A partir de este principio, el inventor Jorge Alberto Díaz ha presentado al Instituto Nacional de Propiedad Industrial los planos del "Generador Eólico Unidireccional".
El dispositivo, emplazado en campos de la Patagonia, donde siempre soplan vientos del oeste, consiste en un gigantesco tubo de Venturi, que multiplica la fuerza del viento y lo conduce hasta un molino generador de energía.
"Hasta donde pude investigar los vientos unidireccionales que corren en forma permanente al sur del río Colorado, durante el 93 por ciento de los días del año, representan un caso único en el mundo", dijo el inventor a La Arena.
Según se describe en el diario, el invento es “una tobera con forma de cuña, cuyo techo desciende desde la toma hacia la desembocadura para provocar el efecto Venturi”. “La boca -continúa- es un rectángulo de 50 metros de altura por 100 de frente. El tubo mide 82 metros de largo y termina en una desembocadura de 50 metros de ancho y 12,50 de alto. En el túnel el viento incrementa su velocidad varias veces antes de impactar sobre el molino, integrado por los ocho alaves cóncavos de un rotor centrífugo”.
"Un viento de 60 kilómetros por hora llega al final del dispositivo a casi 450 kilómetros por hora", explicó el inventor. Al impactar con presión uniforme sobre "una superficie mucho mayor que la de los molinos convencionales" (de dos o tres aspas) obtiene mayor eficiencia. "El giro del rotor puede controlarse discrecionalmente o con un top de potencia, mediante una ventana de alivio y una compuerta".
Si bien todavía no obtuvo la patente, Díaz cree que "por su relación muy ventajosa entre costo y beneficio y por la urgencia resolutiva de la cuestión energética, éste es el sistema ideal para instalar en nuestro país".
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