Estos nuevos métodos de control han comenzado a funcionar en diciembre. Su sistema de funcionamiento consiste en aplicar voltaje sobre los módulos fotovoltaicos para comprobar que el flujo de corriente es el apropiado. Las células emiten una luz infrarroja que es captada por la cámara de electro luminiscencia. Las que funcionan adecuadamente aparecen brillantes en la imagen de la cámara, las que están dañadas muestran un color oscura. De esta manera, los módulos que pasan el control de calidad son los que muestran una distribución de corriente uniforme.
La medición a través de electroluminiscencia permite detectar posibles errores de fabricación así como daños producidos durante el transporte, en tan sólo unos minutos. Estos test de electroluminiscencia perfeccionan los métodos de control de calidad ya existentes, que incluyen cámaras climática y flash, y medidas a largo plazo como una planta propia de pruebas que cuenta con una superficie de 3.000m².
Marco Siller, director de gestión de productos en IBC SOLAR, ha explicado que el compromiso “la calidad hace que centremos nuestros esfuerzos en la obtención de un alto rendimiento durante la vida útil de sus instalaciones fotovoltaicas. Aunque el sistema de primas está garantizado para 25 años, las instalaciones fotovoltaicas pueden generar energía durante muchos años más. La capacidad de detectar posibles daños en los módulos con anterioridad, nos permitirá una mayor satisfacción de nuestros clientes”.
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