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Cristina Rois, Plataforma por un Nuevo Modelo Energético

Las renovables en España no tienen por qué ser una amenaza para la biodiversidad, y son necesarias

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El pasado 11 de diciembre la revista Science publicó un artículo escrito por biólogos y ecólogos españoles de prestigio en el que se denunciaba la instalación de energías renovables, especialmente eólica y solar fotovoltaica, como una amenaza para la biodiversidad en España. Este es un artículo de Cristina Rois, miembro de la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético, en respuesta a la carta Las Renovables en España Amenazan la Biodiversidad, publicada en Science.
Las renovables en España no tienen por qué ser una amenaza para la biodiversidad, y son necesarias
Página de la revista Science, con el artículo

La revista Science es una de las revistas de referencia del mundo científico, y el prestigio asociado, en principio, avala los contenidos que se publican en ella. No obstante, Science, además de publicar material propiamente científico, sometido a las reglas de revisión por pares, también deja espacio para la exposición y discusión de temas fuera del ámbito de la ciencia, en una sección de artículos de opinión. Y este es el caso del artículo que denuncia la instalación de energías renovables eólica y solar fotovoltaica como una amenaza para la biodiversidad en España.

Encuentro el punto de vista de los autores muy parcial y, a mi juicio, no redunda en una mejor defensa de los valores ambientales que se reivindican. Me gustaría apoyar mi parecer sobre el artículo apoyándolo en algunas de las afirmaciones que contiene.

1) “A pesar de los esfuerzos del gobierno español para evitar una burbuja especulativa en el mercado secundario, ya existen permisos de acceso a la red para proyectos que representan 121 GW”

Pero los 121 GW son solo solicitudes en curso. A finales de octubre de 2020, Red Eléctrica (A) ha contabilizado autorizaciones de acceso y de conexión de nueva potencia para 15,6 GW eólicos y 55,5 GW fotovoltaicos (FV), (en total 71 GW). Aun les falta obtener el permiso de puesta en servicio, que se obtiene cuando se  hayan realizado las pruebas técnicas correspondientes.

Las propuestas que han conseguido ya el permiso de acceso pero todavía tienen que obtener el permiso de conexión a la red de transporte son 13,3 GW eólicos y 34,2 GW FV. Deben  presentar el proyecto básico y el programa de ejecución de la instalación. En este proceso se verifica la viabilidad técnica y de ingeniería de la instalación. Es decir que hasta que los permisos están conseguidos los promotores no tienen siquiera que presentar un proyecto! Y, por supuesto, todas las instalaciones tienen que superar una evaluación de impacto ambiental. Conviene saber también que se han denegado 91,7 GW FV y 16,4 GW eólicos.

Es decir, no se puede conocer todavía cuánta potencia se instalará finalmente, pero que haya solicitud de permisos por 121 GW en este momento, no significa que el objetivo del PNIEC (B) de 52 GW renovables eólicos y FV para 2030 se vaya a superar.

No puede olvidarse tampoco, que la evolución de las instalaciones nuevas dependerá de su remuneración, y que el actual sistema del mercado eléctrico no está diseñado para una alta producción  renovable.  Hay todavía muchas incertidumbres que van a afectar al despliegue de la nueva potencia renovable. Por ello su desarrollo va a estar muy ligado, al menos durante un tiempo, a la ordenación desde el gobierno mediante el procedimiento de subastas. La primera subasta convocada por el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (C) se celebrará el próximo 26 de enero de 2021. El cupo objetivo será de, al menos 1 GW de tecnología fotovoltaica y 1 GW de eólica terrestre y 1 GW de potencia a subastar sin restricción tecnológica. Se diría que va a haber un largo camino hasta cumplir los objetivos del PNIEC.

2) “Los nuevos proyectos afectarán a cientos de miles de hectáreas y no hay forma de compensar la enorme cantidad de hábitats valiosos que podrían perderse”

Estoy de acuerdo en que las energías renovables, especialmente las solares, implican una ocupación del territorio notable. Pero hay impactos, muy visibles, que son menos dañinos que otros poco aparentes, como las emisiones de gases de efecto invernadero o de gases y residuos radiactivos. Hay una escala en la gravedad de los impactos de las diferentes tecnologías energéticas y eso no se puede olvidar.

Pero lo que resulta sorprendente de esa frase es que la preocupación por la pérdida de hábitats valiosos no conduzca a una evaluación de la situación de esos mismos hábitats dentro de 10 años, cuando debieran realizarse los objetivos del PNIEC, si las emisiones que han desencadenado el cambio climático no se reducen pronto y mucho. ¿Qué es lo que va a acabar antes con esos hábitats, los parques eólicos y solares o las altas temperaturas, las sequías o la competencia de agua para cultivos? ¿Por qué no consideran su deber como científicos el facilitar a la sociedad un mejor entendimiento de lo que va a cambiar el medio natural que conocemos en la península ibérica por el cambio climático en lugar de transmitir la impresión de que sin las instalaciones renovables esos valiosos hábitas podrán permanecer?  Hay que preguntarse qué significa para los autores la expresión “emergencia climática”.

Para mi asumir la emergencia implica tomar decisiones sobre las condiciones que tenemos ahora y modificarlas lo antes posible en la dirección de reducir emisiones. También el consumo de energía. Pero la urgencia implica apuestas fuertes y rápidas. Consideramos un deber aprovechar las oportunidades que se presentan para que se realicen los cambios necesarios. Y esto no nos impide buscar y exigir que los impactos se limiten todo lo posible.  Como ejemplo, la Plataforma por un Nuevo Modelo Energético ha elaborado una lista de criterios sobre cómo abordar la reducción de impactos en la dimensión, la ubicación y la gestión de instalaciones fotovoltaicas de gran tamaño: “Propuestas para un sistema energético descarbonizado y democratizado: reducir el impacto ambiental de las grandes instalaciones fotovoltaicas” (D). Estamos muy de acuerdo en un “enfoque más cauteloso”, pero no en la inacción o en descalificaciones generales de alternativas viables, y por ahora, de las pocas medidas que se está ejecutando para frenar el cambio climático.

3) “La mejor manera de reducir los impactos es eligiendo ubicaciones adecuadas. Sin embargo, la información de campo actualizada necesaria para lograr este objetivo a menudo no está disponible, y los proyectos están autorizados en áreas con especies subprotegidas porque su estatus dentro de las listas regionales y estatales frecuentemente está desactualizado”

Tienen razón en que hay un gran trabajo que hacer con las administraciones.  Consideramos que las instituciones científicas están en inmejorable posición para hacer llegar sus propuestas a los diferentes niveles administrativos implicados. El prestigio de la ciencia es un aval que sin duda facilitará que les escuchen. Al menos seguro que lo tienen más fácil que los grupos ecologistas.

En todo caso, el pasado 11 de diciembre el Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico presentó el mapa eólico y el mapa solar de todo el territorio nacional, como herramienta orientativa para la elección de ubicaciones adecuadas de los parques. Esto no resolverá todos los problemas pero parece un buen punto de partida (E).

4) “… pedimos un mayor compromiso con políticas más distribuidas y de ahorro de energía que reduzcan los impactos ambientales directos sobre la biodiversidad, como la eficiencia energética, el autoconsumo y la mejora del rendimiento energético en los edificios”

Nuevamente muy de acuerdo. A eso se dedica la organización a la que pertenezco. Por ello somos conscientes de la lentitud de los progresos, especialmente en la eficiencia energética de edificios. Somos de la opinión de que el ahorro energético es la mayor fuente de energía de nuestro país. Pero vemos que requiere de una voluntad política sostenida, de financiación estatal y formación técnica de profesionales. Es un objetivo imprescindible, pero nos tememos que no será suficientemente rápido para responder por sí solo al desafío climático.

El autoconsumo fotovoltaico sobre tejado o eólico en un polígono industrial, por ejemplo, son una realidad. Pero… ¿cuándo habrá una producción suficiente para cerrar centrales de gas o nucleares? No hay todavía  estimaciones de organismos de la administración sobre el potencial de la fotovoltaica en tejado, aunque está en elaboración la Estrategia Nacional de Autoconsumo. Varias organizaciones han intentado avanzar estimaciones o propuestas para 2030 y llegan a cifras bastante diferentes: desde una potencia fotovoltaica acumulada sobre tejado cercana a 7 GW (UNEF), a 26 GW de potencia instalable FV con una inversión de 32.617 millones de euros, un 55% del objetivo del PNIEC con fotovoltaica (El Observatorio de la Sostenibilidad) (F).

Todas  están por debajo de la cuantía necesaria para suministrar tanto a pequeños como a grandes consumidores, privados o de servicio público (alumbrado o ferrocarril). En definitiva, por ahora no parece que el desarrollo del autoconsumo pueda evitar la necesidad de instalaciones fotovoltaicas sobre suelo.

Conclusión
Comparto la preocupación por la conservación del medio natural, pero señalar a la implantación de renovables como causante principal de los problemas ambientales no solo es erróneo sino que bloquea uno de los caminos que esta sociedad debe emprender para resolverlos. Además, no se pondera el papel de los diferentes agresores de ese espacio que se quiere proteger a lo largo de la próxima década. Muy llamativamente falta alguna referencia a la evolución de esos espacios bajo la presión del cambio climático.   

Por otra parte, el artículo transmite que es suficiente con la eficiencia y el autoconsumo para resolver el problema energético. Es una impresión que no se ve apoyada por los datos disponibles, por más que las señas de identidad de la Plataforma son el ahorro energético y la generación distribuida en manos de la ciudadanía.

La transición energética es fundamental para frenar el cambio climático y por tanto conservar las áreas de alto valor ecológico. Y esta transición debe comenzar ya, con todas las herramientas disponibles y la vigilancia atenta de la ciudadanía organizada y de la ciencia más preocupada por sus impactos. Pero no se puede esperar a que todos los problemas económicos y tecnológicos estén resueltos para arrancar.

Referencias:
(A) Consulta el estado de las solicitudes

(B) Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC) 2021–2030

(C) Primera Subasta para el Otorgamiento del Régimen  Económico de Energías Renovables

(D) Plataforma por un Nuevo Modelo Energético,  Propuestas para un sistema energético descarbonizado y democratizado: reducir el impacto ambiental de las grandes instalaciones fotovoltaicas   

(E) El Miteco presenta la zonificación ambiental para energías renovables

(F) Unión Española Fotovoltaica (UNEF). Informe anual 2020

Observatorio de la Sostenibilidad. 1 Millón de Tejados Solares en 2025

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Cristina Rois
Agradezco vuestos comentarios. Es un tema de la mayor importancia en este momento porque nos toca "doblar la curva de emisiones" con rapidez suficiente para frenar los mayores impactos del cambio climático. Si no comenzamos ahora no podemos llegar a la neutralidad climática en 2050. Y se sabe que la principal causa del problema son las emisiones de CO2 de las combustiones de energías fósiles. Esto es algo en que las renovables ofrecen una clara ventaja que debemos aprovechar. Pero estoy muy de acuerdo en que la reducción del consumo energético mediante mejor eficiencia y un uso más austero son la base. Solamente renovables no pueden sostener un sistema como el actual, y tampoco es lo que necesitamos. Pero es que se ha hecho muy poco en transición energética todavía, y no podemos esperar a que el sistema cambie!. El oligopolio eléctrico y algunos otros grandes inversores entran a instalar avasallando y con el único criterio de su rentabilidad. Es un serio problema, cierto. ¿Como controlarlos? Creo que apoyando la planificación desde las administraciones y mejorando los instrumentos disponibles a la ciudadanía: evaluaciones de impacto ambiental, denuncias públicas y exigencias a las administraciones. Pero pararlo todo hasta que las administraciones estén listas, o pretender salvar la riqueza faunística y vegetal excluyendo de las instalaciones renovables grandes áreas "por si acaso", en mi opinión no son opciones aceptables en una situación de crisis global. Sobre todo porque el efecto del cambio climático es ya un problema para muchas especies y la situación empeorará. No ayuda confiarlo todo a soluciones que, aunque tengan gran potencial, no se están desplegando con la rapidez necesaria.Probablemente porque depende de la iniciativa individual y la inversión particular. Me refiero al autoconsumo. En el artículo están las referencias a varios estudios que exploran su desarrollo hasta 2030, todos actuales (el de Greenpeace es de 2005, ojalá se hubiera comenzado entonces, y da cifras para 2050). En ninguno, según mis estimaciones, se alcanzan los objetivos de la propuesta del gobierno (PNIEC 2030), que desde el movimiento ecologista hemos denunciado como insuficiente. Creo que se necesita colaboración de las gentes con diferentes visiones y conocimientos de lo que debe pasar en esta década que comenzamos. Y diferentes sensibilidades a los distintos problemas, pero tod@s trabajando sobre las principales amenazas. Si atendemos sólo a algunas y dejamos de lado al "elefante en la habitación" no seremos capaces de avanzar.
Fuensanta
Estoy totalmente de acuerdo contigo, Fernando. Según el estudio de Greenpeace, Renovables 2050, se podrían instalar 494.500MWp de paneles fotovoltaicos integrados en los edificios con los cuales se podrían generar 569,3TWh/año. Este suministro cubriría más del doble de la demanda para 2050. Excepto País Vasco y Asturias, el resto de España sería autosuficiente solo con los paneles integrados en edificios. Creo que achacar a la decisión política el impulso de los paneles en edificios es escurrir el bulto sobre la realidad de que las empresas eléctricas no han planteado, ni les ha interesado presionar al Gobierno para que este sistema se impulse y generalice.
Fernando Belda
Gracias Cristina por tus aportaciones, pero no estoy de acuerdo No se puede matar al mensajero; están diciendo lo que ya sabemos, Hay mortandad de aves en parques eólicos y en sus líneas eléctricas de evacuación, y la solar tampoco será una excepción. Convertir el suelo agrícola o forestal en suelo industrial tiene su impacto, cualquier persona lo puede identificar fácilmente, porque físicamente se ve. Pero también hay cambios que sólo los pueden identificar personas más expertas o con mayor sensibilidad. Muchas especies que pueden desplazarse evitan estos nuevos espacios que han sido transformados que les son hostiles a su modo de vida: ruidos, nuevas barreras físicas, ocupación se sus espacios de campeo y nidificación, ... Los megaproyectos de energías renovables han pervertido totalmente el espíritu con el que fueron presentadas e impulsadas por el movimiento ecologista y social hace más de 35 años, entonces conocidas como energías alternativas. Aquellas empresa que tenían el monopolio eléctrico entonces, se enfrentaban a este movimiento con el eslogan NUCLEAR HOY, SOLAR MAÑANA. Entonces hacían negocio vendiendo energía de origen nuclear, hoy lo hacen vendiéndola de origen "renovable". La cuestión es seguir ganando dinero, y controlando el sistema. El autoconsumo bien planteado es la fuerza que tiene que equilibrar semejante disparate: producir energía lejos de los puntos de consumo. Lo que va en contra de sus grandes virtudes: su universalidad, modularidad, sencillez y facilidad de instalación. Realmente necesitamos más energía para tener las calles alumbradas antes de hacerse de noche, o con tal intensidad de luz que podemos leer un libro en medio de la calle, o para traer alimentos que viene de miles de kilómetros, o para tener más electrodomésticos y dispositivos encendidos a los que muchas veces ni hacemos caso. Las energías renovables deben de formar parte de un nuevo modelo energético y social, basado en la demanda y qno en la oferta, que es lo que produce el efecto llamada y es el que alimenta estos megaproyectos. Cuando se acude para la defensa de este modelo que contribuyen al desarrollo de la España vaciada, se hace un uso tendencioso de esta frase. La España vaciada ya contribuye al mantenimiento de los ecosistemas y de los recursos naturales. Protege la biodiversidad, el suelo, el agua, mantiene el paisaje, limpia el aire y produce el oxígeno que respiramos, lucha contra los incendios, y contra el cambio climático como el que más. Pero no de ahora, ha sido siempre así. El problema es que son productos intangibles, difíciles de valorar y medir. El kw/h sí se puede medir fácilmente y se le pone un valor que es entendido por todos. Si igual que ahora se compensa económicamente a los propietarios de suelo en función de los kw/h que generarán estos megaparques, se les hubiera compensado por todos estos productos que generan, y que son vitales para los ecosistemas y parala vida, mucho más que la energía eléctrica, que sólo puede beneficiar a la especie humana, seguramente estarían velando para que estos proyectos no alteraran su fuente de recursos, que al final es de todos.
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