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ARGENTINA

Salta: Fotovoltaica y dignidad en los Valles Calchaquíes

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Esta es una de esas historias en las que la energía solar puede cambiar el mundo. El mundo que ven y que viven en el Valle de Luracatao, en la provincia de Salta, en el norte del país. Con sus limitaciones y su crudeza. Y con las ganas de mejorar que es innata en todos los seres humanos. Desde la Asociación Civil Gregorio Mendel, creada por la Orden de San Agustín, se han propuesto instalar fotovoltaica para “llevar dignidad a los Valles Calchaquíes”. Y lo están consiguiendo. Por cierto, si quieres puedes colaborar.
Salta: Fotovoltaica y dignidad en los Valles Calchaquíes

“Tanto la población del lugar como todos los que están colaborando para llevar adelante estos proyectos estamos emocionados y felices de poder concretar un sueño que hasta hoy era imposible”. Es la última frase del mensaje de Andrea en el que nos explica lo que están en la provincia de Salta, al norte de Argentina, entre Chile, Bolivia y Paraguay. Andrea Festa es la coordinadora de esta asociación que impulsa proyectos comunitarios de promoción humana.

La semana pasada Andrea lo contaba así en la web de la asociación: “Este sueño es posible gracias al compromiso de mucha gente y muchas instituciones, entre ellas la Prelatura de Cafayate, la ONG Adveniat y la población de Cabrería (que es donde se esta haciendo esta labor) entre otros. Desde nuestra Asociación Civil, decidimos sumarnos y donar los medidores y algunos insumos más que necesitan para poder terminar de construir”.

“Seamos conscientes de lo importante que es esta labor, es la primera vez en la historia de estas familias que van a poder contar con electricidad para enchufar una heladera, herramientas y todo lo que necesiten para tener una vida un poquito más fácil de lo que la tienen ahora, después de generaciones y generaciones que se vieron privados de este servicio, que para los que vivimos en las ciudades es básico. Un dato muy interesante es que la planta está siendo instalada por los habitantes del lugar ayudados por técnicos, lo que les va a otorgar un conocimiento fundamental para poder seguir avanzando el las próximas instalaciones que puedan llegar a darse”.

El proyecto se denomina “Micro Planta Solar Fotovoltaica: llevando dignidad a los Valles Calchaquíes”. Y así lo explica la Asociación Civil Gregorio Mendel:

El Valle de Luracatao, pertenece al Departamento de Molinos, de la provincia de Salta. Se encuentra a siete horas de la ciudad de Salta y a unos 2.250 metros sobre el nivel del mar. Está compuesto por cuatro parajes principales: Refugio, La Puerta, La Sala y Alumbre. Cuenta con una población aproximada de 3.500 habitantes, en ascenso.

Un valle aislado
Este valle se encuentra aislado e incomunicado, no solo porque no cuenta con los servicios de electrificación, telefonía e internet sino porque tampoco cuenta con servicio de transporte público diario, con lo que las personas de todas las edades, para trasladarse de un punto a otro (ya sea para trabajar, los niños para ir a la escuela o visitar familiares en otros parajes) transitan a pie por los caminos serpenteantes que rodean los cerros durante horas.

La mayor parte de la población vive de la agricultura y la ganadería familiar y son descendientes de pueblos originarios. Una forma muy habitual de comercio en los lugares más alejados es el trueque. Las viviendas construidas de adobe con techo de caña y paja, están muy distantes unas de otras y no cuentan con gas de red, luz de red, agua de red, ni servicio de telefonía.

Cada paraje cuenta con una posta sanitaria (donde atiende un enfermero que, si lo necesita, se comunica para consultar por radio con un médico), una escuela (con los niveles de inicial, primaria y secundaria) y una capilla. El destacamento policial y la delegación municipal, solo se encuentran en el paraje La Puerta. En total existen unos pocos comercios pequeños que abastecen las necesidades básicas de los habitantes, entre ellos no existe ninguna farmacia, con lo que para acceder a alguna medicación dependen de la posta sanitaria que se encuentra totalmente desabastecida.

Problemas con el alcohol
En cuanto a las actividades de esparcimiento, existen numerosos potreros en donde los diferentes equipos de fútbol de los parajes realizan competencias. Últimamente, con el acceso de algunas familias a la energía solar, se organizan bailes hasta altas horas de la noche. Ambas actividades, están fuertemente vinculadas al alcohol, ya que al finalizar el partido de fútbol por ejemplo, se reúnen todos a beber hasta terminar completamente alcoholizados. Lo mismo sucede en los bailes.

Esta costumbre de alcoholizarse está muy arraigada en la sociedad de los Valles y en muchos casos se da, que aquellas personas que no muestran interés por el alcohol, son discriminadas, excluidas y maltratadas, habiéndose registrado casos de suicidio como consecuencia de la presión ejercida sobre la persona diferente. El alcoholismo, también deriva en casos de violencia familiar y de género, accidentes fatales y daños a la salud de los que sufren la adicción, tal como sucede en todas las comunidades. Ningún paraje cuenta con servicios de prevención de adicciones ni tratamientos.

Nada que leer…
La Puerta cuenta con las bibliotecas de la Escuela, la biblioteca de la Capilla Sagrado Corazón de Luracatao y una biblioteca de una señora del paraje en donde conserva bibliografía sobre los pueblos originarios. Ninguna de ellas es de libre acceso a la comunidad, con lo que para acceder a ellas hay que ser alumno de la escuela o coordinar una visita para acceder a las otras dos. Las bibliotecas no tienen electricidad, con lo que es imposible acceder a ellas y poder leer cuando baja el sol. La gente no lee porque no tiene qué leer (solo llega el diario El Tribuno de Salta 3 veces por semana). Como no hay luz ni internet, la gente no tiene acceso a la información. Si bien las personas no tienen acceso a los libros (salvo por los libros escolares, en el caso de los niños), sí tienen interés por la lectura.

No existe en el Valle servicio de hotelería. En el caso de que el municipio o alguna institución consiga capacitaciones para la población, los capacitadores se alojan en casas de familias que no cuentan con las condiciones básicas como para que estén cómodos. Otra opción de alojamiento que utilizan es un viejo rancho que no cuenta con agua, ni luz, ni puertas, ventanas ni baño y por su puesto ningún mobiliario, como ser camas, sillas o mesas. Desde el gobierno hay mucha oferta de capacitaciones pero no hay lugar adecuado para que se lleven adelante.

… pero muchas ganas de aprender
Tampoco están desarrollados los oficios en los parajes, principalmente debido a que al no haber luz eléctrica, la gente no tiene la posibilidad de utilizar herramientas como taladros, amoladoras, soldadoras y todas aquellas herramientas que se utilizan a la hora de trabajar. Pese a todas las dificultades que plantea vivir en estas condiciones, los jóvenes muestran mucho interés en aprender oficios. Actualmente en el taller de la escuela secundaria de La Puerta, se está enseñando mecánica (ya que no hay ningún mecánico en los parajes) a fabricar herramientas para mejorar las formas de cultivo, a construir corrales y gallineros con hierro, a instalar calefones solares y paneles fotovoltaicos entre otras cosas.

La conservación de los alimentos es otra problemática, ya que al no contar con heladeras, las familias aún en el siglo XXI conservan la carne en forma de charqui, secando los trozos al aire libre, con la consecuente falta de higiene que ello significa.

La utilización de las velas como forma de iluminación por las noches conlleva un riesgo enorme de incendio, que en muchas oportunidades resulta mortal. Las casas, en su mayoría construidas de adobe, con techo de caña y paja son una trampa mortal cuando se cae alguna vela. Se han registrado varios casos de muertes, el último, sin ir más lejos el día 8 de abril de 2016, en el cual falleció una señora de 75 años y su pequeña nieta.

Como explica Andrea Festa, “en muchas zonas de Argentina, especialmente en las zonas rurales, el tendido eléctrico no llega a satisfacer la demanda de la población y los gobiernos no apuestan a las energías renovables. Como resultado, generaciones y generaciones de pueblos rurales, aún en el siglo XXI nunca gozaron de este servicio. Solamente existe el programa Permer que brinda energía a través de paneles solares a determinadas instituciones. El servicio eléctrico es una necesidad básica de la población que permite su desarrollo y mejorar la calidad de vida, por eso, tanto el obispo de Cafayate como la Orden de San Agustín, junto a la población del Valle de Luracatao decidieron preparar un proyecto para llevar adelante la primer micro planta solar fotovoltaica de los Valles Calchaquíes y a su vez entregar paneles solares a las casi 80 casas del Valle de Luracatao, para poder erradicar accidentes generados por la utilización de velas”.

En lo que respecta a los paneles para las casi 80 casas, la Orden de San Agustín, a través de su Asociación Civil Gregorio Mendel, decide este año lanzar una campaña para construir el primer Centro Comunitario del Valle de Luracatao “y algunos días después de haber vuelto de una visita al lugar, nos informan del fallecimiento de una Sra. y su nieta por un accidente provocado por una vela. Ante esta noticia, se decide inmediatamente ampliar el objetivo de la campaña, sumando la compra de los paneles solares para erradicar el uso de velas”. La campaña invita a todas las personas a colaborar. En todas las comunidades de Argentina y Uruguay de la Orden de San Agustín, se difunde la información y las personas pueden sumar su aportación.

En lo que respecta a la Micro planta solar, tanto la Asociación Civil, como el Obispo de Cafayate, el español José Demetrio Jiménez, fueron presentando el proyecto ante diferentes personas e instituciones. Hasta ahora, se ha conseguido financiación a través de la ONG Adveniat. Un agustino misionero, Lucas Galante, instalado hace dos años en el Valle de Luracatao, es el encargado de la ejecución de la obra de la planta solar. “Existió un contratiempo y es que entre el período que hicieron la presentación del proyecto y el momento en que recibieron el dinero y se comenzó a ejecutar la obra, los precios de muchos componentes como por ejemplo los cables, se duplicaron, con lo cual la Asociación Civil Gregorio Mendel decidió sumarse a este proyecto para poder concretarlo”.

Lucas Galante, que recibe asesoramiento de especialistas en fotovoltaica para poder llevar adelante el proyecto, trabaja con el pueblo de Cabrería como se puede ver en el video. Y lo dicho, si quieres tú también puedes colaborar.

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