Estaba yo saltando de charco en charco cuando he oído la noticia brotando de un transistor cercano. Mi súbita pérdida de control ha dado con mi prominente barriga en el sucio lodazal. Un viejito (felizmente jubilado a los 65) que anda por este parque suburbial escuchando la radio mientras huye de los “ilegales” índices de contaminación de Madrid, es una de mis fuentes de información: El Ministro Sebastián del Gobierno de España anuncia que ahora vamos a extender la “vida útil” de todas las nucleares.
No salgo de mi asombro. Recuerdo que, siendo yo renacuajo, me colé en una fiesta en el Palacio de la Moncloa en la que hablaron, entre otros, la añorada Ministra Dª Cristina Narbona y el nuevo líder político López de Uralde, entonces Director de Greenpeace España.
Se celebraba la ratificación del Protocolo de Kyoto, creo. Allí, en un momento de euforia y relajación, el Sr. Zapatero me confesó ufano que “acabaría” con las nucleares. ¡Quién lo iba a decir!
Por si esto del uranio fuera poco, vamos a volver a incentivar la quema de nuestro pobre carbón nacional para “incrementar nuestra independencia energética”.
Supongo que todas estas noticias son una consecuencia más de la famosa crisis. Pero contradicciones a parte, cosa que ya desgraciadamente no es noticia en la política española, ¿qué vamos a hacer con tantas centrales nucleares, ciclos combinados y térmicas de carbón si pretendemos mantener los objetivos comprometidos con la Comisión Europea para el 2020? Visto lo visto a nadie extrañaría que también los cambiaran. A la baja, ¡por supuesto!
Y encima, con los pantanos llenos, algunas compañías que están ganando mucho dinero con la hidroeléctrica, lejos de disfrutar del chollo en silencio, no paran de presionar para seguir alimentando sus centrales de gas y carbón. Para conseguirlo la solución está muy clara: Hay que atacar más fuerte a las renovables.
Desde mi charca veo cosas muy obvias que a lo peor otros no ven: con más de 107.000 megavatios eléctricos instalados y un pico de demanda, ya lejano en el tiempo, que no llegó a 45.000, creo que no sólo se van a cargar los planes de futuro, si no que van a arremeter contra todo lo que ya hay instalado en renovables.
Las industrias de aerogeneradores hace tiempo que se fueron a buscar la vida fuera de España, cosa que algunas pudieron hacer gracias al apoyo pretérito y a su buena tecnología, pero ahora la lucha internacional es feroz y sería bueno mantener un mercado nacional favoreciendo la repotenciación de los parques y la renovación tecnológica. Parece muy difícil.
Y de la solar fotovoltaica, mejor no hablar. Las organizaciones empresariales anuncian recursos, demandas y todo tipo de acciones legales. Es un auténtico drama español en el que se criminaliza de forma malintencionada y profundamente ignorante a una tecnología que en el año 2010 ha instalado 8.000 MW en Alemania (donde los costes de generación con esta tecnología son, al menos, un 40% más caros que en nuestro país). Anda, ¡Justo lo que el Sr. Zapatero decía que había que hacer para reactivar la economía! Y para colmo, lejos de destrozar su economía, los alemanes han tenido el mayor crecimiento de los últimos 20 años. ¡En plena crisis mundial de la que tanto nos hablan!
Pero, ¿Qué nos ha pasado en España? ¿Qué le ha pasado a nuestro presidente, otrora paladín de las renovables? ¿Qué tiene que ver el modelo energético con la edad de jubilación?
El caso alemán es un claro exponente de que EXISTIENDO UNA CLARA POLÍTICA ENERGÉTICA, las cosas al final van avanzando por el camino adecuado.
Allí también han hecho algunas concesiones importantes, pero han mantenido sus objetivos de manera firme y coherentemente. ¡Que envidia! Me voy a buscar una buena charca en Alemania. Allí son más verdes que yo y les va muy bien.
