El estudio, titulado Los beneficios ambientales y de salud pública de lograr altos penetraciones de la energía solar en Estados Unidos, está relacionado con la iniciativa Sun-Shot, puesta en marcha por el DOE en 2011 con el objetivo de que para 2020 la electricidad fotovoltaica tenga un costo competitivo respecto de la generada de manera convencional.
Al mismo tiempo esto significa la reducción de los precios tanto de la fotovoltaica como de la concentración fotovoltaica (CSP) en aproximadamente un 75% en función de los costos de 2010 a través de los sectores residencial, comercial y de servicios públicos.
La cantidad de 400 mil millones de dólares ahorrados tanto en beneficios ambientales como en salud pública tiene relación directa con la reducción en el uso de combustibles fósiles, las emisiones de gases de efecto invernadero y el corte de otros contaminantes corte, la creación de puestos de trabajo relacionados con la industria de la energía solar y la reducción de las facturas de electricidad de los consumidores.
El estudio se centra en la potencia instalada de proyectos de energía solar existentes hacia fines de 2014, con beneficios anuales recientes equivalentes a más de 1,5 mil millones de dólares.