"Durante el invierno en el Reino Unido, los períodos más cálidos son a menudo los más ventosos, mientras que los períodos más fríos son más tranquilos. En consecuencia, cuando las temperaturas caen en esta época del año y la demanda de electricidad aumenta, el suministro medio de energía eólica se reduce", señala Hazel Thornton, del Met Office Hadley Centre.
Esta situación se debe al patrón de vientos que rige en Reino Unido. "Sin embargo, en contra de lo que habitualmente se cree, cuando se trata de los días más fríos, con mayor demanda de electricidad, el suministro de energía eólica comienza a recuperarse". En concreto, el equipo investigador comprobó que en estos días de frío intenso la eólica llega a generar hasta un tercio más de energía que la producida de media en invierno.
Como resultado de ello, los científicos indican que si se colocaran turbinas eólicas a través de toda Gran Bretaña se podría optimizar el aprovechamiento de los diferentes patrones de viento y así maximizar el suministro de energía en condiciones de alta demanda. El estudio también ha puesto de relieve que en los periodos de alta demanda de energía, las turbinas instaladas en el mar generan más energía que las situadas en tierra ya que el viento en alta mar es más intenso.
Los investigadores, que han estudiado los patrones de viento no solo en Gran Bretaña sino en otras partes de Europa, también analizan el riesgo de que se produzca simultáneamente una demanda a gran escala de electricidad y una baja oferta de energía eólica. Algo que, según indican, podría ser aprovechado por países vecinos que tambiéne están desarrollando la energía eólica para aportar electricidad adicional a Reino Unido.