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75 recomendaciones para asegurar la plena aceptación de la energía eólica 

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Planificación  temprana y transparente, marco normativo claro, impulsar la coexistencia de los parques eólicos con otros proyectos de renovables, garantizar la participación de la comunidad… Estas son algunas de las recomendaciones recogidas en el proyecto GP WIND, cuyo objetivo es hacer compatible el desarrollo de la energía eólica, tanto en tierra como en mar, con el medio ambiente y los intereses sociales. 
75 recomendaciones para asegurar la plena aceptación de la energía eólica 

Los resultados del proyecto GP WIND fueron presentados el pasado 4 de julio en Madrid en un acto que contó con la participación de varios de los expertos españoles que han trabajado y colaborado en el desarrollo de este estudio europeo, uno de cuyos objetivos es ayudar al desarrollo de la energía eólica en Europa, de forma más rápida, transparente y menos costosa, contribuyendo a la consecución de los objetivos del 2020 sobre generación de energía renovable.

Para ello, expertos de los países participantes  –17 socios de Reino Unido, Noruega, España, Italia, Grecia, Bélgica, Malta e Irlanda–, liderados por Gobierno de Escocia, han estado analizando in situ, en parques representativos y a lo largo de los dos últimos años, las múltiples barreras a las que se enfrenta la energía eólica terrestre y marina desde sus perspectivas ambiental y social.

Impactos
El consultor ambiental Álvaro Camiñas ya adelantó a Energías Renovables en abril pasado (ver artículo) que una de las principales afecciones de los parques eólicos se centra en la biodiversidad, bien en las especies o en los hábitats donde se localizan esta instalaciones. Ahora, en la presentación en Madrid, volvió a incidir en ello: “Hay tres tipos de impactos, bien por colisión directa con las palas, por pérdida de hábitat (el denominado efecto vacío) o el posible efecto barrera a los grandes movimientos migratorios, aspectos todos ellos no tan fáciles de estimar y a menudo objeto de controversia entre conservacionistas y promotores”.

Manuela de Lucas, de la Estación Biológica de Doñana, destacó que la mayor tasa de mortalidad de aves se ha estado dando en la zona de Tarifa, concretamente en el entorno de la Laguna de la Janda, donde han sido analizados trece parques. “Detectamos que la mortalidad se concentra en determinados momentos del año (septiembre, octubre y noviembre) y solo en unos pocos aerogeneradores. Aplicando la parada selectiva de estas máquinas se ha logrado reducir en un 62% la mortalidad del buitre leonado, mientras que la producción de energía eólica solo se ha visto reducida en un 0,07% en el año”, puntualizó la experta. 

La construcción de los aerogeneradores, líneas de interconexión y las pistas de acceso suponen también una modificación de los hábitats, por lo que los expertos reunidos en Madrid destacaron que es necesario un diseño adecuado, salvaguardando las superficies protegidas. En cuanto a los impacto sociales, algunos de los más habituales están relacionados con el ruido de los aerogeneradores, los conflictos que pueden generar estas instalaciones con otros intereses económicos y el turismo,  o de qué manera los perciben los habitantes de la zona para el desarrollo local. En el caso de los parques en el mar, destacan los impactos relacionados con los fondos marinos, la  pesca y la industria marina.

GP WIND ha puesto de relieve, asimismo, la necesidad de mejorar los procedimientos de Evaluación de Impacto Ambiental (EIA). En España, aunque hay comunidades que lo tienen bastante bien regulado, al necesitar la intervención de distintas administraciones se hace complejo y largo, quizás por una falta de comunicación interna entre las propias administraciones en algunos casos.

Otra cosa es sobre eólica marina, donde la competencia es estatal y además compartida entre las distintas administraciones competentes en la ordenación del espacio marítimo –puertos, pesca, navegación y demás usos del mar– y donde intervienen también las autonomías  en la autorización de determinados usos en la costa. En este caso,  lo que falta es experiencia y hacer una regulación al respecto, incorporando los criterios seguidos en otros países donde la eólica offshore se está implantando con éxito.

Buenas prácticas
Los detallados estudios realizados  en los parques de cada uno de los países participantes en el proyecto GP WIND han concluido en la elaboración de una guía práctica que recoge las medidas correctoras más eficaces ya implementadas –como las señaladas en Tarifa– o que se deben implementar a fin de minimizar el impacto de los aerogeneradores. Son, en total, 75 recomendaciones, cuya aplicación permitirá unificar el procedimiento para el desarrollo de la energía eólica en Europa en armonía con el medio ambiente y la población.

Algunas de las recomendaciones recogidas en la guía son, además de la ya señalada de realizar paradas selectivas de turbinas al paso de las aves, disponer de un modelo claro y de buena calidad para los EIA, monitorear los impactos a largo plazo, mejorar la formación de los vigilantes de los parques eólicos y evaluar los impactos acumulativos. Pero la guía también pone el acento –y mucho–en la aceptación social, mediante medidas como la mejora de la comunicación entre el promotor, la administración y las comunidades afectadas por el desarrollo eólico; la aportación de información real sobre el proyecto; o proporcionar una información detallada sobre los beneficios locales.

“Una comunicación efectiva y la integración del conocimiento científico ambiental en la etapa de diseño de un proyecto eólico es esencial para que el proyecto salga adelante con éxito”, ha explicado a Energías Renovables Raquel Villalba, de la Unidad de Medio Ambiente del centro tecnológico LEITAT de Tarrasa, que está al frente de la participación española del proyecto. “Y es manifiestamente necesaria una vigilancia ambiental de los parques eólicos durante todas las etapas de desarrollo (planificación, construcción, funcionamiento y desmantelamiento)”, añade.

La experta considera que  “GP WIND ha permitido, además,  demostrar que el papel de los técnicos de medio ambiente en la tramitación de los proyectos de energía eólica terrestre y marina no debe entenderse como una barrera al proyecto o como una simple obligación por parte de las autoridades ambientales para pasar el procedimiento requerido de EIA, sino, por el contrario, debe entenderse como una herramienta clave y positiva para la incorporación en estos proyectos de los criterios técnicos necesarios para hacerlos compatibles con la protección del medio ambiente durante todas las etapas de proyecto. Esto, a su vez, proporciona un valor añadido para la aceptación social de los mismos”.

Herramienta on line
Junto con la guía de buenas prácticas, GP WIND ofrece una herramienta online de apoyo, que aporta numerosa información sobre buenas prácticas realizadas en parques eólicos, una comparativa entre países con información sobre trámites, plazo medio para la concesión de los permisos, etc.

Los socios de GP WIND confían en que las recomendaciones que ofrecen sean asumidas por parte de los órganos de gobierno competentes de los diferentes países,  en apoyo a los objetivos europeos sobre energía renovable para el 2020, y que España se sume a esta apuesta por la conciliación entre los objetivos energéticos y medioambientales.

El proyecto GP Wind está financiado por la Comisión Europea, en el  marco del programa Energía Inteligente para Europea.

 

 

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