Investigación, aplicación industrial y desarrollo local y regional. Estas son las tres líneas de trabajo que expuso la Agencia Provincial de la Energía de Granada, uno de los veinte socios europeos de Rokwood, cuando se presentó esta iniciativa subvencionada a través del VII Programa Marco de la UE. Tras más de dos años de trabajo, y de cara a unas jornadas que tendrán lugar la semana que viene en Granada, se presentan algunos avances sobre el diseño, cultivo, seguimiento y explotación de plantaciones de rotación corta (PRC) para la producción regional de la biomasa de madera destinada, entre otros fines, a usos energéticos. El informe incluye cuatro recomendaciones sobre las medidas más apropiadas y necesarias para desarrollar la industria de los cultivos energéticos leñosos de PRC.
“Los cultivos energéticos leñosos de cosecha propia de rotación corta (sauce, eucalipto y chopo, principalmente) han sido ampliamente reconocidos por su potencial para desempeñar un papel importante en el mix energético europeo sostenible y, a diferencia de la biomasa importada, este tipo de recurso puede aumentar la seguridad del suministro y la generación de ingresos en las comunidades rurales”. Con esta presentación, desde Rokwood comienzan a desgranar los escenarios para el mejor desarrollo de los PRC, que a corto plazo no se centran en el marco energético, sino “en asociación con sistemas de tratamiento de aguas residuales (filtros verdes PRC)”.
Cambiar de modelo de negocio para adaptarse a la “falta de electricidad”
Tras reconocer que hasta después de 2020 la vía de generación de energía eléctrica con biomasa con nuevas centrales está muerta (la legislación anti-renovables ha contribuido lo suyo), consideran que “el mercado asociado a las PRC debe cambiar su modelo de negocio para adaptarse a esta nueva situación”. Además del tratamiento de aguas, consideran que una vez agotado el aprovechamiento de la biomasa forestal residual “deberíamos empezar a poner en práctica nuevos cultivos energéticos de PRC para estar listos para el momento en que sean necesarios para la producción a mayor escala”, y “tener un suministro estable y local de combustible y disminuir nuestra dependencia energética”.
Es en este punto donde cobran protagonismo las redes de calor, ya que “promoviendo proyectos de calefacción por distrito asociados a cultivos energéticos de PRC conseguiríamos dar certeza a los agricultores”. “De la misma forma –prosiguen desde Rokwood–, podría ser un buen punto de partida promover una mejor investigación y desarrollo para lograr mejores rendimientos energéticos, transformación a biocarburantes de segunda generación, adaptación a diferentes condiciones climáticas, etcétera”.
Las localizaciones accesibles y el precio reducido se acabarán
De cara también al futuro, aventuran que las primeras biomasas obtenidas de especies forestales consolidadas, que se corresponden con localizaciones muy accesibles y a un precio de obtención reducido, se irán agotando y “habrá que acceder a superficies que precisen de una logística tal que ya no la hagan interesante desde el punto de vista económico, favoreciendo así la entrada en el mercado de la biomasa procedente de PRC”. Pero para que esto sea efectivo, en Rokwood han elaborado cuatro recomendaciones destinadas a informar a los responsables políticos nacionales y locales sobre “las medidas más apropiadas necesarias para desarrollar la industria de los cultivos energéticos leñosos de PRC”.
La primera se centra en la promoción de recursos para compartir información sobre las PRC entre todas las partes interesadas. La segunda pide mantener las políticas actuales para promover el sector de la biomasa y potenciar que los mercados se centren más en la local, dando importancia en este caso a los sistemas basados en redes de calor. Las dos últimas recomendaciones piden promover una legislación específica adaptada a las características de las PRC y políticas y recursos para desarrollar una mejor I+D en este mercado. Estas son, en resumen, las medidas propuestas que emanan del trabajo de la Agencia de la Energía de Granada y de 19 socios europeos más, entre los que se encuentran tres más españoles: Asaja Granada, Instituto de Formación Agraria y Pesquera de Andalucía y la empresa Bioazul.
