La Asociación de Ciencias Ambientales (ACA) ha elaborado, por una parte, la guía susodicha (cuya dirección técnica ha corrido a cargo del ambientólogo José Luis Fernández) y, por otra, una muy completa serie de "fichas didácticas" sobre la Certificación de Eficiencia Energética de Edificios que van contestando, con mucha claridad, todas esas preguntas que surgen cuando hablamos de certificación de edificios. Las fichas se plantean una veintena larga de cuestiones muy concretas. A saber, y por ejemplo, ¿a partir de cuándo es necesario el certificado?, ¿qué son los indicadores energéticos?, ¿cuál es su finalidad?, ¿cuáles son las ventajas que se derivan de una certificación de estas características para los propietarios del edificio o vivienda en cuestión? O... ¿cuáles son las ventajas para los usuarios de ese inmueble?
De muestra, un par de botones: ¿cuáles son las ventajas para los propietarios del edificio/vivienda?
1. Información. La calificación energética otorga información al propietario sobre su bien inmueble. La información le permitirá tomar medidas para mejorar el comportamiento energético del edificio o vivienda de la que es propietario.
2. Factor de competitividad. La mejor clasificación otorga a la vivienda un factor de competitividad extra. Al igual que ocurre con otros bienes como los electrodomésticos, una vivienda más eficiente será más competitiva en el mercado.
3. Aumento del valor patrimonial. Las viviendas en las que se lleven a cabo medidas de mejora de la eficiencia energética obtendrán una calificación energética mejor (de la A a la G), que aumentará el valor patrimonial. La etiqueta energética lo pondrá de manifiesto al mostrar la calificación energética en los anuncios publicitarios.
¿Cuáles son las ventajas para los usuarios del edificio/vivienda?
1. Información. Para el usuario del edificio la información es muy relevante, dado que asume el pago de las facturas energéticas. Además, es un derecho otorgado al consumidor por la Ley General de Defensa de los Consumidores y Usuarios (RDL 1/2007).
2. Capacidad de elección. El futuro comprador o arrendatario conocerá la "eficiencia energética" de la vivienda antes de decidir. Al precio de venta o a la renta mensual del inmueble se incorporarán la "hipoteca energética" como un factor más a tener en cuenta.
3. Mejora en la economía doméstica. Habitar en una vivienda energéticamente más eficiente supone un ahorro económico que permite disponer de mayores recursos para dedicar a otros usos (alimentación, ocio, etcétera).
4. Mejora en el confort y la calidad de vida. No todo es económico. Por ejemplo, una vivienda mal aislada, no proporciona confort al usuario y es vulnerable frente a la aparición de condensaciones (humedades o podredumbre), con las consecuencias que ello tiene sobre la salud.
Guía práctica sobre la Certificación de la Eficiencia Energética de Edificios