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Vestas se mantiene firme frente al Covid

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Vestas ha vuelto a ser en 2019 el fabricante de aerogeneradores número uno del mundo (18% de cuota de mercado el año pasado); además, se mantiene firme frente al Covid. Porque ha reabierto sus fábricas chinas y españolas –que funcionan hoy a pleno rendimiento– y porque no ha dejado en ningún momento de atender in situ a los 98.000 megavatios que contratan los cada vez más demandados servicios de Operación y Mantenimiento de la marca danesa. De esa división de Vestas, precisamente, nos habla, en las páginas que siguen, en exclusiva para Energías Renovables, Iñigo Echevarria, vicepresidente del Área de Servicios de Vestas Mediterránea (área que atiende a clientes del Sur de Europa, el Norte de África, Oriente Próximo y Latinoamérica).
Vestas se mantiene firme frente al Covid

La propagación global del coronavirus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad Covid-19, y las medidas implementadas a escala nacional por la mayoría de los gobiernos para contener la pandemia han causado perturbaciones (1) en la fabricación, (2) en la cadena de suministro y/o logística y (3) en las obras de instalación que actualmente llevan a cabo las empresas de cualquier sector, incluido lógicamente el eólico. Vestas no ha sido una excepción y, aunque los números de su primer balance trimestral del año (pedidos en firme por valor de 3.311 megavatios) están “en línea con las expectativas”, la compañía danesa ha querido ser prudente y ha decidido poner en cuarentena –por mor de la “falta de visibilidad” que ha traído aparejada el Covid-19– su Guía 2020, donde fijaba sus Objetivos para este ejercicio (entre otros, un incremento de aproximadamente el 25% del beneficio bruto en el Área de Servicios).

Sea como fuere, el año 2019 ha pasado ya a la historia como un año cumbre para la firma nórdica, que concluyó el ejercicio con pedidos por valor de 17.877 megavatios de potencia (3.663 megas más que en 2018), cartera de pedidos cuyo valor, sumado a los contratos firmados para prestación de servicios, superaba a finales del 19 la astronómica cifra de 34.000 millones de euros. 2020 será distinto. Porque nadie sabe a estas horas en qué medida afectará el Covid a la economía global. Vestas ya ha avisado en todo caso de que (1) el dividendo propuesto para 2019 no se verá afectado por la decisión de suspender la Guía 2020 y de que (2) va a continuar monitorizando muy estrechamente la situación para ir implementando los planes de contingencia que mejor se adecúen a cómo vaya evolucionando la pandemia (de esos planes nos habla el vicepresidente del Área de Servicios de Vestas Mediterránea en las páginas siguientes).

De cualquier manera, lo cierto ahora mismo es que las fábricas que la compañía tiene en China y España ya hace semanas que han recuperado su actividad, dato ciertamente significativo, habida cuenta de que España y China son dos naciones clave en la geografía Vestas, dos naciones que comparten además el haber estado entre las primeras en ser cruelmente azotadas por la pandemia. En ese sentido, el fabricante danés ya anunció hace unas semanas que va a usar esa capacidad de producción recuperada para mitigar el impacto que la pandemia podría ocasionar en otros países en los que también tiene centros de producción.

Trescientos megavatios en mayo
Por lo demás, su actividad continúa. A lo largo del mes de mayo, la compañía ha anunciado pedidos por valor de más de 300 megavatios, entre ellos, el contrato más importante jamás firmado por Vestas en el emergente Vietnam. La operación viene a poner de manifiesto la capacidad de adaptación del gigante danés a la “nueva normalidad” (y la confianza que ha sabido producir en su cliente, pues el reto de ingeniería y logístico que entraña esta obra es considerable y los plazos para la entrega llave en mano son muy estrechos). A saber: el contrato suscrito incluye el suministro, transporte, instalación y conexión de 36 aerogeneradores V150 de 4,2 megavatios, máquinas que encajan palas que superan los 73 metros de longitud. Tres serán los parques destino de los aeros: Lien Lap, Phong Huy y Phong Nguyen, todos ellos, en la provincia de Quáng Trj, en un territorio remoto y muy accidentado, por lo montañoso. Según Vestas, este pedido es una demostración palpable de cómo la compañía es capaz de adaptarse toda ella (fabricación, ingeniería y logística) a cualquier operación, por muy compleja que parezca. Y esta lo es, no solo por lo espacial (territorio remoto y accidentado, insisten en la compañía danesa), sino también por lo temporal: la obra de conexión debe estar concluida antes de octubre del año que viene para que el cliente pueda cobrar la prima que ofrece el Gobierno de Vietnam. Vestas se ha comprometido a ello, ha sabido ganarse la confianza del cliente (un consorcio japo-vietnamita integrado por PCC1 y Renova) y ha anunciado que conectará los tres parques (144 megavatios en total) en el verano del año que viene. Los parques de Quáng Trj constituyen probablemente el desafío más complejo al que va a enfrentarse la compañía (o al menos uno de ellos) en los meses venideros, tiempos de coronavirus.

Pero no es esa ni mucho menos la única operación que ha cerrado Vestas en este mes de mayo. Porque el fabricante danés ha anunciado así mismo en los últimos días contratos en Reino Unido (38 megavatios), Países Bajos (46) y China (91). Nueva potencia que instalar, y nueva potencia que mantener, pues la inmensa mayoría de esas operaciones incluye la contratación de servicios varios –de operación y mantenimiento– durante 5, 10, 20... ó 30 años, como es el caso del parque Havøygavlen, en Noruega. Ubicado en el municipio de Måsøy, cerca de la isla Havøy, en el norte de Noruega, dentro del Círculo Polar Ártico, es el más septentrional del mundo y también confía en los Servicios de Vestas, a la que acaba de contratar para que se ocupe, durante los próximos 30 años, del mantenimiento, en esa remotísima localización, de las nueve turbinas V117 Typhoon de 4,2 megavatios de que consta el parque, máquinas que habrán de soportar, durante 30 años, condiciones meteorológicas extremas.

Sin incidencia en la cadena de suministro
La contratación del servicio Vestas de mantenimiento por parte de Havøygavlen es otro ejemplo paradigmático, probablemente, de la confianza que inspira la marca danesa en la eólica límite, confianza ganada seguramente en el desempeño cotidiano durante muchos años. La gestión de “stocks de seguridad” está siendo un factor decisivo en estos tiempos de coronavirus, nos cuenta el vicepresidente del Área de Servicios de Vestas Mediterránea, Iñigo Echevarria. “Hemos creado un equipo de trabajo –añade– que se encarga de medir los riesgos en los suministros de repuestos y trabajar en las alternativas, para que la falta de suministro, siempre que nos sea posible, no genere un problema a nuestros clientes”. ¿Resultado a día de hoy?, pregunto. Sin incidencias en la cadena de suministro, contesta firme Echevarria. [Junto a estas líneas, imagen tomada el pasado 21 de mayo en el puerto de Taichung, en Taiwán, durante la recepción de las secciones de las torres de aerogenerador enviadas por Vestas a esa isla asiática. Esas secciones formarán parte de las torres que van a sostener las turbinas terrestres (Vestas) que conformarán los parques Chuangwei y Leadway (Taiwán)].

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