José Alonso, ingeniero jefe de ventas de la distribuidora fotovoltaica SunFields, ha tratado de dar respuesta a las preguntas que a menudo le hacen los clientes. Por ejemplo, ¿de dónde vienen los paneles de segunda mano? “En un 99% de los casos, proceden de grandes instalaciones que han tenido problemas de producción, es decir, que presentan una producción más baja de la debida y que, por tanto, no son rentables para sus propietarios. Por esa razón, se cambian por unas nuevas, y las usadas acaban en el mercado de paneles usados”.
Comprar placas solares de segunda mano para ahorrarse un poco de dinero podría parecer una buena idea pero conviene tener en cuenta una serie de detalles muy importantes antes de tomar esa decisión. El primero al que se refiere Alonso es que “su rendimiento será inferior al de los paneles nuevos”. Si compramos paneles solares que se han utilizado y se han roto o dañado, “producirán menos electricidad y estaremos perdiendo parte de la inversión realizada”. Las células fotovoltaicas son muy frágiles si no se manipulan correctamente y si están dañadas disminuirán drásticamente su eficiencia de salida.
“Es muy difícil apreciar a simple vista si una o más células solares están dañadas”. Algunos paneles usados pueden venir con daños evidentes, pero la mayoría de estos daños no se van a apreciar hasta pasado un tiempo. Si compramos placas usadas, otra consecuencia lógica es que van a tener una vida útil más corta. Y habría que pensar en cambiarlos antes.
Otro punto importante es que “las placas de segunda mano no disponen de garantía”. Muchos paneles solares de segunda mano disponibles en internet no tienen una garantía de fabricante. En caso de que tengamos un problema de funcionamiento o bajo rendimiento, “no habrá un fabricante que responda de esos paneles”. Cuando compramos placas solares nuevas de un distribuidor, vienen siempre con la garantía de fábrica vigente, y respaldada por la factura de compra, por lo que, en caso de cualquier incidencia, el fabricante se hará responsable de su sustitución, reparación o reembolso. Por otra parte, “reparar un panel solar que no funciona bien es tan costoso que carece de sentido”.
Todos los fabricantes incluyen un manual de instalación que debe respetarse para conservar la garantía del panel. De no hacerlo así se pierde toda garantía. Y si compramos una placa de segunda mano, jamás podremos saber cómo fueron instaladas en su primer uso.
Otro de los aspectos a tener muy en cuenta es quién es el fabricante del panel solar que voy a comprar. “En una gran mayoría de los casos de paneles solares de segunda mano que se ofrecen por internet, se ha manipulado la etiqueta que figura en el panel, es decir, se ha quitado la etiqueta original de fábrica y se ha puesto otra nueva. Por tanto, ni vamos a poder reclamar al fabricante original, por que no lo vamos a conocer, ni tampoco sabremos si los datos técnicos que figuran en la etiqueta son reales”.
José Alfonso cree que “no vale la pena comprar un panel fotovoltaico de segunda mano. Estamos de acuerdo que el precio es menor que el de uno nuevo, pero como hemos dicho, su rendimiento será también muy inferior y no dispondremos de garantía de fábrica”. Hay que recordar que para tener esa garantía es preciso aportar factura de compra original y que esta garantía es por 25 años. “No debemos renunciar a ella por ahorrarnos unos euros”.