"La transición ecológica no es compatible con semejante contradicción", afirma el experto en energía Javier García Breva. La empresa Nedgia Baleares, que se adjudicó el proyecto en 2015, ha comunicado que las obras para instalar gas en Menorca comenzarán durante el último trimestre de este año. "El BOIB ha publicado el proyecto de la planta de almacenamiento de Mahón, consensuado con el Consell de Menorca y el Ayuntamiento. Las obras de canalización y montaje de dos plantas más en Ciutadella y Es Mercadal se iniciarán cuando Nedgia consiga la autorización definitiva del Govern balear", añade G. Breva.
Para el experto, ese interés por llevar el gas a todos los núcleos turísticos de Menorca contrasta con las reservas que se han puesto en estos últimos veinticinco años para el desarrollo de las renovables, casi siempre por proteger el paisaje de la isla y sus recursos ambientales. "¿Si las renovables perjudicaban la reserva de la biosfera el gas la va a preservar mejor?", se pregunta.
Infraestructuras innecesarias
Las infraestructuras gasistas no pasan por sus mejores momentos en España. Su infrautilización por falta de demanda de gas las hace deficitarias. Razón más que suficiente para que antes de hacer nuevas infraestructuras debieran realizarse estudios previos de demanda y de costes para saber si van a ser viables económicamente y lo que les van a costar a los consumidores. "Esto lo dice la CNMC en sus informes, pero parece que el interés por consumir gas y más gas se antepone a cualquier análisis económico, de defensa del medio ambiente y de los consumidores", enfatiza García Breva.
Recuerda, asimismo, que la Ley 18/2014 estableció que todos los déficits del sistema gasista se deberán cargar automáticamente a los peajes. "Es la razón por la que sobran los estudios de viabilidad económica, porque al final todos los costes acaban en el recibo del gas. ¿Y la Reserva de la Biosfera? ¿La biomasa de la isla para compensar las emisiones es una justificación suficiente?".
Para García Breva, "la mayor incoherencia es que es que la transición energética que avanza por todo el mundo no es la del gas sino la de la generación distribuida, con renovables en los edificios, autoconsumo compartido y microrredes, baterías de almacenamiento, infraestructuras de recarga y vehículo eléctrico. Son tecnologías que ya son más rentables que los combustibles fósiles y disponibles para cualquier administración".
"Los buques metaneros –prosigue– llevarán el gas a las plantas de almacenamiento para su distribución en red a los usuarios. ¿Y si no hay demanda suficiente o se disparan los costes de la energía y las emisiones? ¿Se elegirá el autogas en vez del vehículo eléctrico?" La Reserva de la Biosfera de Menorca, concluye, "es el escenario ideal para un modelo de energía distribuida y no para un modelo energético centralizado y dependiente del gas importado. Y esa es la excelencia que se espera de un gobierno que se ha autodefinido como ecológico".
