Según el director adjunto del proyecto, el químico Javier Montserrat, quien también es investigador docente del Instituto de Ciencias (ICI) de la UNGS, “tenemos que evaluar la eficiencia del proceso de producción en una escala de planta piloto, su balance energético y además tener en cuenta los costos de la materia prima, de los insumos y también ver la corriente de residuos que se genera a partir de la técnica utilizada, para que el proceso sea lo más sustentable posible desde el punto de vista ambiental”.
Respecto de la producción de biocombustibles de primera generación, en Argentina básicamente a partir del aceite de soja, “el problema principal de esa tecnología es que la materia prima -continúa Monserrat-, en este caso el grano de soja, compite con fines alimenticos”. Debe agregarse que en este caso también existen las cuestiones de impactos ambientales y sociales que produce este cultivo, además, según se afirma.
El proyecto cuenta con un financiamiento total de 19,1 millones de pesos (cerca de 1,4 millones de dólares), mayormente aportados por la Agencia Nacional de Promoción Científica y Tecnológica, perteneciente al Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva, a través del Fondo de Innovación Tecnológica Regional (FITR).
Barros cloacales
Como queda dicho, se conforman de la materia fecal y los residuos domiciliarios asociados a la limpieza corporal. Entre los últimos destaca la capa de ácidos grasos libres, formada por los desechos jabonosos, que por su menor densidad flota sobre el agua. Este y otros importantes contenido de grasas podrían extraerse mediante procedimientos químicos para transformarlos en biodiésel.
Respecto de la materia prima para llevar adelante el proceso investigado, será suministrada desde la Planta del Bicentenario, de pretratamiento de efluentes de la empresa Agua y Saneamientos Argentinos SA (AySA), ubicada en la localidad de Berazategui, provincia de Buenos Aires. La planta concentra los residuos cloacales provenientes de la ciudad de Buenos Aires y de 17 partidos del conurbano bonaerense y los separa en sólidos, básicamente arenas y grasas, y en líquidos, que son volcados al Río de la Plata. Su caudal medio de tratamiento es de 22 mil litros de agua por segundo.