Así, la participación de las tres fuentes mencionadas evolucionará desde el 11,8% de la potencia instalada en el año 2011 al 19,8% en 2021, con una estimación de crecimiento anual del 10%, especialmente en los proyectos eólicos.
Respecto al sector eólico, se evalúa que podría alcanzar los 16 GW de capacidad instalada, casi diez veces más que la presente. En la actualidad, existen una cartera de 600 proyectos autorizados por la Empresa de Investigación Energética (EPE, por sus siglas en portugués), principal impulsor del informe, cuya potencia total supera los 16.000 MW. De este total, 450 proyectos se encuentran en el noreste del país, por un total de aproximadamente 12.000 MW, y 150 proyectos se encuentran en la región sur, con unos 4.300 MW.
"Hace tres años teníamos dos fabricantes de turbinas eólicas en Brasil, hoy tenemos ocho y tendremos uno más en 2013. Brasil deberá pasar de la décima primera posición a la cuarta o quinta de aumento de capacidad anual del sector", aseguró Mauricio Tolmasquim, presidente de la EPE.
En relación con otras fuentes renovables, como las térmicas movidas a biomasa - mayoritariamente de bagazo de caña de azúcar- y PCH, el escenario es dispar. En el caso de las PCH, aunque tiene un potencial de más de 17 GW, parecen haber perdido competitividad en las subastas de energía desde 2009, con un costo de inversión un 45% mayor respecto de hace cinco años y precios en la energía superiores a los de la eólica y otras fuentes. Según datos de la Agencia Nacional de Energía Eléctrica (Aneel), de los 2.537 MW en diferentes etapas de instalación, sólo un 22% discurre según lo previsto; un 39% tiene diversos tipos de impedimentos; y otro 39% ni siquiera tiene la licencia de instalación.
La biomasa de la caña de azúcar, por su parte, se espera que supere el promedio de 10 GW para el año 2021, de los cuales cerca de 1,2 GW promedio fueron contratados en las subastas y con inicio de suministro en 2016. El potencial de esta fuente se encuentra en los estados de San Pablo, Goiás, Mato Grosso do Sul y Paraná.
Un elemento que podría impulsar a fuentes renovables como la solar y la eólica es la adopción gradual de las redes inteligentes, que deberían fomentar la microgeneración de energía procedente de esas fuentes renovables y su avance en grandes centros urbanos.
Finalmente, aunque no contemplado en el Plan Decenal, se considera que la energía solar tendrá una gran presencia dentro de cinco años, en que vivirá proceso similar al que llevo al crecimiento de la eólica.
Más información:
www.epe.gov.br
