En la práctica, dice Anpier, las “aparentemente improvisadas decisiones” del gobierno del PP “apuntalan las obsoletas centrales nucleares, con riesgos devastadores para el ciudadano y el entorno, y fomentan el uso del gas: combustible fósil, contaminante, caro, exportado y que requiere infraestructuras críticas para el hábitat y la población”.
“Esta dinámica perversa, cuya reversibilidad será compleja, condiciona y amenaza el horizonte competitivo de nuestras empresas, el bienestar social, nuestro medio ambiente y la ya frágil posición geoestratégica de España, y todo a cambio de pretender perpetuar oscuros intereses particulares”, añade.
Al revés que el resto del mundo
La asociación recuerda que la realidad energética española contrasta con lo que ocurre al otro lado de los Pirineos, donde la Unión Europea advierte de los riesgos que supone la dependencia de fuentes energéticas foráneas y de las graves implicaciones para el entorno y la salud que acarrean los usos de recursos fósiles, por lo que recomienda avanzar hacia el desarrollo de fuentes renovables y autóctonas, como la energía solar fotovoltaica, un terreno en el que España era una potencia y cuya proyección ha sido defenestrada por la falta de seguridad jurídica de las inversiones realizadas.
Según el 'Informe marco sobre la demanda de energía eléctrica y gas natural, y su cobertura. Horizonte 2013-2017', elaborado por la CNMC, España no añadirá un solo megavatio fotovoltaico en los próximos cuatro años a los 4.400 MW que hay actualmente, frente a los 24.920 MW existentes de ciclos combinados. Por su parte, las infraestructuras españolas de almacenamiento de gas pasarán de disponer de 61.482 GWh en 2014 a 79.291 GWh en 2018, según el citado informe.
De todo ello “se colige que el Partido Popular, en el Gobierno con mayoría absoluta, ha decidido sin ningún tipo de consenso y en contra de los expresado por los españoles en todos los estudios de opinión, como el realizado por Eurostat, “poner a España a gas”; para lo cual también ha satanizado otras tecnologías, como la solar fotovoltaica, cuya generación resulta a día de hoy más competitiva y limpia”, continua la asociación solar.
Reino Unido tendrá en un año tanta FV como España
El posicionamiento de otros gobiernos europeos es radicalmente distinto. Así, el británico ha decidido dar un gran impulso a la energía fotovoltaica y apunta al objetivo de 20 gigavatios en el 2020, por lo que está previsto que alcancen a España en poco más de un año, pese a tener muchas menos horas de sol. Alemania, por su parte, ya instaló en 2012 más fotovoltaica que España en toda su historia, y en 2013 añadió 3.600 MW más, según la agencia alemana de energía, un crecimiento que no parece vaya a cesar.
En ambos países también se suscitó el problema de las primas a las renovables, que fueron moduladas a futuro y blindada la seguridad jurídica de aquellas instalaciones que ya estuvieran en funcionamiento, para evitar que se cuestionar la seguridad jurídica de estos países.
Anpier destaca que España, por su parte, lidera el ranking de demandas internacionales por violaciones de la Carta de la Energía, con ocho demandas hasta la fecha, doblando al segundo país de la lista: Kazajastán, que tiene cuatro; seguido por Azerbayán con tres, Mongolia con dos y Tayikistán con una. Pese a ello, concluye Anpier, “el Ministro de Industria, Energía y Turismo se jacta de ser un referente mundial en política energética y desarrollo de energías renovables”.