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“Los Mercados a Plazo”

 

Los mercados a plazo son mercados en los que se negocian contratos cuyo subyacente es el precio de la energía eléctrica. En otras palabras, se compra o vende energía que va a ser consumida o generada en el futuro.

Pero, ¿qué ventaja se obtiene al negociar energía en un mercado a plazo? La principal ventaja reside en que se reduce el riesgo de variación del precio de la energía. Por ejemplo, el propietario de una cogeneración de gas natural sabe a priori a qué precio su proveedor de gas le va a suministrar el combustible, conoce sus costes fijos y sus costes variables de antemano, conoce más o menos el valor de la prima que va a recibir, sin embargo depende del precio de OMEL para conocer su beneficio. Así, es posible que con anterioridad cierre un contrato por una parte de la energía que va a exportar en el año 2010, conociendo con anterioridad su beneficio y por tanto reduciendo su exposición al riesgo de la variación de precio.

Los contratos cerrados en mercados a plazo pueden ser financieros, es decir, se liquidan mediante la diferencia entre el precio de cierre del contrato y el precio del mercado diario sin existir entrega de energía o con entrega física, en los que al llegar la fecha estipulada se entrega la energía al precio fijado con anterioridad.

En realidad existen diversos mercados a plazo: OMIP, Subastas CESUR, Subastas de emisiones primarias, mercado OTC, ...

-         OMIP es el mercado organizado de futuros del MIBEL. Como en todos los mercados organizados existe una cámara de compensación (Omiclear), que gestiona el riesgo de crédito. En OMIP se negocian una gran variedad de contratos estandarizados con horizontes de entrega semanales, mensuales, trimestrales y anuales y con liquidación física o financiera.

-         El mercado OTC (“Over The Counter”) es un mercado semi-organizado en el que la negociación de contratos se lleva a cabo a través de intermediación telefónica o mediante una plataforma electrónica. En  este mercado se negocian una mayor variedad de contratos financieros, ya que, en este caso, no están estandarizados, sino que se puede negociar contratos con características muy diferentes siempre que exista una contraparte dispuesta a negociarlo.

 

 

 

 

 

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