Accesible no significa lo mismo que disponible. El propio centro Ainia ya lo expuso en un proyecto singular y estratégico (PSE) exhaustivo y de referencia: Probiogás. Entonces se detectaron 4.400 ktep/año accesibles, pero solo 1.450 ktep estaban disponibles, es decir, las que realmente se pueden destinar para producir biogás. No se puede establecer una regla de tres en el caso de Huelva porque se habla solo de peso, pero sí calcular que si, como dice el reciente estudio, una planta media de 500 kW consume 20.000 toneladas al año de residuos agroalimentarias, de estar disponibles las 529.000 toneladas podrían abastecer veintiséis plantas.
El destinatario del estudio de Ainia es el Centro Tecnológico Andaluz del Sector Cárnico (Teica), y en él se analiza la viabilidad para construir plantas de biogás agroindustrial en la provincia de Huelva, concretamente en la comarca de Sierra y de la industria hortofrutícola de Costa de Huelva. No obstante, los resultados finales computan la materia accesible de todas las comarcas, que quedan clasificadas de la siguiente manera: Sierra (114.640 toneladas/año), Condado Litoral (111.850), Andévalo Occidental (110.900), Condado Campiña (82.916), Costa (75.337) y Andévalo Oriental (33.420).
El 65 por ciento de la materia prima procede de instalaciones ganaderas
En cuanto a las principales materias sobrantes de la industria agroalimentaria para generar biogás, destacan por encima de todo los subproductos ganaderos, con 344.000 toneladas/año, seguidos de otros de origen vegetal (144.950), 20.680 de glicerina, 10.750 corresponden a subproductos del sector pesquero y 8.573 toneladas a la industria cárnica. Desde Ainia afirman que “la investigación preliminar desarrollada para Teica plantea lograr una perfecta mezcla de materia sobrante orgánica de la industria agroalimentaria, que permita la más alta producción de biogás de calidad con una rentabilidad, tanto medioambiental como económica, para la instalación”.
En el estudio también se estima que “una planta tipo de biogás que incorpora un motor de 500 kW eléctricos de potencia instalada generaría un millón de m3 de metano a partir de la utilización de alrededor de 20.000 toneladas/año de materia sobrante. Una instalación de este tipo puede generar 4 GWh de energía eléctrica al año, equivalente al consumo eléctrico anual de alrededor de 1.000 hogares”. Begoña Ruiz, del Departamento de Calidad y Medio Ambiente de Ainia, recuerda que “la viabilidad de las plantas se lograría principalmente con la comercialización de electricidad generada, combinada con la venta de digestato como fertilizante agrícola y/o la venta de la energía térmica resultante”.
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