La camelina, un cultivo de semillas oleaginosas que tuvo su momento de auge en Europa antes de la entrada en escena de la colza y la canola, es cada vez más reconocida como una valiosa plataforma de aceite industrial. Además de los usos antes mencionados, puede servir para mejorar otras aplicaciones, como lubricantes y bioplásticos de alto valor.
El beneficio potencial para las compañías aéreas es que el biocombustible comercial derivado de la camelina puede reducir las emisiones de carbono en un 85%.
Además, el cultivo tiene una serie de ventajas, como por ejemplo que podría encontrar en las praderas canadienses un buen hábitat para su crecimiento, lo que ofrecería a los productores agrícolas una opción dentro de la rotación de cultivos y proveería valiosos subproductos.
Esta investigación se ha realizado bajo una asociación público-privada llamada Prairie Gold, gracias a una colaboración entre Genoma Prairie, una organización de investigación científica sin fines de lucro, el Departamento de Agricultura y Agroalimentación de Canadá (AAFC, por sus siglas en francés), y el Consejo Nacional de Investigación de Canadá, con financiación de del Departamento Federal de Diversificación Económica del Oeste de Canadá y el Ministerio de Economía de la provincia de Saskatchewan.
La secuencia del genoma y su anotación están disponibles en www.camelinadb.ca. Una completa publicación revisada por pares de la secuencia del genoma está próxima a ser publicada.
Más información:
www.genomeprairie.ca