La referencia de Obama a las renovables, esencialmente a la eólica y la solar, lo hizo en el contexto de lo que llamó una "bulliciosa y floreciente industria de la producción de energía". Así, además de asegurar que su país es líder en producción de petróleo y gas, se refirió en iguales términos para la eólica.
Esa referencia a la eólica se sostiene en datos del Departamento de Energía (DOE, por sus siglas en inglés) que asegura que el sector "se ha disparado en los últimos años". Así, de 2008 a 2012, la generación de electricidad eólica casi se triplicó, al pasar de 55,4 mil millones de kkWh a 140.8 mil millones de kWh. El DOE afirma que "en ese mismo período, ningún otro país ha superado la marca de 100 mil millones de kWh generados. Respecto a la capacidad instalada desde 2008, es decir antes de que Obama asumiera la presidencia, fue de menos de 20 GW a casi 65 GW el mes pasado; durante los próximos dos años se espera que alcance los 80 GW.
Una frase destacable en el discurso del presidente Obama fue la siguiente: "cada tres semanas conectamos más energía solar que en todo 2008". Efectivamente, mientras que en ese año sólo se añadieron 31 MW de potencia, en el año que terminó semanas atrás se pusieron en operaciones más de 3.000 MW de potencia. En los próximos dos años se espera que la capacidad solar crezca de los actuales 10 GW a más de 16 GW.
Acuerdo con China por las emisiones CO2
En otro momento de su alocución, Barack Obama dijo que "no hay amenaza mayor para las futuras generaciones que el cambio climático, y más que nadie que hemos hecho cosas en los últimos seis años para combatirlo. En ese sentido, sostuvo que esa lucha se ha centrado por "un cambio en el modo al que estábamos acostumbrados en producir energía, por eso nos decidimos por la energías limpias más que ninguna otra administración".
En esa línea, destacó el acuerdo alcanzado China días atrás por el cual EEUU se compromete a cortar las emisiones de dióxido de carbono entre 26% y 28% por debajo de los niveles de 2005 en los próximos diez años y, a su vez, China establece un tope definitivo para sus emisiones en 2030 o antes, además de aumentar su cuota de energía de combustibles no fósiles a alrededor del 20%.