Junto a Jay Cheng, han trabajado en el estudio Anne-Marie Stomp, profesora asociada de Ingeniería Forestal, y Mike Yablonski, investigador asociado en post-doctorado. La investigación ha demostrado que el empleo de purines y aguas residuales en el cultivo de lenteja de agua permite obtener una gran cantidad de almidón. A modo orientativo, los autores cifran la cantidad de almidón entre cinco y seis veces superior por unidad de superficie cultivada que el obtenido con el cultivo de maíz. Gracias a su forma de reproducción vegetativa, por gemación, es capaz de generar nuevas hojas y producir, de este modo, biomasa mucho más rápidamente que los cultivos tradicionales.
Los purines suben el contenido de almidón
El contenido en almidón de las lentejas de agua es muy variable según la especie, y oscila entre el 3% y el 75% del peso seco de la planta. Varios parámetros, como el perfil nutricional y la concentración, tienen una influencia capital en la acumulación de almidón. En el laboratorio se ha encontrado que la especie Spirodela polyrrhiza puede cultivarse con purines de cerdo tratados mediante un proceso anaeróbico y obtener de ella un contenido en almidón del 46% sobre el peso seco.
Esta pequeña planta tiene un potencial enorme para la producción de bioetanol, debido a su rentabilidad económica. En la actualidad, se construye una planta piloto, con una superficie de agua de 600 m2, dentro de una granja comercial, para investigar la mejora de los factores y rentabilidad económica relacionados con el cultivo con purines, así como con su recolección y posterior secado.
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