¿6.000 vatios? ¿6 kilovatios para cinco plantas? Sí, porque se trata de un edificio no residencial, donde sobre todo se necesita luz y un poquito de calor en invierno para desarrollar en su interior desde las asambleas del grupo de Vivienda de la Asamblea Popular de Carabanchel 15M (motor de infinidad de paralizaciones de desahucios, entre otras acciones) a las de colectivos feministas y libertarios, talleres de taichí y teatro, clases de swing y de apoyo escolar o el reparto de alimentos entre grupos de consumo y familias del barrio.
Puntualmente las necesidades energéticas se incrementan con algún evento especial con conciertos incluidos y disponibilidad de cocina y bebidas frías, pero las responsables de este centro y del proyecto #LuzParaElEko lo tienen todo controlado para que se cubran con esos 6 kw. En el peor de los casos, un generador de gasolina servirá de apoyo. Todas estas necesidades están contempladas en la campaña de micromecenazgo que hoy mismo ha lanzado el Eko a través de la plataforma Goteo.org.
Se necesita un óptimo de 15.000 euros a conseguir antes del 29 de junio, aunque desde el Eko aseguran que entre las primeras personas más afines al espacio y a la campaña han logrado comprometer ya 3.000 euros que confían en que se materialicen en las primeras horas del micromecenazgo.
Instalación fotovoltaica pionera en un centro social
Sería la primera vez que un espacio de estas dimensiones y características, okupado y completamente autogestionado, consiguiera la autosuficiencia energética con una instalación de autoconsumo fotovoltaico. Hay precedentes similares de soberanía energética con Errakaleor, un barrio con viviendas de Vitoria/Gasteiz; y Garaldea, una finca y residencia en Chinchón (Madrid), pero no en un ámbito plenamente urbano y exclusivamente como centro social.
Actualmente el espacio funciona ya con energía solar, pero es insuficiente para cubrir todas las necesidades descritas y algunas más. Por ejemplo, cuenta con una tienda de intercambio libre donde unas personas llevan ropa, complementos e incluso carritos de bebé que ya no usan y otras, o las mismas, cogen aquello que necesitan. También hay una biblioteca, un punto de lectura, una zona infantil y locales de ensayo de grupos musicales. Imposible cubrir todo esto con los 300 vatios actuales.
Ante el corte de agua y luz, “fortaleza con autonomía, autogestión y lucha ambiental”
El corte de luz que sufrió el espacio hace unos meses fue el detonante para embarcarse en la aventura del autoconsumo, como hace más de un año fue el corte del suministro de agua lo que permitió instalar un sistema de captación de la procedente de la lluvia que ahora les hace autosuficientes en esta materia. “Estos cortes son los que nos han decidido a prescindir completamente de unas compañías asociadas al oligopolio y al capitalismo más feroz, que van en contra del reparto libre y gratuito de bienes públicos como el agua y la energía”, afirman desde el Eko.
“Hacer de la debilidad una fortaleza con autonomía, autogestión y lucha ambiental”, resumen también sus portavoces. Son conscientes igualmente de que, debido a la antigüedad del edificio (fue un economato, de ahí el origen en parte del nombre), requiere de una renovación energética ligada sobre todo a una iluminación eficiente, que sustituya bombillas incandescentes y fluorescentes por lámparas LED, pero también el cableado y los cuadros de todas las plantas.
