Hace un par de años, Wärtsilä presentó la construcción en Noruega de una planta de producción de biogás licuado a partir de residuos orgánicos de los hogares para abastecer los depósitos de 135 autobuses de Oslo. Ahora, y siguiendo en la misma línea, anuncia que ha conseguido un pedido para el suministro de otra planta que producirá combustible para vehículos de transporte público, principalmente noruegos. El contrato de suministro se firmó en diciembre de 2015 con la compañía sueca Purac Puregas.
La nota de prensa de Wärtsilä precisa que la planta “se instalará en una fábrica de papel en Skogn (Noruega), y convertirá en combustible líquido el biogás generado con los residuos de la papelera y de una piscifactoría”. Añaden que el sistema se ha diseñado especialmente para licuar pequeños caudales de gases que contienen metano y que “esta novedosa tecnología se basa en componentes ya disponibles y probados” y se caracteriza por “un sistema de control y un diseño del proceso muy avanzados”.
La más grande de los países nórdicos
Desde la empresa finlandesa aseguran que “disponer de biogás en forma de líquido criogénico, en lugar de gas comprimido, lo convierte en un combustible viable para vehículos pesados, ya que permite que sus depósitos puedan transportar la energía necesaria”. Confirman que el proyecto se ejecuta de modo urgente y prevén que la instalación esté disponible en un plazo de quince meses.
Øystein Ihler, director de desarrollo del programa de Clima y Energía de la ciudad de Oslo, afirma que “la planta de Skogn, con una capacidad de 25 toneladas al día de biogás licuado, será la más grande de los países nórdicos”, lo que califica como “una revolución en el mercado del biogás”. Es en estos países donde más avanzada está la incorporación del biometano y el biogás licuado en el transporte.