Los participantes en el estudio consideran que el ricino es la planta que presenta una mejor adaptación al cultivo en Andalucía para la producción de ácidos grasos destinados al uso industrial. Una vez confirmado que además no entra en el circuito alimentario, la segunda variable de carácter sostenible que manejaron los investigadores es que, aunque no es originario de España, está totalmente adaptado a las condiciones existentes de Andalucía, creciendo de manera silvestre en multitud de lugares.
Otras ventajas destacadas son que reduce considerablemente el uso de energía y agua en relación al tratamiento del petróleo para la obtención de productos similares y que tiene un alto potencial productor: el 50% del peso de la semilla es aceite, con lo cual posee una riqueza grasa superior a la de las principales oleaginosas que se cultivan hoy día.
Aprovechar terrenos en barbecho para producir microalgas
La semana pasada, durante el encuentro Biocombustibles y crisis alimentaria, celebrado dentro del programa Foro Diálogos por Andalucía, se volvió a poner de manifiesto el potencial de esta comunidad autónoma de cara a la producción de biocarburantes. Miguel García Guerrero, catedrático de Bioquímica y Biología Molecular de la Universidad de Sevilla, dio enseguida con una de las claves: "una de las respuestas al problema de la insuficiencia de materia prima en el sector industrial de biocombustibles es poner en producción terrenos en Andalucía que, al igual que el resto de España, se encuentran actualmente en barbecho como consecuencia del desarrollo de la PAC (Política Agraria Común)".
Y otras de las candidatas a abastecer en un futuro las plantas de biodiésel son las microalgas. La posibilidad de implantar su producción en zonas marginales e incluso desérticas, unida a un estímulo a la economía rural de Andalucía, fueron vistas con buenos ojos por científicos y políticos en el encuentro que tuvo lugar en Sevilla y que contó con la participación de la secretaria de Estado de Cambio Climático del Ministerio de Medio Ambiente, y Medio Rural y Marino, Teresa Ribera.
De nuevo en este caso se puso de manifiesto la investigación llevada a cabo en este campo por algunos centros, ya que el Instituto de Bioquímica Vegetal y Fotosíntesis de la Universidad de Sevilla y el CSIC, junto con el departamento de Ingeniería Química de la Universidad de Almería, desarrollan varios proyectos dirigidos a conseguir procesos productivos con alto rendimiento en aceite, en el que las microalgas juegan un papel importante.