El estudio, publicado ayer por el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (Pnuma), alerta nuevamente sobre el incremento de los gases de efecto invernadero y urge a disminuirlos antes de 2030 para garantizar el objetivo de un aumento máximo de +2°C en la temperatura de la Tierra (+2ºC sobre la temperatura media que registraba el planeta en la era preindustrial, en torno al año 1750, momento a partir del cual la Humanidad empieza a emplear de manera cada vez más masiva los combustibles fósiles; primero el carbón y luego el petróleo y el gas). Según la Organización de Naciones Unidas (ONU), el cumplimiento del Acuerdo de París, en el que se establece ese fin (no exceder ese +2), requerirá "que los Estados tripliquen las medidas que están implementando y, si la comunidad internacional quisiera ir más allá y limitar el calentamiento a +1,5°C, esas provisiones deberán ser cinco veces mayores". Según el Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente, "aunque las posibilidades van decreciendo, esa meta aún es posible de lograr".
El informe ha sido divulgado en vísperas del inicio de la 24ª Conferencia de las Partes de la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático (Conference of Parties -CoP- 24) y en él se indica que, si continúan las tendencias actuales, el calentamiento global será de +3°C al finalizar este siglo y a partir de entonces será aún más drástico.
Cincuenta y siete países
Según el estudio que acaba de publicar Naciones Unidas, "por el momento, sólo 57 países están en la vía correcta para empezar a bajar sus emisiones antes de 2030, una cifra muy reducida tomando en cuenta que para ese año las emisiones globales deberán ser un 25% menores que en 2017". La directora ejecutiva del Pnuma, Joyce Msuya, ha hablado de las luces y sombras de la situación actual: “la ciencia es clara -ha dicho-: los gobiernos deben avanzar más rápido y con mayor urgencia. La buena noticia -ha añadido- es que tenemos a nuestro alcance todos los medios para extinguir el incendio”.
Habida cuenta de la emergencia -informa la ONU-, los autores del informe han elaborado "una hoja de ruta para implementar medidas transformadoras en la política fiscal, el campo de la innovación y la acción climática del sector privado y subnacional". En cuanto a las medidas fiscales, el jefe de Científicos del Pnuma, Jian Liu, ha sido muy explícito: el establecimiento por parte de los gobiernos de impuestos a los combustibles fósiles y medidas de política fiscal para subsidiar las alternativas de bajas emisiones -ha dicho- puede estimular las inversiones correctas en el sector energético y reducir significativamente las emisiones de carbono.
“Afortunadamente, el potencial de usar la política fiscal como un incentivo es cada vez más reconocido. Ya están implementadas o programadas 51 iniciativas de fijación de precios del carbono que cubren aproximadamente 15% de las emisiones globales”. Jian Liu, jefe de Científicos del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente
Liu ha añadido que, si se eliminaran todos los subsidios a los combustibles fósiles, las emisiones globales de carbono podrían reducirse hasta un 10% para 2030. Además, si el precio del carbono se fijara en 70 dólares por tonelada de CO2, en algunos países las emisiones bajarían hasta un 40%.