Según declaraciones recogidas por Europa Press, Rafael Lorenzo admitió que “los stocks de importaciones almacenados en Rótterdam están afectando negativamente a los precios y todavía hay una distorsión en el mercado provocado por este dumping". Sin embargo, confía en que "en los próximos tres o cuatro meses se liquide este stock”, a la par que espera un cumplimiento efectivo de la orden de obligación de mezcla de biocarburantes, “lo que permitirá que todas las refinerías de la costa atlántica se surtan con la producción de la planta de Ferrol”.
Motor de creación de empleo para la zona
Solo así tendrá sentido la puesta en marcha de una fábrica con capacidad para 300.000 toneladas de producción anual de biodiésel, como la inaugurada en el puerto exterior de Caneliñas (Ferrol), y la inversión de 80 millones de euros que lleva aparejada. Y también se asegurarán los 70 empleos directos y los 120 indirectos que Infinita Renovables pronostica cubrir, con el 90% procedente de la zona de Ferrolterra.
Rafael Lorenzo incidió también en que tanto la planta de Caneliñas como la de Castellón son las "más competitivas de España”, por su proximidad al cliente, por la facilidad de escala, por la logística, por disponer de atraque propio sin límites de calado y por su gran capacidad de almacenaje. Los acuerdos de compra y mezcla con las refinerías cercanas son básicos, como lo demuestra el alcanzado el pasado mes entre BP e Infinita Renovables en Castellón, por el que se contempla el suministro de biodiésel con una calidad superior a la marcada por la norma EN 1424 de la Unión Europea, según informaron en un comunicado fuentes de ambas empresas.
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