“Probiogás demuestra que se pueden generar 8.000 millones de m3/año de biogás agroindustrial”. Con este titular, entre otros, de hace más de siete años se hacía constar los avances de un proyecto singular y estratégico liderado por el centro tecnológico Ainia que desvelaba el potencial de residuos agroalimentarios existentes en España para producir biogás. A Óscar Bartomeu, gerente de Biovec, le fastidia que, después de estos estudios, “una mezcla de todos los residuos de los supermercados acabe en contenedores y por desgracia se recicle un bajo porcentaje, ya que al ir en origen mezclados su separación y valorización se encarece y se complica”.
Estas palabras, sacadas de una entrada al blog de su compañía en marzo de este año, iban acompañadas de experiencias positivas en este sentido en el Reino Unido y de una pregunta: ¿Os imagináis a Carrefour, Mercadona, Lidl, Eroski, etcétera, invirtiendo en sus propias plantas de biogás y generando energía y fertilizante en vez de residuos?
Del Cetenma a las depuradoras
Hoy mismo, la UPCT informa que una estudiante de Ingeniería Química Industrial, Bárbara Cánovas (en la fotografía, a la izquierda, junto a María José Escasaín, técnica de I+D+i del Cetenma que ha dirigido el estudio), demuestra en su trabajo fin de grado que la utilización de ciertos residuos optimiza la digestión anaeróbica de los fangos en estaciones depuradoras de aguas residuales (EDAR). La comprobación la realizó en el Centro Tecnológico de la Energía y el Medio Ambiente (Cetenma) y, según la UPCT, “ha tenido ya una plasmación real, pues los residuos testados se están utilizando para mejorar la producción de biogás que algunas EDAR producen”.
Aunque la nota de prensa no concreta con qué residuos ha trabajado Cánovas, el Cetenma cuenta con laboratorios para analizar, tratar y generar biocombustibles a partir de residuos de diversa procedencia. Al poco de implantar esta línea de investigación, desde el Cetenma explicaban que “la infraestructura está destinada principalmente a la generación de biogás mediante la codigestión de residuos agrícolas, ganaderos, alimentarios y lodos municipales o agroindustriales”.
Experiencia sobrada
Proyectos financiados con fondos europeos, como ProValue, Biogas3 o Plamgas (este último permitió la instalación de una planta modular de biogás en Mercagranada), e iniciativas empresariales de diseño y construcción de plantas, como las de Ludan Renovables junto a compañías agroalimentarias como Estrella de Levante y Kernel Export, demuestran los avances en este campo.
Las líneas de investigación sobre optimización de mezclas de residuos agro-alimentarios con lodos de depuradoras, como la de Bárbara Cánovas, se une a proyectos más avanzados, como el que lidera Aguas de Valencia en el LIFE+ Ecogestión. Durante la última edición de las ferias Ecofira y Egética, celebradas a finales del mes de septiembre en Valencia, se abordó el estado de su desarrollo, advirtiendo que “permitirá incrementar la producción de biogás hasta en un 20% por medio de la dosificación y mezcla de los residuos más favorables, además de aumentar la proporción de metano en el biogás”.
Aguas de Valencia ya gestiona el biogás de otras depuradoras de titularidad pública utilizando estas mezclas, algo que Óscar Bartomeu no ve con buenos ojos. Como explicaba en 2014 en un comentario a una noticia de este portal sobre Ecogestión: “no estoy de acuerdo con que el sector público o regulado por la administración se ponga a gestionar residuos, ya que interfiere en un sector privado”. “Esto debería de estar regulado y prohibido”, añadía Bertomeu, y apostillaba que “hay plantas de biogás o de compostaje privadas que trataban estos residuos y ahora no los tienen para su gestión”.