La alteración de una cepa de Escherichia coli -la bacteria estomacal que ha ocupado muchos titulares sobre la contaminación de los alimentos en los últimos años- por la que podría convertirse azúcares que se encuentran en algas comestibles en biocombustible, parte de la base de que “alrededor del 60 por ciento de la biomasa seca de las algas son azúcares, y más de la mitad de ellos están encerrados en un único azúcar-alginato”, dijo en un comunicado el CEO de BAL, Daniel Trunfio, un ex ejecutivo de Shell.
Las investigaciones han estado subvencionadas por la agencia de proyectos avanzados de investigación en energía (ARPA-E, por sus siglas en inglés), dependiente del Departamento de Energía federal, y por firmas como la industrial química estadounidense DuPont y la petrolera noruega Statoil.
En junio pasado, BAL inició la construcción de una planta piloto en Chile para desarrollar su tecnología. La instalación demostrará todo el proceso desde el cultivo de algas para la producción de biocombustibles.
No es esta la primera vez que la E. choli aparece en la búsqueda de un proceso para la obtención de biocombustibles.
En enero de 2009, desde Energías Renovables informábamos que científicos de la Universidad de California en Los Angeles (UCLA) anunciaban la creación mediante modificación genética de una cepa de la bacteria Escherichia coli con un mayor número de átomos de carbono por molécula, apta para generar alcohol destinado a la fabricación de etanol. En tanto, en junio de 2011 dábamos cuenta que ponentes en el Aspen Ideas Festival aseguraban que en menos de cinco años se comercializará bioetanol a partir de esta bacteria.
Más información:
www.sciencemag.org
www.arpa-e.energy.gov
www.ba-lab.com