Joaquín Nieto
Presidente de honor de Sustainlabour
jqn.nieto@gmail.com
Rectificar es de sabios. El gobierno dedicó nada menos que 8.000 millones de euros a financiar actividades promovidas por los ayuntamientos con el objetivo de crear empleo. La ciudadanía ha conocido –y en muchos casos sufrido– esta iniciativa por las aceras
levantadas simultáneamente en todas las ciudades y pueblos españoles, obras que se anuncian con un enorme cartel y el grafismo Plan E Gobierno de España.
Terminado el plan, se nos dice que ha creado 420.000 empleos, pero tales empleos –no voy a discutir la cifra, aunque nada se nos diga de cómo se han contado– se han esfumado al agotarse las ayudas que los crearon. Dejaron como regalo algunas mejoras menores en el empedrado y ciertos retoques o ampliaciones en centros deportivos, salvando las excepciones que las hay pero cuesta encontrarlas. C’est tout.
¿Y ahora qué? Corríamos el riesgo de reeditar otro Plan E para 2010 que significara otra oportunidad perdida. Pero, afortunadamente, parece que las cosas no van a ser así. En el anuncio del Fondo 2010 para el Empleo y la Sostenibilidad Local el propio gobierno
anunciaba que “el nuevo Fondo está dotado con 5.000 millones de euros y financiará proyectos municipales generadores de empleo relacionados con el medio ambiente, la innovación tecnológica y las iniciativas sociales (…) que estima crearán unos 200.000 empleos de más calidad y más estables que los generados por el fondo actual”.
Esto es así porque ahora hay una mayor condicionalidad para el tipo de obras, que deberán dedicarse prioritariamente al desarrollo sostenible y estar relacionadas con el medio ambiente, la innovación económica y las iniciativas sociales, entrando en este concepto: parques empresariales; infraestructuras de innovación; redes de telecomunicaciones; obras de ahorro energético e hídrico; proyectos de accesibilidad al uso de energías renovables, de movilidad urbana sostenible destinados a medios de transporte menos contaminantes y de equipamientos sociales, sanitarios, culturales y deportivos.
Dependerá ahora de la capacidad de cada Ayuntamiento para orientar las nuevas inversiones en esa dirección. Ya no hay excusa. Algunos, como el de Rivas –mi preferido, por algo será– ya dedicaron más del 30% del fondo anterior a iniciativas de promoción e instalación de energías renovables y otros proyectos ambientales.
Lástima que ahora que está mejor orientado y que puede tener un mayor tirón sobre el conjunto de la economía, el nuevo fondo sea más reducido que el anterior. Será cuestión de presionar para ampliarlo. También de complementarlo con otros planes, por ejemplo con un Plan de Rehabilitación para mejorar la habitabilidad y accesibilidad de las viviendas, su eficiencia energética y la instalación de renovables como el que algunos venimos reiteradamente proponiendo. Pero eso, como diría Kipling es otra historia ¿O es la misma?