Vatio: unidad de potencia eléctrica. Impotente (el vatio) tras pasar por el eje Sebastián-Soria (SESO), ese tamiz que ha precipitado a consumidores y productores (no asociados a UNESA) despeñándoles por entre las rocas del impago o de la exclamación desesperada ¡cómo pagaré la factura!, que tal vez sea la deuda (impuesta) más cruel y angustiosa. Y así comienza a titilar el “Vatio impotente”, cuestionándose ¡¿por qué?!
Tarifa de último recurso, peajes, real decreto ley, déficit de tarifa… ¡Y a mí qué me cuenta! Miro el ábaco sin entender nada. Suena el teléfono. “Tenemos una oferta para rebajar el término fijo de su recibo de la luz” (afirma un ruido a través de la línea) …”rebajará la cuantía final de consumo si contrata…”. Zas (onomatopeya) al colgar el teléfono.
Abro el buzón, rasgo el sobre y entro en un mundo delirante de gráficos color pastel. En negrita y sombreado el importe total de la factura de la luz (“ver detalle de facturación y consumo en el reverso”). Busco la otra cara del papel sabiendo que encontraré incomprensiones, la mía porque no entiendo nada y la de la compañía, entelequia a la que le importa un pimiento mi incomprensión. Leo: “potencia contratada, tarifa de suministro, precios de tarifas de suministro (consultar el B.O.E.), peaje de acceso a la red, precios de peajes de acceso (en otro B.O.E)”. Me caliento y enrojezco. De nuevo me asalta el “total a pagar”, que ya ha sido cobrado, y cercano a él una nota aclaratoria, con gráfico incluido para amortizar y mostrar el dominio de windows, que interpreto como escarnio. “El 51% de su factura está destinado a impuestos y otros recargos establecidos por la normativa vigente”, sin especificar cuáles y en qué cuantía. ¡Sus muertos! Busco una factura antigua. La más atrasada que conservo es de 2011. Entonces el coste del consumo era el 56% y el de los impuestos el 44%. ¡Qué pena no haber guardado una factura del año 2000 o de 1990!
Reviso facturas, comparo y concluyo que aún consumiendo menos, mucho menos, pago más. Y le pregunto al “Vatio impotente”: ¿Existe relación entre que la demanda eléctrica haya bajado un 20% desde 2008 y la constante subida de impuestos y recargos? ¿Por qué el gasto medio de los hogares se redujo un 12% entre 2008 y 2012 y el gasto de electricidad se incrementó un 52%? ¡Hace falta responder?
Hay que bajar el déficit se oye en los despachos de la planta noble del Ministerio de Industria. ¿Y quién se ocupa del déficit de cada ciudadano? En el primer semestre de 2013 Iberdrola declaró un beneficio neto de 1.728 millones de euros y Endesa 1.114. Bajaron un 2% y un 2,8%, respectivamente, a pesar del sabio asesoramiento de excelsos presidentes de gobierno. En el primer semestre de 2013 el Vatio impotente redujo sus ingresos un 100% porque fue despedido. Uno más de 6 millones. Iba a pedir aclaración de la factura, pero atención al cliente es un 902 (24 horas al día, eso sí) y saber es un lujo que no puede pagar.
No encuentro solución. O tal vez sí, en modo de petición respetuosa: Señor Ministro, ¡córteme la luz! Tengo dificultades para pagarla y ya ni la televisión me consuela, reconozco que por mi culpa. Hace unos días el Señor Ministro firmó un convenio para convertir el Camino de Santiago en “Destino Turístico Inteligente”. Muy loable, pero le pegué una pedrada a la pantalla del televisor probablemente por la envidia de no poder disfrutar de wifi gratuito en el camino francés o de obtener la “Compostela” a través de las nuevas tecnologías. Los desempleados no viajamos, ni a pie. Sin ánimo de ser pesado. Señor Ministro, ¡córteme la luz! Temblad iberdrolas y endesas, sin mi factura no sois nadie.
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