Otra empresa del sector, Lafargue Cementos, anunciaba el pasado verano que su planta de Montcada i Rexach (Barcelona) comenzaba a sustituir parte de los combustibles fósiles por biomasa procedente de lodos de depuradoras previamente secados, en un porcentaje creciente que está previsto que llegue al 20% del total consumido. Las otras dos plantas del grupo en España, ubicadas en Sagunto (Valencia) y Villaluenga de la Sagra (Toledo), también utilizan este tipo de biomasa. Tanto desde la Fundación Laboral Andaluza del Cemento y el Medio Ambiente (Flacema) como desde la patronal del sector (Oficemen) coinciden en que los lodos de depuradoras son una de las alternativas bioenergéticas de sus fábricas.
Serrín, madera, lodos de depuradoras y harinas animales
Desde Oficemen aseguran que “la industria cementera utilizó en 2009 unas 476.000 toneladas de combustibles recuperados, lo que significa un 11,9% del poder calorífico de los hornos de sus instalaciones”. En Flacema, el porcentaje sube algo más en referencia a la industria en Andalucía, ya que en su memoria del pasado año recién presentada se afirma que se llegó al 15,25% de sustitución térmica en energía aportada por combustibles alternativos. No obstante, hay que hacer constar que la mayor parte de esos porcentajes es atribuible a residuos no orgánicos, como neumáticos fuera de uso, disolventes, barnices, pinturas, aceites industriales y residuos de hidrocarburos.
No existen cifras por separado en el caso de las cementeras en España, pero en la tabla de Flacema cuantifica la fracción de biomasa en 29.671 toneladas de serrines impregnados y maderas tratadas (llevan también algunos componentes sintéticos), en 1.182 toneladas de celulosa, papel y cartón y en 36 toneladas de lodos de depuradoras. En Oficemen añaden también las harinas animales, que sí se queman en otras cementeras de España. En Andalucía, en 2007 se utilizaron 770 toneladas de estos residuos, pero ni un solo kilo en 2008 y 2009.
Se estima que la biomasa aporta entre el 15% y el 25% del total de combustibles alternativos, cifra que se incrementará en los próximos años. Hay diferentes iniciativas de varias compañías que permiten confirmar estas previsiones. La misma Cemex inauguró la pasada semana en su planta de Lloseta (Palma de Mallorca) una trituradora de biomasa que permitirá transformar en combustible materiales de desecho procedentes de podas agrícolas y forestales, paja, cereal, madera de embalajes, palets e incluso muebles y residuos de las fábricas de muebles y carpinterías. La empresa estima que esta nueva instalación facilitará que “el consumo de biomasa vegetal alcance un 30% del total de combustible utilizado en la planta, en primera instancia, y hasta un 50% a medio plazo”.