La votación a favor de la tarifa por parte del parlamento nipón ha sido uno de los últimos actos legislativos del presidente saliente, Naoto Kan, muy criticado por su mala gestión de la crisis nuclear. Fuentes próximas al ministerio japonés de Industria han indicado que el ejecutivo estaría contemplándo la posibilidad de primar las tecnologías no solares con hasta 200 yenes (185 euros) por MWh. Se espera que la cifra solar sea aún más elevada. Entre tanto, y en todo caso, la ley obliga a la creación de una comisión parlamentaria especial para fijar tanto las diferentes tarifas como los detalles de su implementación.
De momento, la nueva norma fija una condición muy concreta: que la tarifa se revise cada tres años, medida introducida, según fuentes del sector, para evitar las posibles burbujas que han afectado los sectores en España o Italia. La nueva ley viene a reforzar el objetivo inicial de Japón de alcanzar el 20% de energías renovables en el mix eléctrico del país en el año 2020, frente el 9% actual. También obliga a las eléctricas a comprar, a la tarifa especial finalmente fijada, toda la energía generada por fuentes renovables a partir del mes de julio de 2012. De momento, agencias vinculadas al ministerio de Industria contemplan el establecimiento de un objetivo de unos 30 GW (treinta mil megavatios) de nueva potencia renovable de aquí a los primeros años de la siguiente década, más de cuatro veces la cifra actual (6,5 GW), aunque la nueva ley no incluya una cifra explícita. En la imagen, el recién nombrado primer ministro, Yoshihiko Noda, visita Fukushima (lo hizo ayer).
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