Según él mismo explica desde su web, tiene instalado en la terraza de Green Machine 18 paneles, con una capacidad de 1.400 w. La electricidad que obtiene la almacena mediante un sistema de baterías, monitoreadas convenientemente para no perder potencia, lo que le permite trabajar en su música incluso "después de que el sol se ha puesto".
Para mantener bajo el consumo de energía, la puesta en marcha del estudio en sí ha sido mantenida deliberadamente simple, con algún hardware básico y "un montón de software". Turtuga Blanku invita al que quiera conocer detalles que se le contacte por correo electrónico, cuya dirección se encuentra en la web antes citada.
"Los instrumentos como guitarras, bajo, piano y también los micrófonos vocales estén conectados a una pequeña mesa de mezcla analógica. La señal se envía a una estación de trabajo de audio digital (DAW/ordenador) y convertida de analógica a digital mediante una tarjeta de sonido dedicada. El software de grabación toma el sonido y el de secuencia digitalizada permite la mezcla y procesamiento del sonido", especifica.
Reflexiona también que "la energía solar puede alimentar cualquier tipo de negocio, incluyendo el negocio de la música. Esto me permite ser consciente del medio ambiente y producir música con los lujos de hoy en día al mismo tiempo".
Nacido en algún país europeo y biólogo de formación Turtuga Blanku ha trabajado en el pasado con, precisamente, tortugas, de allí procede su nom de guerre. "Mis canciones -describe- son combinaciones líricas de melodía frescas y pegadizas con un toque de reggae, rock y funk."