Aunque se siguen investigando las causas del incidente, la CRN asegura que los sistemas de refrigeración de los reactores no han sido afectados puesto que los edificios de la central son resistentes al agua. Tras el incidente, se activaron los generadores de emergencia. Sin embargo, el domingo por la tarde, la central ya funcionaba con normalidad.
La planta, que se encuentra a unos 20 minutos de la ciudad más poblada del estado de Nebraska, Omaha, ya fue apercibida hace un año debido a que su protección ante las inundaciones era insuficiente. Además, su único reactor permanece apagado desde el mes de abril para la recarga de combustible. Un incendio en su sistema eléctrico ya retrasó su puesta en funcionamiento.
El presidente de la CRN, Gregory Jaczko y otros funcionarios tienen previsto visitar la planta este lunes. Jaczko también visitará la otra central nuclear estatal, Cooper, que está siendo vigilada debido a las inundaciones del río más largo de Estados Unidos.
Pese a que se están reduciendo los niveles de agua de la zona, quizás con el accidente de Fukushima en la memoria, la CRN está volviendo a evaluar los 104 reactores nucleares que hay en Estados Unidos buscando prevenir posibles terremotos, huracanes, inundaciones, sequías extremas y tornados.
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