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El futuro de las cero emisiones

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Objetivo 2030: reducir las emisiones de gases de efecto invernadero. Objetivo 2050: alcanzar un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2. Así lo contempla la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica que en apenas dos meses –en enero de 2023– hará la primera revisión de las zonas de bajas emisiones de los planes de movilidad urbana sostenible que deben poner en marcha, por ejemplo, municipios de más de 50.000 habitantes. Por el momento, según El País, solo serán 20 municipios los que cuenten con estos planes, de un total de 149. Desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico señalan que no habrá prórroga y recuerdan que en breve vencerá el plazo.
El futuro de las cero emisiones
Nueva señal vertical de Zona de Bajas Emisiones

Año y medio desde su entrada en vigor (mayo de 2021) y tan sólo unos meses para su primera revisión. Hablamos de la Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica, norma según la cual a partir del 1 de enero de 2023 un gran número de ciudades españolas deberá contar con una zona de bajas emisiones, con acceso limitado a los vehículos más emisores y contaminantes. En concreto, el artículo 14 habla de 1) municipios de más de 50.000 habitantes –cerca de 150 en toda la geografía española–; 2) territorios insulares; y 3) poblaciones de más de 20.000 habitantes que superen determinados límites de emisiones. Y es que la movilidad sin emisiones es uno de los ejes centrales de esta ley, que junto al transporte, "tiene que ser parte de la respuesta al cambio climático". Los municipios, ciudades o territorios señalados deberán poner en marcha planes de movilidad urbana sostenible que introduzcan medidas de mitigación para reducir las emisiones derivadas de la movilidad incluyendo, al menos:

a) El establecimiento de zonas de bajas emisiones antes de 2023.
b) Medidas para facilitar los desplazamientos a pie, en bicicleta u otros medios de transporte activo, asociados con hábitos de vida saludables, así como corredores verdes intraurbanos que conecten los espacios verdes con las grandes áreas verdes periurbanas.
c) Medidas para la mejora y uso de la red de transporte público, incluyendo medidas de integración multimodal.
d) Medidas para la electrificación de la red de transporte público y otros combustibles sin emisiones de gases de efecto invernadero, como el biometano.
e) Medidas para fomentar el uso de medios de transporte eléctricos privados, incluyendo puntos de recarga.
f) Medidas de impulso de la movilidad eléctrica compartida.
g) Medidas destinadas a fomentar el reparto de mercancías y la movilidad al trabajo sostenibles.
h) El establecimiento de criterios específicos para mejorar la calidad del aire alrededor de centros escolares, sanitarios u otros de especial sensibilidad, cuando sea necesario de conformidad con la normativa en materia de calidad del aire.
i) Integrar los planes específicos de electrificación de última milla con las zonas de bajas emisiones municipales.

Objetivos
Esta Ley de Cambio Climático y Transición Ecológica establece unos objetivos mínimos nacionales. Por una parte, reducir para el año 2030 las emisiones de gases de efecto invernadero del conjunto de la economía española en, al menos, un 23% respecto del año 1990. Por otra parte, alcanzar en 2050 un parque de turismos y vehículos comerciales ligeros sin emisiones directas de CO2. Para conseguir esa meta, el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) persigue un "cambio modal" que afectará al 35% de los pasajeros-kilómetro que hoy día se realizan en vehículos convencionales de combustión, y fija para el año 2030 el objetivo de cinco millones de vehículos matriculados con nulas o bajas emisiones, así como el uso de biocarburantes avanzados. "El sector de la movilidad-transporte aportó en el año 2017 el 26% de las emisiones. Con la reducción de 27 Mt CO2 equivalente entre 2020 y 2030, se consigue una reducción del 33%", añade el PNIEC. A más largo plazo, este Plan señala que desde las administraciones se adoptarán medidas para que los turismos y vehículos comerciales ligeros nuevos, excluidos los matriculados como vehículos históricos, no destinados a usos no comerciales, reduzcan paulatinamente sus emisiones, de modo que no más tarde de 2040 sean vehículos con emisiones de 0gCO2/km.

Situación actual
La Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) ha pedido en las últimas semanas al Ministerio de Transición Ecológica y Reto Demográfico un aplazamiento para la obligación de las ciudades de establecer Zonas de Bajas Emisiones por "la inseguridad jurídica de avanzar sin conocer en detalle cómo ha de ser el desarrollo de este proceso de implantación". Además, según El País, solo serán 20 municipios los que cuenten con estos planes de movilidad urbana sostenible y con zonas de bajas emisiones en enero de 2023, es decir, el 13% de todos los municipios de más de 50.000 habitantes (en total 149). Por su parte, desde el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico señalan que no habrá prórroga para crear zonas de bajas emisiones. De hecho, la ministra Teresa Ribera se ha dirigido por carta a la Federación Española de Municipios y Provincias (FEMP) "para recordarles que en breve vencerá el plazo".

Neutralidad Climática de las Ciudades Españolas
Recientemente, el Ministerio para la Transición Ecológica ha puesto en marcha la Plataforma de Colaboración para la Neutralidad Climática de las Ciudades Españolas para ayudar a las ciudades españolas a avanzar hacia la neutralidad climática, orientada a dar servicios a las ciudades españolas que aspiren a ser climáticamente neutras en el año 2030. La plataforma tendrá como principales beneficiarios a los Ayuntamientos de las ciudades españolas de más de 50.000 habitantes o capitales de provincia que tengan la voluntad de alcanzar la neutralidad climática total o parcialmente en 2030. Además, ofrecerá servicios de formación y acceso a la información a las ciudades de más de 20.000 habitantes. Desde el Miteco explican que esta plataforma 1) desarrollará iniciativas de formación, aprendizaje y fortalecimiento de capacidades y de facilitación de procesos de participación y activación ciudadana. 2) Prestará apoyo y dará acompañamiento a las ciudades en la búsqueda de fórmulas de financiación y atracción de recursos financieros en sus territorios. También 3) proporcionará apoyo al diseño de carteras de proyectos transformadores de mitigación y adaptación al cambio climático. Algunos de los servicios que impulsará la plataforma son la rehabilitación energética masiva de viviendas, el desarrollo de "sandbox regulatorios" y la creación de una aceleradora climática.

La Misión Europea de Ciudades de la Comisión Europea y su proyecto de implementación, NetZeroCities, estará muy presente en esta plataforma que buscará una conexión especial con otras ciudades europeas pioneras en la materia, y con otras plataformas ya existentes como 'Viable Cities' en Suecia o las que se están desarrollando en otros países como Austria, Francia, Grecia, Holanda e Italia. También se coordinará con otras desarrolladas en el ámbito de las redes de ciudades –la Red de ciudades por el clima de la Federación Española de Municipios y Provincias, ONU-Habitat, o la red Innpulso–.

EIT Climate-KIC estará a cargo del funcionamiento de la plataforma, en colaboración con la Universidad Politécnica de Madrid (UPM), que contribuirá con su conocimiento técnico en neutralidad climática y en modelos de organización colaborativos en el marco de la transición ecológica. Junto con estas instituciones, la Oficina Española de Cambio Climático y la Fundación Biodiversidad, conforman el Consejo Supervisor de la iniciativa. En definitiva, una herramienta que complementa y amplía a más municipios españoles el trabajo de la Misión europea de ciudades climáticamente neutras e inteligentes; una herramienta clave para abordar la emergencia climática desde los entornos urbanos.

Net Zero
"Los compromisos climáticos asumidos por los gobiernos hasta la fecha -incluso si se cumplieran en su totalidad- estarían muy por debajo de lo necesario para conseguir que las emisiones mundiales de dióxido de carbono (CO2) relacionadas con la energía sean nulas en 2050 y dar al mundo una oportunidad de limitar el aumento de la temperatura global a 1,5 °C". Lo dice el informe Net Zero by 2050 de la Agencia Internacional de la Energía. Para alcanzar ese objetivo a 2050, "se requiere una transformación sin precedentes de la forma en que se produce, transporta y utiliza la energía a nivel mundial", añade el informe. La IEA cuenta con una hoja de ruta "para garantizar que no se pierda la oportunidad de alcanzar las emisiones netas cero en 2050", que conlleva un "aumento histórico" de la inversión en energías limpias con la consecuente creación de "millones de nuevos puestos de trabajo" y el impulso del crecimiento económico mundial. Algunos de los más de 400 hitos de esta hoja de ruta hacia la energía neta cero en 2050 son "la no inversión en nuevos proyectos de suministro de combustibles fósiles", y "ninguna otra decisión de inversión final para nuevas plantas de carbón no reducidas". En 2035, no se venderán nuevos turismos con motor de combustión interna, y en 2040, el sector eléctrico mundial ya habrá alcanzado las emisiones netas cero, según establece el documento.

El camino a recorrer, por una parte, "requiere el despliegue masivo de todas las tecnologías energéticas limpias disponibles -como las renovables, los vehículos eléctricos y la rehabilitación de edificios energéticamente eficientes- de aquí a 2030". Por otra parte, para alcanzar las emisiones netas cero en 2050, "la inversión anual en energías limpias en todo el mundo tendrá que triplicarse con creces de aquí a 2030 hasta alcanzar unos 4 billones de dólares". Asimismo, Net Zero significa una enorme disminución del uso de carbón, petróleo y gas, por lo que es necesario tomar medidas como "detener la venta de nuevos turismos con motor de combustión interna antes de 2035" y "eliminar progresivamente todas las centrales eléctricas de carbón y petróleo antes de 2040". En definitiva, la electricidad se convierte en el núcleo del sistema energético, desempeñando un papel fundamental en todos los sectores, desde el transporte y los edificios hasta la industria. "La generación de electricidad tendrá que alcanzar las cero emisiones netas en todo el mundo en 2040 y estar en camino de suministrar casi la mitad del consumo total de energía", según el informe de la IEA. Para conseguirlo, se requerirá un enorme aumento de la flexibilidad del sistema eléctrico como "las baterías, la respuesta a la demanda, los combustibles basados en el hidrógeno o la energía hidráulica". Con este despliegue se llegará –según previsiones de la Agencia- a 2045 con las nuevas tecnologías energéticas muy extendidas: "la gran mayoría de los coches que circulen por las carreteras funcionarán con electricidad o pilas de combustible, los aviones dependerán en gran medida de biocombustibles avanzados y combustibles sintéticos, y cientos de plantas industriales utilizarán la captura de carbono o el hidrógeno en todo el mundo".

El escenario Net Zero 2050 se dibuja así:
• Casi el 90% de la generación mundial de electricidad en 2050 procede de fuentes renovables, y la energía solar fotovoltaica y la eólica juntas representan casi el 70%.
• Puesta en marcha de soluciones de eficiencia energética en edificios, vehículos y electrodomésticos para que el ritmo medio de mejora de la eficiencia energética en la década de 2020 triplique la media de las dos últimas décadas.
• Electricidad progresivamente más limpia mediante tecnologías como los coches, autobuses y camiones eléctricos en las carreteras, las bombas de calor en los edificios y los hornos eléctricos para la producción de acero.
• Bioenergía sostenible para reducir las emisiones en una amplia gama de ámbitos, como los combustibles de bajas emisiones para aviones, barcos y otras formas de transporte, y la sustitución del gas natural por biometano para proporcionar calefacción y electricidad.
• Captura, utilización y almacenamiento de carbono (CCUS) abordando las emisiones de los activos energéticos existentes, proporcionando soluciones en algunos de los sectores en los que es más difícil reducir las emisiones, como el del cemento, apoyando el rápido aumento de la producción de hidrógeno de bajas emisiones y permitiendo la eliminación de parte del CO2 de la atmósfera.
• Hidrógeno para llenar los vacíos en los que la electricidad no puede sustituir fácil o económicamente a los combustibles fósiles y en los que los limitados suministros de bioenergía sostenible no pueden hacer frente a la demanda. Esto incluye el uso de combustibles basados en el hidrógeno para barcos y aviones, así como el hidrógeno en industrias pesadas como la siderúrgica y la química.

Y todo ello para alcanzar en 2050 un mundo de energía limpia, donde el sector energético mundial se base fundamentalmente en las energías renovables. "La consecución de este futuro más limpio y saludable dependerá de un enfoque singular e inquebrantable por parte de todos los gobiernos, en estrecha colaboración con las empresas, los inversores y los ciudadanos". Porque transformar, en definitiva, requiere cambiar comportamientos cotidianos, adquiridos y normalizados, "como la sustitución de los viajes en coche por los desplazamientos a pie, en bicicleta o en transporte público, o la renuncia a un vuelo de larga distancia".

Contenido incluido en la edición de septiembre de Energías Renovables en papel (ER 216), que puedes descargar en PDF gratis aquí

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