El mensaje, destinado a los más de 113 mil seguidores que Musk -a su vez cofundador del sistema de pagos en línea más grande del mundo, PayPal-, tiene en esa red social, decía: “Estoy feliz de informar que la semana pasada, aunque poco, Tesla tuvo efectivo en la caja. Se espera que hasta fin de año la mejora continúe”.
El derrotero de la empresa que entre otros impulsan los fundadores de Google, Larry Page y Sergey Brin, ha sido un tanto inestable desde su fulgurante salida a bolsa en junio de 2010, en especial cuando pasó por una transición comercial entre su colocación en el mercado de su primer modelo, el Tesla Roadster, de gama alta y ya discontinuado, y el actual Model S, de gama media. De hecho, el valor de las acciones llegó a caer, aunque actualmente casi duplica su valor de salida.
El Model S, que comenzó a entregarse en junio de este año, es un sedán del que no hay stock, ya que se realiza sobre pedido, con capacidad para 5 adultos y 2 niños, y una autonomía de entre 257 km y 483 km. Tiene un motor eléctrico con una caja reductora en el eje trasero. El paquete de baterías es plano y en la parte baja del coche, formado por miles de baterías de iones de litio, que pueden sumar, según modelos, una capacidad de 40 kWh, 60 kWh u 85 kWh.
El gobierno federal de Estados Unidos subvenciona este vehículo, cuyo precio final una vez deducida dicha subvención es de 49,9 mil dólares en la versión de la batería de 40 kWh de capacidad. Según cálculos de Tesla Motors, este modelo podría ahorrar a su usuario cerca de dos mil dólares al año en costes energéticos en comparación con un sedán similar con motor de combustión interna.
Para principios de 2014, la firma planea lanzar el Model X, un monovolumen eléctrico basado en la plataforma del Model S.
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