fotovoltaica

El autoconsumo funciona

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Un club náutico, un matadero, una fábrica de piensos, un almacén de congelados, un ayuntamiento de Alicante, una familia de Lleida, una casa rural en Navarra... El autoconsumo existe, como Teruel y Zamora, como Nadal y Soria. Porque es completamente legal y porque es, además, rentable. Y, por eso, desde hace años, hay instalaciones solares fotovoltaicas de autoconsumo funcionando en toda España, ahorrándole a sus propietarios miles y miles de euros. Estos son los ejemplos. Las pruebas de que, efectivamente, funciona.
El autoconsumo funciona

El último Gobierno Zapatero aprobó en el tiempo de descuento -el 18 de noviembre de 2011, dos días antes de perder las elecciones- un Real Decreto (RD 1699) que establecía un marco básico para el autoconsumo, si bien señalaba la necesidad de un segundo RD que concretara sus "condiciones administrativas, técnicas y económicas". Dos días después de aquel 18 de noviembre, el Partido Popular arrasaba en las urnas. Y dos meses y medio después -el 3 de febrero de 2012-, el Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía (organismo dependiente del Ministerio de Industria, Energía y Turismo) publicaba, casi clandestinamente, una nota informativa la mar de interesante. Se titulaba "Referencias sobre autoconsumo de energía eléctrica en la normativa vigente" y, entre otras muchas cosas, decía exactamente lo siguiente: "el marco normativo actual permite realizar instalaciones destinadas a producción para autoconsumo total o parcial de la energía, de forma totalmente legal, existiendo numerosas referencias en toda la normativa de aplicación, incluida la Ley 54/1997 del sector eléctrico".

De forma totalmente legal
La nota informativa del IDAE -fechada, cabe insistir, el 3 de febrero del año 2012- apelaba además a dos de esas “numerosas referencias”: RD 1699/2011 y RD 1955/2000. A saber, decía el IDAE: "para instalaciones de potencia no superior a cien kilovatios (100 kW), la conexión en redes interiores se encuentra regulada junto con la conexión a la red de distribución en el RD 1699/2011; para instalaciones de potencia superior a 100 kW, los procedimientos de conexión a red –aclaraba la nota- se encuentran descritos en el RD 1955/2000". Pues bien, han pasado casi cuatro años desde que aquel Gobierno Zapatero abriera la puerta del autoconsumo –la puerta por la que han entrado el club náutico y el matadero, la fábrica de piensos y el almacén de congelados- y, así como hiciera el último Gobierno ZP (o sea, casi-casi en el tiempo de descuento), el Ejecutivo Rajoy ha aprobado el segundo RD de autoconsumo (el que debía concretar, aún más, las condiciones administrativas, técnicas y económicas).

Vacío deliberado
El vacío legislativo (cuatro años ha tardado el ministro Soria en aprobar el RD en cuestión) ha sido fabricado minuciosamente por el Ejecutivo Rajoy para sembrar el miedo en el sector: primero no regulamos el autoconsumo (generando incertidumbre en el mercado), y luego amenazamos con un borrador de RD que le coloca tantos impuestos al futurible autoconsumidor que prácticamente a este le sale más a cuenta seguirle pagando los kilovatios a las grandes compañías eléctricas que producirlos y consumirlos en casa de uno mismo. El primer borrador que amenazaba con el impuesto al sol apareció en julio de 2013. El tercero, que ha circulado este verano por los despachos del sector, mantenía ese gravamen. Simultáneamente, y, a pesar de la amenaza, la España real –la de las pequeñas y medianas empresas- ha ido liberándose de temores y terrores, y ha ido dándole el sí quiero al autoconsumo, acogiéndose a esas “numerosas referencias en toda la normativa” que establecían y establecen con mucha claridad que “el autoconsumo total o parcial de la energía es (…) totalmente legal”. Y punto.

Pero el miedo
Sí, el autoconsumo solar fotovoltaico… las instalaciones de menos y las de más de cien kilovatios… siempre han sido legales y rentables, con o sin RD. Legales porque así lo han establecido siempre esas “numerosas referencias en toda la normativa” a las que aludía, a principios de 2012, el IDAE, y rentables porque mientras el precio de la factura de la luz no ha dejado de subir a lo largo de todos estos años, el de las instalaciones solares fotovoltaicas no ha dejado de bajar. Probablemente por eso, a pesar del terrorismo regulatorio practicado por el Ejecutivo (a pesar de la amenaza del impuesto), el autoconsumo ha ido sumando megavatios aquí durante todo este tiempo. Ha ido sumando hasta que, al final, Industria ha aprobado la insensata norma (lo ha hecho casi, casi en el último minuto de la prórroga, el pasado nueve de octubre). Eso sí, lo ha hecho dejando una válvula de escape (y seguramente avergonzado): porque el propio Ejecutivo establece en esa ley un plazo de seis meses para que los propietarios de cubiertas solares FV de autoconsumo inscriban sus instalaciones en el correspondiente registro (que las inscriban para que el Ministerio pueda empezar a pasarles la factura del recién aprobado impuesto al sol).

¿Y qué está pasando?
Pues que los profesionales del sector están recomendando a los propietarios de instalaciones que no inscriban en ese registro sus tejados fotovoltaicos, a la espera de que el próximo 20D, en el Ministerio de Industria, se recobre la cordura. De momento, hasta 18 partidos políticos –manifiesto mediante- han asegurado que derogarán el Real Decreto de los insensatos y darán por muerto el impuesto al sol. Anoche mismo insistía sobre el particular, en "el debate del siglo", el candidato socialista, Pedro Sánchez. Todos los partidos con representación parlamentaria (el PNV y Convergencia incluidos) y todos los emergentes (Ciudadanos y Podemos a la cabeza) firmaron el pasado verano ese manifiesto y el futuro gobierno -que habrá de ver la luz en parto múltiple- no podrá escapar a buen seguro al cumplimiento de esa promesa. Sea como fuere, lo cierto es que el secuestro del autoconsumo, que ha durado cuatro años, ha logrado ralentizar al máximo un sector que de otro modo estaría ahora mismo disparado, dada la constante bajada de los costes de la fotovoltaica.

La España rebelde
Pero todo esto empezó con club náutico, un matadero, una fábrica de piensos, un almacén de congelados… Y ya va siendo hora, pues, de que vayamos al grano, o sea, a los ejemplos que anunciamos al principio, ejemplos de ese autoconsumo que funciona en tiempo presente, ese que, durante estos cuatro años de Gobierno Rajoy, “legislatura” de terrorismo y/o vacíos regulatorios, no ha hecho otra cosa que crecer. Menos de lo que hubiese sido posible si el marco hubiese sido otro; pero más, probablemente, de lo que nunca creyeron el sagaz Rajoy, el ministro de Industria José Manuel Soria y/o su secretario de estado, Alberto Nadal.

Alternativas Energéticas es una de esas empresas que resiste frente a la insensatez, veinte años en el tajo. “Somos cinco, pero hemos sido cuarenta”, nos cuenta José Vaquero, su alma mater: “pero, bueno, yo en vez de irme a Panamá me he quedado aquí, a pelearme por esto”. Hoy hacen un poco de todo, “desde auditorías energéticas a iluminación con LEDS, minieólica, geotérmica… estamos metidos también en el mundo de la passiv haus…”. Y, por supuesto, en el autoconsumo: “la primera instalación solar fotovoltaica para autoconsumo que hicimos la pusimos en marcha en cuanto salió el decreto de noviembre de 2011” (inyección cero, 10 kW). ¿En 2015? “Solo dos, una de ellas, en casa del cantante de La Unión, Rafa Sánchez, 7.500 vatios”. Entre medias, unas cuantas más –no muchas, ciertamente- de gente que apuesta por el autoconsumo porque es una fuente de ahorro, sí, pero también, “en cierta medida –cuenta Vaquero-, por rebeldía frente al sistema. Hay mucha gente que está muy harta. Hay un enfado muy general con las compañías y con todo lo que se traen entre manos... Y luego también es que los números salen, y al final eso la gente lo ve. Pero, aparte de eso… hay un enfado muy grande”.

¿Algún ejemplo?
Raúl Caballero, un ingeniero electrónico, que reside a 45 kilómetros de Madrid, y que decidió un buen día contratar a Vaquero para que le montase una instalación. La obra –explica con precisión el ingeniero- tuvo lugar el 16 de julio de 2013: 6,6 kilovatios de potencia que ya suman más de dos años produciendo ahorro. Caballero es de los que llevan la contabilidad a rajatabla, lo cual es un lujo para cualquier periodista: “yo me he hecho mi tabla Excel –me cuenta- y llevo mis contadores al día”. ¿Y cuánto se ahorra usted al año? “Un 44%”. ¿Y en dinero contante y sonante? “2.619 euros”. ¿En cuánto estima pues que habrá amortizado su instalación? “En siete años, o sea, que me quedan menos de cinco”. ¿Y qué opina la gente cuando se entera de que tiene usted una instalación de estas características en su vivienda? “Que estamos locos y que la inversión no merece la pena”.

Caballero nos cuenta que estaba pagando facturas mensuales de 500 euros: mucho frío en invierno, mucho calor en verano (su vivienda tiene tres alturas). El ingeniero había llegado con su mujer al centro de la península (procedente de Valencia) y se encontró con que refrescar una casa en Madrid en el mes de agosto no era tarea nada fácil, como tampoco lo era (ni lo es) calentarla en el mes de febrero, que el clima de Madrid es bastante menos amable que el valenciano, ciertamente. Así que dio el paso –“a mí me había hecho tilín el tema de las placas solares desde siempre, desde estudiante”- y ahora se declara francamente satisfecho, “no solo por el ahorro [tiene aire acondicionado en toda la casa y una bomba de calor que apoya a su caldera de gasóil en el invierno], sino sobre todo por la calidad de vida”.

Geotérmica y fotovoltaica
En Lleida, Jaume Badia –Badia Energies- también nos relata su experiencia (lleva quince años en el sector). Jaume tiene una instalación en casa –nada mejor que predicar con el ejemplo- y una historia de autoconsumo que empieza a ser larga. “Tenemos ocho kilovatios de paneles solares, autoconsumo instantáneo con venta de excedentes. Y los utilizamos para alimentar una vivienda y una oficina. Es todo eléctrico: la electricidad y la climatización, que hacemos con geotermia”. Badia vierte lo mínimo de electricidad a la red porque… “está mal pagado: el kilovatio hora fotovoltaico que vierto –nos cuenta- está por debajo de los cinco céntimos, mientras que el que compro en valle me sale a nueve; y en período punta, a diecisiete o dieciocho. Ahora estamos a unos niveles del 80% de autoconsumo, 20% de venta”.

La instalación comenzó a funcionar en marzo de 2013, o sea, hace ya más de dos años y medio. Jaume estima que se está ahorrando anualmente unos 1.500 euros en energía y que amortizará su inversión en unos diez años, o sea, que le quedarían siete y medio. Este año, la empresa de Badia, que instala energías renovables y convencionales, ha puesto en marcha cinco autoconsumos (inyección cero): “en verano hemos ejecutado una instalación de 30 kilovatios y otra de 40; una industria porcina y una nave en la que se almacenan productos alimentarios”. La última, en todo caso, ha sido una vivienda unifamiliar: “2.800 vatios, paneles, inversor y un sistema de control de inyección cero a red”. ¿El cliente? “Un convencido de las energías renovables”. En las pymes es otra cosa: el ahorro es lo que prima por encima de todo lo demás.

Al ralentí
Que el mercado del autoconsumo ha estado funcionando estos cuatro años al ralentí –más despacio desde que Nadal agitara por primera vez el fantasma del impuesto al sol- lo sabe muy bien Paco Alcaraz, de Cero Grados Sur (Murcia). Alcaraz es de los que ha internacionalizado su batalla: “el sector quedó tocado con el borrador primero, pero el segundo… ese ha sido la puntilla para los pocos que estaban pensándoselo. O sea, que lo poco que había aquí se fue al garete. Nosotros hemos tirado un poco la toalla [nos contaba antes de que fuera aprobado el RD]. En Reino Unido nos va bien. Aquí, comercialmente, no hacemos nada, porque no merece la pena. Es simplemente perder el tiempo”. Afortunadamente, este emprendedor murciano ha dejado la semilla sembrada.

En julio de 2013, hace más de dos años, Cero Grados Surconectó una instalación de 47 kilovatios en Lorca: autoconsumo para un almacén de congelados (Lorcamar SL). Tras dos años de funcionamiento –nos cuenta Alcaraz-, Lorcamar se ha ahorrado casi 10.000 euros. ¿Período de amortización estimado para la instalación? 5,6 años. El almacén consume el 97% de la electricidad solar que genera su instalación fotovoltaica (FV). ¿Y lo de Iberdrola, cómo lo ve una pyme que se fue a buscar la vida al Reino Unido? [Iberdrola acaba de anunciar que abre una línea de negocio dirigida al autoconsumo solar fotovoltaico]. “Al estar tan regulado el sector y tan controlado –duda Alcaraz-… la verdad es que yo no sé si lo de Iberdrola es bueno o malo”.

Alicante
Más al sur aún, en Alicante, nos encontramos otro autoconsumo que cumple en estas fechas dos años. La instalación está en el edificio del Ayuntamiento de La Romana: cinco kilovatios, puestos en marcha en diciembre de 2013. Su perfil es completamente distinto al de los ejemplos hasta ahora reseñados. Porque el 100% del coste de esta instalación fue subvencionado por la Diputación de Alicante. Pero los ahorros son los que son. Nos lo cuenta Ferran Ferre, de Autovoltaica, otra de esas pymes que está bogando contra viento y marea (Autovoltaica puso en marcha el autoconsumo de este ayuntamiento alicantino). “La instalación teóricamente debería producir alrededor de 7.500 kilovatios hora [kWh], pero en 2014 produjo 7.758. Y este año, 2015, al cierre de septiembre estábamos rozando los 6.000”. La Romana vierte a red, sin compensación económica alguna (Ferre se queja de las mil pegas que ha puesto durante estos años la Generalitat valenciana, comunidad donde, por cierto, acaba de cambiar, tras 20 años made in PP, el color del gobierno).

A pesar de eso, a pesar de que el Ayuntamiento no ingresa por ese concepto (por el momento), el alcalde está encantado. Nos lo cuenta Ferre: “sí, está encantado con la instalación y con el papel que juega en todos los sentidos. El ayuntamiento autoconsume gran parte de la energía generada. Cuando hicimos el estudio –explica el ingeniero- calculamos que autoconsumiría sobre los 5.000 kWh. Sin embargo, el año pasado, 2014, consumió más de 6.000 y virtió aproximadamente 1.700”. ¿Ahorro? “Pues el edificio consume, según los históricos que estudiamos en su día (años 2012 y 2013), alrededor de los 14.000-15.000 kilovatios hora al año. Y la instalación ha reducido ese consumo a poco menos de 9.000, es decir, que está ahorrando un 40%”.

¿Y en dineros?
“La facturación de energía eléctrica anual estaba en los 2.900 euros al año, y ahora no llega a los 2.000, o sea, un 31% menos”. Tras casi dos años de operación –explica Ferre-, la instalación no ha dado problema alguno: “es lo que más me gusta de este tipo de instalaciones. Si utilizas primeras marcas, ni te enteras de la instalación”. Por lo demás, las placas solares de La Romana están en boca de todos. “Al tratarse del edificio del ayuntamiento, ubicado en la plaza del pueblo, en un municipio de apenas 2.500 habitantes, te puedes imaginar… las placas están en boca de todos. Llaman mucho la atención, sobre todo a las personas mayores”.

El club náutico
De imagen también nos habla Mariona Manich i Codina, del Club Náutico L’Estartit, en Girona, donde también han apostado por la solar: “evidentemente la instalación nos da una buena imagen, lo cual es positivo para el negocio. Además, disponemos de los datos de producción de la planta en nuestra página web y muchos usuarios del puerto los consultan”. L’Estartit va camino de los tres años. Su instalación -11,97 kilovatios pico, kWp- fue puesta en marcha el 26 de abril de 2013, concreta Mariona, que trabaja en el departamento de Sistema Integrat de Gestió de este club náutico.

La instalación solar FV de autoconsumo de L’Estartit –especifica- produjo 16.912,67 kWh en 2014: “el porcentaje de electricidad que inyecta a la red es despreciable, se puede considerar que se aprovecha todo”. La instalación le ha servido al club para ahorrar aproximadamente un 8% de lo que antes gastaba en electricidad: “aproximadamente 3.000 euros al año”. El Club estima que le quedan unos diez años para amortizarla (las placas solares tienen una garantía media de 25). ¿Algún problema, alguna incidencia que reseñar? “Ningún problema hasta la fecha”. La instalación la puso en marcha una pyme de Celrà, muy próxima a L’Estartit, Sol Gironès.

Salamanca
Tierra adentro, el sol también triunfa en clave de autoconsumo. Gamo Energías (Carbajosa de la Sagrada, Salamanca) es una pyme que fue fundada por dos socios en el año 2004. “Ahora somos quince personas más o menos: cuatro ingenieros, dos administrativos (porque llevamos también la gestión de algunas huertas solares), y los técnicos. Técnicos de mantenimiento de lo que ya está hecho y técnicos que hacen obra e instalaciones nuevas”. Nos lo cuenta uno de los socios fundadores, José Carlos Buldón. La historia de Gamo Energías es parecida a la de muchas otras pymes del sector. Creció al calor del bum de las conexiones a red: “no sé si llegaríamos a hacer unos siete megavatios, y eso que no hicimos grandes huertas, la más grande que hemos hecho tiene 1,3 megas; vamos, que nosotros hemos trabajado más bien instalaciones diseminadas".

"Eso… hasta 2008” (el año en el que el gobierno le redujo la prima a la fotovoltaica en un 30%). ¿Y luego? “Pues luego pusimos en marcha una instalación de 1.100 kilovatios en 2011. Y después, desde 2011 y hasta ahora, hemos tenido un período de sequía, como la mayoría del sector, así que hemos tenido que ir tirando de la energía que facturamos en las instalaciones propias, de los mantenimientos que hacemos a clientes a los que en su día les hicimos una instalación y de los que nos van saliendo: clientes a los que no les hicimos la instalación, pero que luego nos han ido contratando para que les llevemos el mantenimiento”.

¿Y el autoconsumo?
“Vimos, en efecto, el nicho del autoconsumo. Y avanzamos un poco, difundiéndolo, haciendo pedagogía, pero el gobierno también avanza… poniéndonos trabas”. En 2015 han hecho dos instalaciones: “pequeñas”, matiza Buldón. En el 13 y en el 14 ejecutaron proyectos más ambiciosos: “varios de ellos fueron de cien kilovatios… una fábrica de piensos, una lechería; además, hemos hecho bastantes instalaciones aisladas” (instalaciones que no están conectadas de ningún modo a la red). Ahora mismo están trabajando en un proyecto de aislada para la Fundación Energía sin Fronteras y también se han embarcado en la iniciativa Corta los Cables Poco a Poco, emprendida por la Fundación Desarrollo Sostenible y que también apuesta por el autoconsumo solar FV.

Vendedores de maquinaria
De entre sus instalaciones más veteranas, Gamo destaca dos: Sucesores de Moreno, que es una empresa que vende maquinaria en Villares de la Reina, Salamanca (7,20 kilovatios pico) y la cooperativa Dehesa Grande, un matadero de Vitigudino (116,3 kWp). De la primera nos habla Julián Hernández Benito, el cliente de Gamo y presidente de Sucesores de Moreno: “apostamos por el autoconsumo porque estábamos pagando a Iberdrola una cantidad importante de dinero, así que llamamos a esta empresa [Gamo Energías], hablamos con ellos, nos dijeron que sí, que era viable, y… la verdad es que nos costó dios y ayuda el poner esto en marcha, porque en esta administración todo son pegas, todo son cantos en el camino. Pero… bueno… al final… al cabo de casi un año de haber empezado con los trámites, conseguimos ponerlo en marcha todo”.

¿Los números clave?
Los aporta Javier Gamazo, ingeniero de Gamo Energías: “Sucesores de Moreno fue puesta en marcha en enero de 2014, hace ya más de 20 meses, y produce aproximadamente 10.800 kWh al año. Parte de esa generación es autoconsumida y parte se va a la red”. El ahorro es “difícil de evaluar –explica Gamazo-, pues el cliente tiene una tarifa 3.0 y, en cada periodo, el precio es diferente. Sucesores de Moreno aprovecha un 20% de lo que genera su instalación solar FV, con lo cual de entrada se estaría ahorrando ese 20%, mientras el resto lo vende a la red. El precio de la energía que sale a la red es variable, ya que se paga a pool [mercado mayorista]. Así, y si tenemos en cuenta los ingresos que percibe por la venta de la energía –concluye Gamazo- podríamos sumarle otro 5 u otro 10% al ahorro. De modo que la instalación quedaría amortizada en unos 8 ó 9 años. Lo que ocurre es que si las tarifas eléctricas bajan o el consumo disminuye -por una reducción de la actividad, por ejemplo-, pues entonces esos plazos pueden variar. Pero el estudio preliminar de rentabilidad estimaba en todo caso unos 8 años”.

El cliente, Hernández Benito, confirma los números y opina: “no sé si conseguiremos amortizar en siete u ocho años toda la inversión que hemos hecho, pero, de cualquiera manera, estamos satisfechos: es una cosa realmente buena. Aparte de que contribuimos de alguna manera a preservar el medio ambiente, que también es importante para nuestros nietos, y para nuestros hijos”. Donde también coinciden la ingeniería y el cliente es en la tramitación (este autoconsumo vierte a red, lo cual conlleva una serie de trámites que todo el sector denuncia abusivos, por lo innecesariamente burocratizados). “Añado algún comentario a mayores por si quiere incluirlo –comenta Gamazo-: las eléctricas, cuando se empezaron a promover estas instalaciones, no nos ayudaron nada con la tramitación; al contrario, todo fueron pegas y retrasos en los plazos, supongo que por falta de conocimiento de la normativa y, por supuesto, por estar en contra del desarrollo de estas instalaciones”.

Matadero
La otra cubierta FV que trae aquí Gamo Energías, la de Dehesa Grande (Vitigudino, Salamanca), presenta un perfil diferente. A saber: hasta 116,3 kilovatios pico de potencia (cien nominales), una producción aproximada de 163.000 kWh al año, y un vertido a red mucho más exiguo. Dehesa Grande, cuya instalación fue puesta en marcha en julio de 2014, aprovecha aproximadamente un 90% de lo que generan sus paneles solares. “Entre semana –cuenta Gamazo-, se aprovecha todo, y el fin de semana suele salir algo a la red. El ahorro en el consumo de electricidad oscila entre el 15 y el 18%, aproximadamente”. ¿Y en dinero? “En este caso también es difícil de evaluar, el cliente tiene una tarifa 3.1. Algunos grandes consumidores, como es el caso de Dehesa Grande, tienen tarifas indexadas al pool, por lo que es difícil cuantificar el ahorro que están teniendo en euros, ya que cada mes varía ese precio. En agosto, por ejemplo, se han ahorrado un 16%, y yo creo –concluye Gamazo- que podemos estimar un ahorro de entre un 16 y un 20% más o menos”. La previsión de los ingenieros de Gamo es que Dehesa Grande amortizará su inversión en unos 8 ó 9 años.

Más al norte
En Navarra, Ingeniería y Soluciones Fotovoltaicas (ISF) es otra de esas pymes que está abriendo brecha en Territorio Autoconsumo. “Este año habremos hecho ya seis o siete instalaciones domésticas”, cuenta uno de los socios, Pachi Guembe. En total, sumada toda la potencia que han instalado a lo largo de este año –instalaciones para uso doméstico y de pymes-, Guembe habla de unos 250 kilovatios, a los que habría que sumar –añade- otros 250 que la empresa tiene ya en cartera. ISF ha puesto en marcha en los últimos meses instalaciones de todas clases: de 100 kW, de 25, de menos de 10, “en naves, en un hostal, en empresas pequeñas…”. El ingeniero navarro habla de períodos de amortización de seis, de siete, de ocho años, y se muestra relativamente optimista: “aunque saliera adelante el RD que ha preparado el gobierno [esta entrevista la hicimos antes de que fuera aprobado ese RD], eso retrasaría la amortización, en el caso de una empresa que tenga tarifa 6.1 [más de 450 kW de potencia contratada], no mucho más de un año. Estaríamos pues hablando de pasar de seis a siete años, o de siete a ocho”.

Guembe pone dos ejemplos de instalaciones que ya tienen solera: una casa rural en Zurucuain y una fundición de aluminio en Irurtzun. La primera la montaron en abril del 13, hace pues más de 30 meses. La instalación tiene 3,6 kilovatios pico de potencia, genera aproximadamente 3.500 kilovatios hora al año y no vierte nada a red. “Se aprovecha el cien por cien de la producción y, si no hay consumo – apunta Guembe-, la instalación no produce energía”. Según los datos que maneja el ingeniero navarro (ISF se encarga del mantenimiento de la mayoría de sus instalaciones), la casa rural se ahorra unos 700 euros cada año. Guembe estima que la amortización llegará en menos de siete años.

En las antípodas de la casita rural de Zurucuain está Manfisa, una fundición de aluminio a la que ISF dotó de una instalación solar de autoconsumo en octubre de 2013: cien kilovatios nominales de potencia que producen aproximadamente 125 megavatios hora al año. Manfisa autoconsume el 100% de lo que autoproduce (no vierte pues nada a red) y eso se traduce –apuntan desde ISF- en un ahorro de unos 15.000 euros anuales. La ingeniería lleva el mantenimiento y estima [estimaba antes de que se aprobara el RD] que la instalación estará amortizada en seis años (ahora todo depende de dos variables: depende de lo que voten 10.830.000 españoles, que fueron los votantes que confiaron en el PP en las generales de 2011; y depende de si los representantes de los otros 14 millones de españoles que votarán son capaces de exigir a sus partidos que cumplan con el manifiesto de julio, ese mediante el que se han comprometido a derogar el RD insensato).

Baterías
Pero estábamos con Guembe en Navarra. El ingeniero nos cuenta que ya están trabajando con baterías. Legalmente, por supuesto. “Nosotros todas las instalaciones de autoconsumo solar fotovoltaico que hacemos con baterías las legalizamos. Ahora mismo tenemos varias instalaciones solares FV de autoconsumo con baterías de diez y de 18 kilovatios”. Con respecto a esta posibilidad, Guembe nos cuenta una anécdota realmente significativa: “el otro día estuvimos hablando con un importantísimo fabricante de inversores y no se creía que legalizábamos las instalaciones. Nos decía que no, que eso es imposible, que eso no lo podéis hacer. Y yo le decía… que sí, que lo tengo hecho, que lo tengo hecho y legalizado. Y no se lo acababa de creer”. Pero si en el sector hay dudas, imagine el lector qué sucede más allá. Gamazo (Salamanca) es igualmente explícito: “la gente aún está un poco desinformada, preguntan si realmente funciona, si realmente te ahorras dinero... incluso si es legal!”.

Y sí, lo es. El autoconsumo solar fotovoltaico es legal -siempre lo ha sido, con y sin RD- y es rentable, sigue siéndolo. Con o sin vertido de excedentes. Con o sin baterías. Ahí arriba están los ejemplos: instalaciones que llevan años en funcionamiento y que aún no han pagado ni un solo euro en concepto de impuesto al sol, instalaciones que generarán más o menos kilovatios -pero generarán- el próximo 20D, los próximos cuatro años.

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Desde mi punto de vista es a donde debemos ir, al autoconsumo. En la actualidad existen diferentes tipos de energías los cuales si los cuidamos y los utilizamos con moderación podemos sacar mucho rendimiento de ellos, el problema aquí es que se está haciendo uso indiscriminado de energias no renovables como puede ser la nuclear, las cuales nos está haciendo mucho daño al medio ambiente. Para que cambie todo esto, el primero de debe querer es el gobierno.
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