En ese comunicado se expresa también "satisfacción" por "la decisión del Gobierno Nacional que, mediante la Cancillería Argentina, ha presentado hoy (por ayer miércoles) un reclamo formal ante la OMC por las medidas proteccionistas de ciertos países de la Unión Europea que restringen las exportaciones argentinas de biodiesel de soja hacia esos mercados".
Además, se asegura que "CARBIO está plenamente convencida que ciertas regulaciones de los países miembros de la UE no permiten la libre venta o importación directa de biodiesel protegiendo así de manera desleal a los productores de esos países y violando las normas de la OMC".
¿Críticas a España?
En un párrafo de dicho comunicado, puede interpretarse una velada alusión a los productores de biodiésel de España. "Estos productores -se asegura- han demostrado ser poco eficientes y haber instalado una capacidad más amplia que la requerida por el consumo europeo, imputando falsamente a las importaciones las causas de sus problemas estructurales".
"CARBIO -continúa- desea reiterar que la producción de biodiesel de soja en Argentina cumple desde sus inicios con todos los requisitos fijados por la UE, razón por la cual la industria argentina es el primer abastecedor a Europa, así como es un socio estratégico de la UE para fomentar el uso creciente de energías renovables que favorecen la lucha contra el cambio climático y permiten al consumidor europeo acceder a combustibles a precios competitivos".
Finalmente, en el último párrafo, se concluye: "La industria argentina de biodiesel tiene la convicción que la mejor forma de promover el uso de energías renovables es con mercados abiertos y libres, sin prácticas proteccionistas que beneficien solo a unas pocas empresas, perjudicando a todos los consumidores y al medio ambiente. Es por ello que estamos convencidos que la OMC concluirá que las regulaciones en estos países europeos son discriminatorias, violan las normas multilaterales y por lo tanto deben ser eliminadas".
Como se sabe, existe una disputa acerca del ingreso del biodiésel argentino a la Unión Europea que viene de dos años atrás, y que se acrecentó con la renacionalización de la petrolera YPF, que estaba en manos de la española Repsol, y que provocó una reacción del gobierno de ese país europeo, que amenazó con cortar la compra de ese biocombustible de procedencia argentina.