Los proyectos Retos-Colaboración forman parte del Programa Estatal de Investigación, Desarrollo e Innovación Orientada a los Retos de la Sociedad en el marco del Plan Estatal de Investigación Científica y Técnica y de Innovación 2013-2016. Es decir, la convocatoria de 2016 es la última de este plan y la bioenergía lo cierra con una presencia menor que en otras ediciones.
En concreto, en 2015 se aprobaron seis proyectos que sumaron 4,2 millones de euros. Aunque esta revista informó en un primer momento que no llegaban a los cuatro millones, el conocimiento pormenorizado de los resultados de la convocatoria elevó el presupuesto final hasta superar esta cifra.
Pequeñas calderas inteligentes
Entre los proyectos se encuentra Smart Heat Box, promovido por la Fundación Cartif y Factor Verde. En el mismo se desarrolla “un sistema innovador de abastecimiento térmico con biomasa que integrará modularidad, portabilidad, polivalencia en el uso de biocombustibles y adaptabilidad al abastecimiento en condiciones remotas (redes térmicas débiles) como principales características innovadoras”, informan desde el proyecto.
La inversión global en Smart Heat Box es de 588.091 euros, y desde Retos-Colaboración se aporta el 91 por ciento del presupuesto: 536.166. De la convocatoria de 2015, la iniciativa que recibió un mayor montante (casi 1,2 millones de euros) es la vinculada a nuevas aplicaciones en biorrefinerías de una empresa (Natac Biotech) involucrada en uno de los mayores proyectos que se desarrolla en España en este campo: Clamber Castilla-La Mancha Bio Economy Region, en Puertollano (Ciudad Real).
Repsol adelante, Abengoa en el aire
Otro de los proyectos agraciados en 2015 fue Bioefi100T, que consiste en el “desarrollo de sistemas de combustión de biomasa forestal de alta eficiencia y bajas emisiones integrables en un entorno urbano”. A la cabeza del mismo está Attsu Tecnivap, que consiguió 586.000 euros de ayuda.
Los tres restantes son “nuevos generadores térmicos de alta eficiencia alimentados por multi-biocombustibles, con capacidad de modulación y con nueva tecnología de combustión”, de Repsol (417.000 euros); y dos de Abengoa que suman 1,3 millones de euros pero que tienen difícil desarrollo tras el práctico desmantelamiento de sus líneas de investigación en renovables.
Aprovechamiento energético de CO2 y podas de jardín
Sin embargo, en la convocatoria de 2016 el presupuesto destinado a la bioenergía es menos de la mitad del de 2015, con cuatro proyectos. Y uno de ellos está indirectamente relacionado, ya que pertenece a Gas Natural y consiste en la “bio-valorización de CO2 para la producción sostenible de biometano”. Su nombre es Power2Biomethane y cuenta con un aportación del Mineco de 713.000 euros.
El segundo en dotación económica (445.000 euros) es BioLigWaste, desarrollado por Técnicas y Tratamientos Medioambientales (TETma) dentro de un “nuevo concepto de biorrefinería multifuncional basado en la producción de bioetanol lignocelulósico y otros bioproductos a partir de residuos de poda y limpieza de jardines”.
El tercero en cuestión, con 410.00 euros, es de Cyclus ID y consiste en el "tratamiento de aguas residuales industriales con producción simultánea de bioenergía mediante pilas de combustible microbianas mejoradas". Por último, con 392.000 euros, el Institut Universitario de Ciencia i Tecnologia promueve un proyecto centrado en la “preparación y cualificación de nuevos biocombustibles e integración de cadenas de valor y economía circular en la industria del biodiésel”.
