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Ojo al dato: ante las mismas titulaciones, la clave está en las soft skills

España, segundo país europeo con una mayor oferta de puestos de trabajo en el sector energético

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La Cátedra de Sostenibilidad Energética del Institut d' Economia de Barcelona (UB) acaba de publicar un informe -Empleos que demandará el sector energético- según el cual España es el segundo país europeo con una mayor oferta de puestos de trabajo en el sector energético. El documento, que identifica los nuevos perfiles profesionales del sector, considera que las administraciones deben estrechar lazos entre los centros educativos y el mercado laboral, actualizando la oferta educativa. El informe ha sido dirigido por la catedrática de Economía de la UB, y expresidenta de la Comisión Nacional de Energía, María Teresa Costa Campi.
España, segundo país europeo con una mayor oferta de puestos de trabajo en el sector energético

El estudio de la Cátedra de Sostenibilidad Energética del IEB (instituto dependiente de la Universitat de Barcelona) coloca a España como el segundo país europeo con más demanda de profesionales energéticos. Transformación tecnológica, energías renovables, eficiencia energética, finanzas verdes y sostenibilidad, y orientación al cliente son las cinco especialidades más demandadas por las empresas energéticas en el marco de la transición energética actual, según la Universitat de Barcelona. El estudio, que identifica los nuevos perfiles profesionales del sector, sostiene que, para que la transición energética sea un éxito en el ámbito laboral, "las administraciones deben [1] estrechar lazos entre los centros educativos y el mercado laboral, actualizando la oferta educativa; [2] fomentar las soft skills* en los estudios; [3] avanzar en el desafío de la educación STEM (science, technology, engineering, mathematics); y [4] apostar por una Formación Profesional de calidad e innovadora, entre otras medidas". La adecuada formación de los nuevos profesionales del sector energético -señalan desde la Cátedra- determinará el éxito de las políticas de energía y clima.

Análisis de contexto
El sector energético está viviendo una "profunda transformación" -explican las autoras del estudio-, y tiene que hacer frente a "procesos de descentralización de la generación, incorporación de nuevas tecnologías energéticas y digitalización". El nuevo escenario tecnológico está impulsando nuevos perfiles profesionales, "como técnicos de proyectos en energías renovables, especialistas en redes eléctricas en parques eólicos, especialistas en sistemas fotovoltaicos, ingenieros de diseño o expertos en contratos de suministro de energía". Asimismo, el impulso al hidrógeno y la digitalización de las redes -destaca el estudio- también está dando lugar a profesiones emergentes "como la de desarrollador de proyectos de hidrógeno verde, desarrollador de diseño de redes eléctricas inteligentes o especialista en integración de tecnologías de almacenamiento"; mientras que, en el ámbito de la edificación y la rehabilitación sostenibles se perfilan también nuevas profesiones "como los instaladores de soluciones tecnológicas avanzadas o gestores de modelización de información para la edificación; los especialistas en renovación profunda de edificios; o los auditores y gestores energéticos".

María Teresa Costa Campi, directora del estudio: “los cambios [que trae la transición energética] van a dar lugar a nuevos perfiles profesionales, como los gestores de demanda eléctrica producida por los nuevos agentes del mercado o nuevos profesionales con una base tecnológica fuerte y con capacidad de análisis de datos, que tendrán que convivir con trabajadores con perfiles medios, donde la especialización a través de la formación profesional tiene un amplio recorrido”

En un contexto de recuperación socioeconómica, descarbonización y digitalización de la economía, “la generación neta de empleos verdes-explica Costa- debe ser el motor que permita reducir la desigualdad y la pobreza en España, un país que cuenta con altas tasas de desempleo”. En este sentido, la directora del estudio ha recordado que las medidas adoptadas por el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima llevan asociadas un aumento neto del empleo de entre 253.000 y 348.000 puestos al año durante el período 2021-2030.

La geografía del empleo
El estudio ha localizado ofertas de empleo en 88 países. Sin embargo, la mayoría de las ofertas de empleo abiertas se concentran en Francia (3.971 vacantes) y Estados Unidos (2.574 vacantes). Ambos países suman más del 50% de los puestos ofertados. Las siguientes posiciones del ranking de territorios con mayores necesidades de capital humano las ocupan España (628 vacantes), Bélgica (485 vacantes), Reino Unido (365 vacantes), Canadá (349 vacantes), China (345 vacantes), Polonia (334 vacantes), México (303 vacantes) y Alemania (299 vacantes). Este conjunto de diez países representaría más de tres cuartas partes de las ofertas de empleo totales examinadas.

Lo que dicen los expertos
El estudio de la Cátedra de Sostenibilidad Energética destaca la opinión de los expertos del sector, que sostienen -dice- que los estudios reglados actuales “no vienen con el conjunto de habilidades necesarias para hacer frente a la revolución que se está produciendo en el sector energético”, especialmente en lo referido a las energías renovables y la sostenibilidad ambiental.

Por ello -apuntan desde la Cátedra-, resulta tan "urgente" (1) actualizar contenidos, (2) detectar carencias formativas y (3) buscar nuevas herramientas para mantener el sector actualizado a través de acuerdos de cooperación con centros formativos y administraciones, además de promover en las titulaciones las llamadas soft skills*.

*(que podrían ser definidas como las capacidades, competencias o habilidades de un trabajador o trabajadora que sirven para que los equipos se compenetren mejor, trabajando de forma fluida y aumentando así al máximo su productividad).

"Los distintos agentes advierten -señala el estudio- que, ante las mismas titulaciones, la clave está en las soft skills, que son cada vez más valoradas en los procesos de selección". Entre las principales carencias entre los candidatos, los expertos consultados por las autoras del estudio han destacado "la falta de competencias digitales, lingüísticas y de comunicación".

El estudio también destaca la baja presencia de la mujer en el sector energético, así como la necesidad de revertir esta situación, promoviendo su participación en carreras STEM (de ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas, CTIM) desde edades tempranas.

Una oportunidad, pero que conlleva sus riesgos para algunos perfiles profesionales
La transición hacia un modelo energético verde y sostenible constituye una oportunidad para la economía española, pero todo proceso transformador conlleva riesgos. Y esos riesgos afectan, según las autoras del estudio, sobre todo a los trabajadores y trabajadoras con bajos niveles formativos y de competencias; a las personas que operan con tecnologías obsoletas dentro de la Agenda Verde 2050 (por ejemplo, en centrales térmicas de carbón o petróleo); y los trabajadores y trabajadoras de la industria energética afectados por la deslocalización de procesos y con limitaciones para la movilidad geográfica.

Según la Cátedra de Sostenibilidad Energética de la Universidad de Barcelona, el colectivo más vulnerable es el de las personas con un muy bajo nivel formativo, seguido de las personas con reducidas competencias numéricas o en áreas CTIM (ciencias, tecnología, ingenierías y matemáticas). “Y dentro del colectivo de vulnerables por sus reducidos niveles de competencias STEM, conviene prestar especial atención -apunta la directora del informe- a la población activa de mayor edad y a las mujeres”.

El estudio también identifica la dependencia económica de algunas localidades de sus instalaciones energéticas, que se están desmantelando como consecuencia de la Agenda Verde 2050. Por ello, destaca que “la transición energética puede suponer una oportunidad para cerrar la brecha con la España rural, dada la naturaleza descentralizada de buena parte de las nuevas tecnologías energéticas”.

Para tratar de reducir el impacto en los colectivos más en riesgo, la capacidad de ampliación y renovación de las competencias y la movilidad geográfica son dos de los principios de actuación que se pueden implementar, según el informe. “Las propias empresas energéticas suelen contar con planes de formación propios para suavizar la transición energética y son conscientes de la existencia de colectivos vulnerables”, explica Costa.

Necesaria cooperación entre Administración, centros educativos y empresas
Según las autoras del estudio, la cooperación entre administraciones, centros educativos y empresas es la mejor vía de superación de los riesgos que la transición energética puede entrañar para determinados colectivos. "Un ejemplo de este tipo de colaboración -apuntan- es el programa de FP para la Empleabilidad de Fundación Naturgy, que trabaja con la Secretaría General de Formación Profesional, las Comunidades Autónomas, El Instituto para la Transición Justa y el Servicio Público de Empleo Estatal, en diferentes líneas de acción".

Por su parte -continúan las autoras del estudio-, las empresas deben (1) mejorar el reciclaje de sus profesionales; (2) fomentar la colaboración con administraciones y otras entidades relacionadas con el mercado laboral y la formación; (3) reforzar la Formación Profesional Dual; y (4) estimular una mayor participación de la mujer en el sector. Y en último término -sentencia Costa-, “los trabajadores deben concienciarse de la importancia de la formación a lo largo de toda la vida”.

El informe, que ha sido presentado hoy, forma parte de las actividades de divulgación de la Fundación Naturgy sobre temas relacionados con el sector energético. Las autoras del mismo -María Teresa Costa Campi (directora), Elisenda Jové-Llopis y Álvaro Choi de Mendizábal- han trabajado con las opiniones de expertos del sector y del análisis de 12.000 ofertas de trabajo en países de todo el mundo. Esta publicación se puede consultar en el Centro de Conocimiento de la Fundación Naturgy, que fue creada en 1992 por la compañía energética (cumple pues este curso treinta años de trayectoria).

*Soft skills valorados en el estudio
1. Puntualidad.
2. Dedicación.
3. Resiliencia.
4. Esfuerzo.
5. Creatividad.
6. Flexibilidad.
7. Autonomía.
8. Organización.
9. Determinación.
10. Pensamiento crítico.
11. Resolución
de problemas.
12. Aprendizaje.
13. Liderazgo.
14. Compromiso.
15. Planificar.
16. Comunicación efectiva.
17. Capacidad de establecer prioridades y ejecución.
18. Trabajo en equipo

Informe Empleos que demandará el sector energético. Edita Fundación Naturgy

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