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La última subasta convocada por el Gobierno fue calificada por la Asociación Europea de Energía Eólica como "ejemplo de malas prácticas"

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El secretario de Estado de Energía, Alberto Nadal, anunció una subasta de energía eólica -la primera de la Era Rajoy- en octubre del año 2015, es decir, tras cuatro años de gobierno. Y, efectivamente, en enero (de 2016) fueron subastados (y adjudicados) quinientos megavatios eólicos. Pues bien, un año después, no hay ni uno solo instalado, lo cual no ha sido óbice para que su hermano gemelo, el hoy ministro de Energía, Álvaro Nadal, haya anunciado otra subasta, mayor aún.
La última subasta convocada por el Gobierno fue calificada por la Asociación Europea de Energía Eólica como "ejemplo de malas prácticas"

El ministro de Energía, Turismo y Agenda Digital, Álvaro Nadal (véase currículo), ha comparecido a petición propia en la Comisión de Industria, Energía y Turismo del Congreso de los Diputados para explicar las líneas generales de lo que será su trabajo al frente del Ministerio durante esta Legislatura. Y las "líneas generales" anunciadas han sido tres: "potenciar la eficiencia energética; apostar por las energías renovables y mejorar las condiciones de los consumidores", todo lo cual -aseguró ayer- "resume el concepto de transición energética". Pero, más allá de las declaraciones de buenas intenciones, lo políticamente correcto y lo genérico, Nadal ha anunciado además una acción concreta: el lanzamiento, "a primeros de año", de una subasta renovable de 3.000 megavatios (MW).

Lo que ha dicho Nadal de las líneas generales: renovables, eficiencia y consumo
El discurso de Álvaro Nadal en materia de renovables es idéntico al que ha estado enunciando durante los últimos cuatro años su hermano secretario (Alberto). Un discurso que comenzó ayer por uno de sus clásicos: España se encuentra muy adelantada en su cumplimiento del objetivo de alcanzar una participación del 20% de la energía renovable en el total del consumo energético nacional en el año 2020 (ese es el objetivo que le marca la Unión Europea a España: 20% en 2020). El ministro ha dado incluso una cifra: en el último año disponible, 2014, la participación de renovables -ha dicho- fue concretamente del 17,3%.

El porcentaje esgrimido por Nadal supera todos los registros conocidos. Por ejemplo, el de la oficina de estadísticas de la Comisión Europea, Eurostat, que presentó el pasado mes de febrero el Balance 2014 de la Unión Europea (balance en lo relativo al consumo de energía). Pues bien, Eurostat le asigna a España un 16,2% de energías renovables sobre el consumo bruto de energía final. Nadal también superó ayer con su 17,2 el porcentaje del Ciemat (Centro de Investigaciones Energéticas, Medioambientales y Tecnológicas de España). El Ciemat, organismo dependiente del Ministerio de Economía, Industria y Competitividad, publicó el pasado mes de mayo un informe -«Situación de las energías renovables en España. Año 2015»- en el que stiúa en el 13,9% la contribución de las energías renovables en el consumo de energía primaria en España durante el año 2015.

Sea como fuere, el ministro dijo ayer 17,2 y anunció la convocatoria de una subasta de renovables "en la primera mitad de 2017"
¿Objetivo? Adjudicar 3.000 MW de potencia renovable. Nadal aseguró que "la asignación se realizará siguiendo criterios competitivos": se establecerán controles adicionales -informa en ese sentido el Ministerio- para asegurar la finalización de los proyectos adjudicados y la subasta se diseñará "para ser tecnológicamente neutral". La última subasta convocada por el Ejecutivo Rajoy, la anunciada por el hermano gemelo del ministro, Alberto, recibió un aluvión de críticas por sus fallas. Hasta el punto de que fue calificada por la European Wind Energy Association como "un ejemplo de malas prácticas".

Autoconsumo
Otro de los asuntos estrella abordado ayer por Nadal ante la Comisión de Industria, Energía y Turismo ha sido el autoconsumo. El nuevo ministro ha reproducido el discurso oficial del Partido Popular en esta materia, discurso que viene a resumirse en un "sí rotundo al impuesto al sol", un sí que contradice su compromiso con Ciudadanos. El partido de Rivera prestó sus votos para investir a Mariano Rajoy a cambio de que el PP asumiera 150 compromisos para mejorar España, documento que Rajoy firmó y que incluye la derogación del susodicho impuesto.

Pero el ministro Nadal no parece muy por la labor
El pasado 1 de diciembre así lo expresaba, rotundo, en Los Desayunos de TVE, adonde acudió a renovar una vez más sus votos en pro del impuesto al sol. Ayer, sin tanta devoción como en Televisión Española, Nadal echó mano de los eufemismos y se limitó a decir que "la Comisión Europea considera que los costes regulatorios aplicados a los autoconsumidores deben reflejar adecuadamente su contribución a los costes totales de la red". El ministro señaló además como desventajas adicionales del autoconsumo que "se pierde economía de escala y aumentan los costes de gestión".

Nadal, que ha llegado al ministerio procedente de la Oficina Económica del Presidente del Gobierno, no aclaró en todo caso a qué "economía de escala" se refería y tampoco precisó qué costes de gestión aumentan con el autoconsumo. Lo que sí reconoció fue que "la generación en el lugar de consumo reduciría los costes de la red y las pérdidas", declaraciones que a buen seguro le perseguirán si continúa insistiendo en su fe hacia el impuesto al sol, impuesto estrella que ideara su hermano Alberto -secretario de Estado de Energía cuando se aprobó-, o impuesto que en realidad nadie está pagando.

Eficiencia
En cuanto a la eficiencia, el ministro ha recordado que España constituyó el Fondo Nacional de Eficiencia Energética "para financiar acciones en esta materia" y que este cuenta "con casi 700 millones de euros para promover proyectos de ahorro y eficiencia en sectores como la edificación, el transporte por carretera, el sector ferroviario o el alumbrado exterior". Además, el nuevo titular de Energía se ha comprometido a "profundizar la inversión en eficiencia energética tanto a nivel público como privado, mejorar el diseño de programas de eficiencia para lograr que sean más favorables a los hogares con menor renta, y promover en Europa un mejor tratamiento contable y regulatorio de las inversiones públicas en materia de eficiencia energética".

El precio y los contadores
Por último, el ministro aludió ayer, ante la Comisión parlamentaria, al precio de la electricidad, sin duda, el tema estrella de todas las legislaturas. Nadal aseguró ayer ante los miembros de la Comisión que es partidario de que el consumidor asuma "cada vez un papel más importante en la gestión de su demanda". El nuevo ministro dijo convencido que "España ha dado ya pasos importantes en este sentido a través de la introducción del Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor o de los contadores inteligentes que permiten gestionar a los usuarios su consumo energético".

Nadal ha apuntado que España "ya cuenta con un despliegue muy avanzado de contadores inteligentes". El ministro ha dado un dato: 14,49 millones de contadores a finales de 2015, lo que supone el 51% del total, "estando previsto culminar este despliegue en 2018". Nadal ha destacado por otro lado "el equilibrio financiero alcanzado en el sistema eléctrico". Equilibrio en deuda, cabría decir, pues la deuda del sistema eléctrico ascendía, a 31 de diciembre de 2015 (último dato disponible), a 25.056 millones de euros (dato de la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia, CNMC). Esa deuda se ha ido acumulando entre los años 2000 y 2014: siete años de gobiernos PP y siete años de gobiernos PSOE.

Pobreza energética
Por fin, el ministro Nadal ha recordado que España cuenta con un bono social, "que en la actualidad beneficia con un descuento del 25% a más de 2,4 millones de hogares, es decir, en torno a 7 millones de personas". El bono social fue ideado por el PSOE en el año 2009 para proteger -decía- "a los consumidores denominados vulnerables". Sin embargo, esa "solución" ha sido muy criticada porque no tiene en cuenta como elemento clave la renta de las familias. Uno de los requisitos clave para disfrutarlo es la potencia: tener menos de tres kilovatios de potencia contratados (3 kW).

Esto hace -denuncia Podemos en su Ley 25 de Emergencia Social- que el 80 % de las solicitudes se haga por mor de un contrato de menos de 3 kW y ese es un coladero para las viviendas de segunda residencia, "que tienen normalmente este tipo de contratos". Es decir, que se están destinando recursos a familias con dos residencias, en lugar de asignárselos a familias vulnerables. La condición de familia numerosa puede habilitarnos también como beneficiarios de este bono, y, evidentemente, ser muchos en casa tampoco equivale siempre a ser vulnerables.

Esos son algunos de los motivos que han conducido a muchos actores del sector a criticar ese modelo, que ideó el PSOE la década pasada y que el PP ha mantenido durante todo este decenio. Según la CNMC, entre 2009 y 2014, ha disminuido un 17,88% el número de solicitudes de bono social. En ese sentido, la asociación de consumidores Facua, que demanda una completa revisión de este modelo, insiste en la necesidad de que el Gobierno, entre tanto, obligue a las eléctricas "a desarrollar campañas informativas eficientes, claras y masivas sobre este descuento".

El currículo de un ministro

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Vicente Gonzalez
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