El estudio lleva por título Climate change and health costs of air emissions from biofuels and gasoline y se acaba de publicar en la version en Internet de la revista Proceedings of the National Academy of Sciences. Los investigadores han cuantificado los costos económicos de los efectos sobre el cambio climático y la salud provocados por los gases de efecto invernadero y las partículas finas en suspensión (PM 2,5) de la gasolina, el etanol a partir de maíz y el etanol de celulosa.
El etanol de celulosa es el menos costoso
La conclusión más notoria es que por cada 3.800 millones de litros producidos y posteriormente quemados en vehículos en Estados Unidos, esos costos fueron de 469 millones de dólares en el caso de la gasolina, entre 472 y 952 millones en el del etanol y de 123 a 208 millones para el etanol de celulosa. Las variaciones en los dos biocombustibles se deben a la diferencia en los procesos de producción y en la materia prima empleada, respectivamente.
"El maíz requiere abonos nitrogenados, y algunos contienen amoníaco que se volatiliza en el aire", afirma Tilman en The Guardian. "El amoníaco atrae a partículas de polvo fino –continúa–, a las que se une formando otras del tamaño de 2,5 micras que tienen importantes repercusiones negativas para la salud, ya que algunas son transportadas por los vientos predominantes a zonas con mayor densidad de población".
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