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El exsecretario de Estado de Energía Alberto Nadal, el ideólogo del impuesto al Sol -el hombre que empezó tildando de insolidarios a los autoconsumidores y acabó denominándolos "depredadores"- acaba de derogar el impuesto en cuestión en el archipiélago canario. Lo ha hecho en el marco de las negociaciones que el Partido Popular ha mantenido con los nacionalistas de Nueva Canarias para lograr el «sí» de este partido a los Presupuestos Generales del Estado (PGE). [Foto].
Nadal deroga el impuesto al Sol en Canarias

Alberto Nadal ha sido secretario de Estado de Energía durante la última legislatura -fue el principal artífice, y más ferviente defensor, del conocido como impuesto al Sol- y es actualmente secretario de Estado de Presupuestos y Gastos. En esta última condición, ha participado en la primera línea de las negociaciones con Nueva Canarias, partido nacionalista que ha extraído de ellas un botín de algo más de 200 millones de euros y una joya realmente emblemática: la derogación del impuesto al Sol, que deja muy en entredicho el Discurso Nadal, de solidaridad y depredadores.

Las preguntas que ahora se abren paso son las siguientes
1. ¿Habría obtenido ese premio también el archipiélago balear si tuviese -como Canarias- un representante nacionalista en el Congreso de los Diputados?

2. Ciudadanos fue el primer partido en comprometer su «sí» a los Presupuestos Generales del Estado y es partidario -presuntamente- de la derogación del impuesto al Sol. La pregunta en este caso es: ¿por qué no le exigió Albert Rivera al Partido Popular ese compromiso -la derogación del impuesto al Sol- a cambio de su sí a los PGE? ¿Por qué no se lo exigió al menos en los territorios extrapeninsulares? ¿O al menos en Canarias, que es por cierto la tierra de la portavoz de la Comisión de Energía de Ciudadanos en el Congreso, Melisa Rodríguez, diputada por Santa Cruz de Tenerife?

Y tres (3): sobre el argumento de la solidaridad
El impuesto al sol es una tasa que el ministro de Industria, Energía y Turismo, el canario José Manuel Soria –y el que era entonces su secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal– se inventaron en octubre de 2015 para gravar los kilovatios hora que produzco con las placas solares que hay en el tejado de mi casa, kilovatios que recorren el cableado de mi hogar, kilovatios que consumo en el frigorífico de mi cocina, kilovatios hora en fin que no llegan jamás a la red. El ministro Soria (y su secretario Nadal) justificaban su impuesto al grito de “señores autoconsumidores, no sean ustedes insolidarios con los demás consumidores de electricidad, no quieran ustedes ahorrarse los costes del sistema”.

El argumento que han empleado el señor Soria y sus sucesores es este: si cada kilovatio hora (kWh) que un consumidor saca de la red lleva asociados unos impuestos que sirven para el mantenimiento del sistema todo y un autoconsumidor se ahorra unos kWh (que ya no tiene que sacar de la red porque los genera en casa), pues al final lo que el autoconsumidor se ahorra lo tendrán que pagar entre los demás consumidores; por eso establecemos el impuesto al Sol. El argumento, discutible en términos absolutos, acaba siendo kafkiano -acaba derivando hacia el más completo absurdo- si lo relativizamos, es decir, si lo comparamos. Y, para demostrarlo, nada mejor que un ejemplo.

Ejemplo: no compre usted una lavadora clase A
No, no la compre. Porque resulta que esas lavadoras ahorran un montón, ¿sabe usted? Y, claro, como cada kWh lleva unos impuestos asociados, pues todo kilovatio hora que no consuma usted en un lavado a partir de ahora –su ahorro, pues– va a acabar perjudicando a los demás consumidores… La pregunta es: ¿qué hacemos, pues? ¿Dejamos de comprar electrodomésticos clase A y si hace falta seguir gastando un poquito más… pues se gasta? Lógicamente, frente a ese impuesto kafkiano se han ido posicionando todos los actores de la sociedad española: los sindicatos y la patronal, las organizaciones ecologistas, las asociaciones de consumidores, los intelectuales del sector (think tanks) y, por fin, todos los grupos del arco parlamentario (menos el Popular, se entiende).

Hasta aquí, la historia del impuesto y su justificación "partidopopular". Y, aquí, Seis argumentos que demuestran que lo insolidario es ponerle un impuesto al sol.

Pero estábamos en Canarias, y planteando preguntas
Ahora, el mismo Nadal que se hartó de llamar insolidarios a los autoconsumidores, el mismo que llegó a calificarlos de "depredadores", acaba de firmar un acuerdo con Nueva Canarias que bendice la derogación del impuesto al Sol. Y, ahora, las preguntas son:

• ¿Está siendo el Partido Popular insolidario con los no autoconsumidores canarios?

• ¿Está siendo insolidario con los ciudadanos baleares, que comparten con los canarios la condición insular (y, así, una casuística energética muy similar, sino idéntica, a la canaria)?

• ¿Está siendo insolidario el Partido Popular de Nadal y compañía con los no nacionalistas?

El exsecretario de Estado de Energía Alberto Nadal, el ideólogo del impuesto al Sol -el hombre que empezó tildando de insolidarios a los autoconsumidores y acabó denominándolos "depredadores"- acaba de derogar el impuesto en cuestión en el archipiélago canario. Lo ha hecho en el marco de las negociaciones que el Partido Popular ha mantenido con Nueva Canarias para lograr el sí de este partido a los Presupuestos Generales del Estado. El Ejecutivo estima que el impacto de la derogación del impuesto al Sol rondaría los 172 millones de euros (véase página 2 del informe de la Secretaría de Estado de Energía). El acuerdo con Nueva Canarias ha sido valorado en 204 millones de euros.

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Nacho
Igual algún político quiere colgarse ahora la medalla, pero en Canarias nunca hubo impuesto al sol. En la ley de 2015 ya dejaba exentos de impuesto al sol las Canarias y las baleares "desconectadas" (ibiza y formentera), porque producir electricidad en ellas resulta muy caro (100% diesel y gas), y el precio del kWh es el mismo que en la península, por lo que cualquiera cualquier rebaja del consumo supone un ahorro importante para el sistema.
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