 2045 se empezarán a reciclar esos paneles puestos en el mercado en el 2018. Y del 2050 en adelante se prevé entre más de 150.000 toneladas para gestionar anualmente. Esa reposición es la que va a mantener un ritmo casi anual de reciclaje. Aquí es importante que las capacidades de las plantas sean para entonces suficientes para atender todas las necesidades de reciclaje que se planteen para entonces.

Esta entrevista forma parte de la edición de marzo de nuestra revista en papel (ER229), que puedes descargar gratis aquí

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