Javier García Breva
Director general de SOLYNOVA ENERGIA
jgarciabreva@solynova.com
En una entrevista que el escritor y político italiano Walter Veltroni efectuó en su última visita a España describió la diferencia entre Obama y Mc. Cain por el distinto uso que hacían de los pronombres en sus discursos. Obama siempre hablaba de “nosotros” mientras Mc.Cain utilizaba el “yo”. Sin duda representan dos universos muy diferentes que nos recuerda, en estos momentos de crisis, que aunque lo prioritario sea cambiar el modelo especulativo de crecimiento, ello precisa cambiar las formas y maneras de entender y hacer la Política. Lo uno sin lo otro es imposible.
En ese concepto encaja el mayor plan de gasto público de la historia de EEUU que Obama prepara para infraestructuras y energías renovables y el nombramiento de Steven Chu para cambiar el modelo energético hacia las energías limpias. O la propuesta de Jeremy Rifkin para que los planes de rescate se dirijan hacia una revolución industrial y energética en el sector del automóvil. También la Unión Europea acaba de aprobar, por fin, su paquete energético con el objetivo vinculante del 20% de renovables para 2020.
El Director General de la Fundación de Cajas de Ahorros, Victorio Valle, ha explicado que en España se concentran tres crisis diferentes: la financiera, la de demanda y la del modelo de crecimiento que requiere reformas estructurales en el mercado laboral y sector energético. Las medidas que se han tomado hasta ahora afrontan las dos primeras pero la tercera sigue abandonada por la política económica, ya que al ser a medio plazo tiene menor atractivo político.
La economía financiera es un ejemplo de prácticas hechas al margen de la realidad de las personas, las familias o las empresas. La economía energética lleva el mismo camino. El déficit de tarifa y los líos de pareja entre ACS-Iberdrola, Enel-Acciona y Repsol-Lukoil si algo evidencian es la falta de rumbo en la política energética. Ahora los neoliberales vuelven a la carga: si llevamos las renovables a los presupuestos y hacemos más nucleares con ayudas públicas se ha resuelto el problema. ¿Ya no habrá que subir el recibo de la luz? Engaño sobre engaño. No piensan en “nosotros”.
El cambio de modelo energético ha de ser prioritario en cualquier plan anticrisis. El Gobierno ha aprobado más de ocho paquetes de medidas y en ninguna de ellas se percibe nada parecido a la apuesta de Obama por la lucha contra el cambio climático y el liderazgo de las energías renovables. Mientras EEUU se propone liderar el cambio tecnológico del siglo XXI que representan las energías limpias, aquí se sigue apostando por el riesgo regulatorio para recortar el sector que ya ve mejores alternativas para invertir en el extranjero que en su propio país.
Las energías renovables representan el mayor yacimiento de empleo y el mayor potencial de innovación tecnológica para mejorar nuestra competitividad y la dependencia energética. Constituyen, pues, un excelente plan de rescate. La opinión de una gran mayoría de ciudadanos coincide en que hay que hacer más contra el cambio climático y por las renovables. Pero asistimos paradójicamente al hecho de que desde las propias instancias oficiales se promueve el argumentario contra las renovables.
Si la crisis financiera es, ante todo, una crisis de confianza, la próxima crisis energética se está gestando con este ambiente de desconfianza frente a las tecnologías energéticas limpias y autóctonas. Esto nos lleva a dos conclusiones: que, como ha dicho Pascal Lamy, “con los políticos una cosa son sus deseos y otra su compromiso real” y, en segundo lugar, que es urgente crear en España un auténtico lobby de las renovables de cara a la sociedad y la Administración para contrarrestar la desconfianza hacia un nuevo modelo energético sostenible. Mientras, habrá que ser constantes en las ideas que van a marcar los próximos años. Como cantaron los Beatles: “Nothing´s gonna change my world”.
